El Protector Solar Es Esencial Para El Cuidado De La Piel


Generalidades acerca de la radiación solar

Según los especialistas, la radiación solar es la energía electromagnética emitida por el sol. Ella consta de diferentes longitudes de onda, que van desde la luz ultravioleta (UV) a la visible y la infrarroja.

La radiación solar es la principal fuente de energía para la mayoría de los procesos de la atmósfera, la hidrosfera y biosfera. Dentro de sus efectos más notables destacan el impulso del tiempo, corrientes oceánicas, estaciones y el clima.

Asimismo, hace posible la vida de las plantas mediante la fotosíntesis. De hecho, sin el calor y la luz del sol, la vida en la Tierra no existiría. La radiación solar también afecta al crecimiento de los organismos fotosintetizadores, incidiendo en la productividad y biomasa de los ecosistemas.

Es importante señalar, que la cantidad de radiación solar que recibe la Tierra ha mantenido el ciclo natural de once años del sol de pequeños altibajos sin aumento neto desde la década de 1950.

Aproximadamente cada once años, el sol pasa de un punto reducido de actividad, denominado mínimo solar a un pico de mayor intensidad denominado máximo solar. Los astrónomos han notado este patrón desde el Ciclo Solar 1, que ocurrió entre 1755 y 1766.

Según la NASA, el ciclo Solar 25 se inició formalmente en diciembre de 2019 y actualmente está en actividad.

Vale destacar, que las personas pueden hacer poco para protegerse del impacto directo de una tormenta solar de grandes dimensiones. Sin embargo, es posible prepararse para una eventualidad alterando las trayectorias de los satélites o identificando la infraestructura vulnerable.

De acuerdo con los científicos, es necesario que existan pronósticos meteorológicos solares más precisos y decisiones políticas más decisivas.

Radiación solar y su efecto sobre la piel

Trasladándose a un plano de menor escala, pero no menos importante, es importante señalar que la radiación solar produce diversos efectos sobre la piel humana. Ello está supeditado a la intensidad, duración y frecuencia de la exposición, tipo de piel y antecedentes genéticos.

La radiación solar, especialmente la UV tiene efectos beneficiosos y perjudiciales para la piel. Por un lado, estimula la producción de vitamina D y modula el sistema inmunológico, de forma que puede prevenir algunas enfermedades autoinmunitarias e infecciones.





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