Leonel ahora más que nunca (OPINIÓN)


Por PASCUAL RAMÍREZ

En un mundo donde hay más desafíos que certezas y donde el futuro parece incierto frente a las crisis en desarrollo y los problemas que se avecinan, debemos ser más conscientes de nuestra vulnerabilidad como nación en desarrollo. Y esta conciencia debe llevarnos a saber elegir quién está mejor preparado para enfrentar tantas convulsiones sociales y económicas que hoy están colapsando al mundo.

Y no cualquiera puede salirse con la suya, sobre todo cuando el que nos conduce está más perdido que el hijo de Limberg, por lo que no podrá conducirnos con éxito en las grandes transiciones en marcha como la digital, la ecológica o la laboral.

La incapacidad mostrada por las actuales autoridades en las tareas gubernamentales más simples, donde tienen que apoyarse en funcionarios «prestados» de administraciones anteriores por la falta de personal propio, les impide aspirar a seguir dirigiendo los países frente a retos actuales. y el futuro

La trascendencia del momento presente exige que agucemos los sentidos para no caer en la falsa propaganda de quienes no saben gobernar y quieren ocultar su falta de logros con espectáculos políticos y los fuegos artificiales de los llamados luche contra la transparencia, que funciona mejor como una distracción de los problemas que se gestan en sus manos.

Caminamos, o mejor dicho, nos llevan a un punto donde el camino al abismo ya es irreversible, por lo que se hace más urgente reaccionar a tiempo ya, ya.

¿Qué tipo de liderazgo necesitamos, qué líder está mejor preparado o tiene más perspectiva para gestionar crisis multifacéticas, para impulsar las transformaciones necesarias, y cuál es la mejor fórmula para gestionar este proceso de cambio con el menor coste social posible?

Leonel Fernández.

Vivimos en un mundo convulso que se asienta sobre varios polvorines internacionales, como la guerra ruso-ucraniana que no está a la vista y podría extenderse por todo el mundo, guerras comerciales, crisis en Ucrania con diferentes potencias que se entrelazan peligrosamente, el problema de hidrocarburos, y alimentos cuyos precios reaccionan muy nerviosamente al alza.

Es en este contexto y en estas circunstancias que surge el protagonista, el hombre informado, el guía y el hombre de solución: Leonel Fernández.

En este contexto complicado y difícil en el que vivimos, solo un capitán avezado como Leonel puede evitar que el barco del país se hunda y quede varado en los fibrosos acantilados de una crisis mundial que podría sacudir los cimientos de la estabilidad económica y política de la nación dominicana. .

Leonel, con su estilo de diálogo, su capacidad de conciliación y armonización, y su liderazgo revestido de prudencia y tolerancia, puede curar las heridas producidas por las luchas internas entre grupos de interés y calmar los temores de sus adversarios con su espíritu fraterno y solidario, abierto a perdonar y olvidar, porque no es receptáculo de odios, intrigas o rencores. Leonel es el Líder perfecto para enfrentar los desafíos del momento e involucrar a toda una nación en una sola dirección por el bienestar de todos los dominicanos, sin importar raza, religión, clase social o grupo político.

Así, dado el impacto de estas amenazas en la recuperación de la pandemia y las consecuencias de la guerra en Ucrania, dada la posible magnitud de los costos de un choque tan frecuente y en tan poco tiempo, y la verificación del riesgo de inflamación, ya tenemos a quién ya qué partido agarrarnos: Leonel y la Fuerza Popular.

Cualquiera puede navegar en aguas tranquilas, incluso con el timón en piloto automático. Pero cuando las aguas están turbulentas y el barco es azotado por vientos tormentosos, se necesita la experiencia de un capitán experimentado, no cualquier capitán de aguas tranquilas y cielos despejados. Y este capitán se llama Leonel Fernández y Fuerza Popular.

jpm-am



Fuente