El verdadero origen de la Semana Santa y las procesiones

La Semana Santa es la fiesta más importante del año litúrgico para los cristianos. Durante todos los días que comprende se celebran numerosos actos religiosos y procesiones, aunque sin duda las fechas claves son las que componen el triduo pascual, que va desde la tarde del Jueves Santo (fin de la Cuaresma) hasta la madrugada del Domingo de Pascua. Tiene tres fechas clave: Jueves Santo, que conmemora la Última Cena, junto con la institución de la eucaristía; Viernes Santo, día de meditación sobre la pasión de Jesús; y Sábado Santo, donde tiene lugar la vigilia pascual con la que se conmemora la resurrección del Mesías.

De esta forma, el origen de la Semana Santa como una fiesta cristiana hay que situarlo hace más de 2.000 años, en la propia muerte y resurrección de Jesucristo, un relato que se transmitió de generación en generación hasta nuestros días gracias a los escritos realizados por los evangelistas en la Biblia.

Las procesiones de Sevilla son unas de las más famosas de España

La Iglesia en sus inicios quiso recordar este hecho e instauró el domingo como el día del Señor, fecha en la que se renueva la fe cristiana y se repite el ritual de la eucaristía. Una eucaristía que toma más sentido que nunca durante la Semana Santa, periodo que recuerda los últimos días de Jesús y que también se caracteriza porque las calles de nuestro país se engalanan y se llenan de gente para ver las tradicionales procesiones. Pero, ¿por qué surgieron?

En España, estos desfiles religiosos hay que situarlos en el nacimiento de las cofradías y hermandades de Semana Santa en el siglo XII y XIII. De origen laico, surgieron como forma de que sus integrantes se apoyen en los momentos difíciles (enfermedad, muerte…), así como para experimentar juntos la Pasión de Cristo.

Con el objetivo de representar el padecimiento de Jesús durante los últimos instantes de su vida y de llevar la liturgia que se celebraba en las iglesias a todo el pueblo (en aquella época no estaban al alcance de todo el mundo), las hermandades y cofradías decidieron salir a la calle, dando lugar a las procesiones.

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