El futuro no está escrito, porque sólo el pueblo puede escribirlo

Un liderazgo no puede ser entendido fuera de su tiempo, tal como rezan las sagradas escrituras, en sus sabias palabras “todo tiene su tiempo”. Por lo que, la temporalidad de un liderazgo tiene que ser bien entendida por el que lo ejerce, para con asertividad, desenvolverse según las coyunturas, con pragmatismo, sin emociones ni tonterías y sabiendo cuando reinventarse.

En nuestra historia reciente podemos recordar cómo el doctor Joaquín Balaguer, que en 22 años que gobernó, en dos períodos diferentes, no ejerció el mismo tipo de liderazgo los primeros 12 años, que los últimos 10. Balaguer que puede ser considerado un verdadero zorro político, entendió que los tiempos cambian y la sociedad también, supo aprender y desaprender y en su segunda oportunidad, mejoró sustancialmente su gestión y su imagen, logrando que hasta sus adversarios lo declararan “Padre de la Democracia”.

Ante la crisis inocultable que vive el sistema de partidos en República Dominicana nuestros líderes parecen no entender los tiempos, precisamente cuando el país necesita prudencia en las decisiones que se tomen, sucede exactamente lo contrario, como ejemplo vemos que de manera cantinflesca salen las declaraciones de Hipólito Mejía en contra del ex presidente Leonel Fernández, sin entender que lo menos que necesita la nación dominicana es líderes con discursos altisonantes e insultantes, llenos de medias verdades y mentiras, que deterioran aún más, la ya estropeada imagen de los partidos y de sus líderes.

En el caso de Leonel Fernández, quien en su primera comunión ha confesado ser vinchista, convirtiéndose así en el principal líder de la clase conservadora del país y, siendo en efecto, una de las figuras cuyo liderazgo ha sufrido mayor deterioro en los últimos años, es entendible que debe empeñarse en cuidar lo poco o mucho que le quede de valoración positiva en la nación dominicana. Pues, la percepción de muchos es que a Leonel se le ha dio el tiempo propicio para envalentonarse, ya que cuando se le ha cuestionado, ha hecho silencio, contrario a su esposa Margarita, que cuando fue difamada asumió con fortaleza y determinación su defensa, y apegada a la verdad salió airosa y limpia de las infamias que se propiciaron en su contra, ese no es el caso de su esposo,  que dubitativo, inseguro y con ciertos niveles de temor, se quedó en silencio, en un país que dice  “que el que calla otorga”.

El país político sabe que el doctor Fernández ha asumido una posición de anti reeleccionista de manera coyuntural y por conveniencia propia, no como un asunto de principios. Por otro lado, algo preocupante que parece sucederle al liderazgo del doctor Fernández lo es el hecho de haber perdido una de sus principales virtudes: el encanto de comunicar convincentemente, pues, aunque conserva su capacidad retórica y su elocuencia, la dura verdad es, que ya pocos le creen.

Aunque resulta difícil la tarea de convencer a un erudito como él, alguien tendrá que persuadirlo de que ya el pueblo está menos emotivo y que el discurso que mueve a las masas tiene que ser, sobre todo, creíble, no simples retóricas huecas e insustanciales, que los tiempos son otros, o como dicen en mi campo, que “ya la pava no pone donde ponía”.

Que hoy, por ejemplo, existen las redes sociales, que impiden la otrora manipulación mediática, que éstas son una vía de opinión directa, transparente, democrática e inmediata, que obligan a que el ejercicio de la política sea de manera más responsable, porque ya todo se sabe, sin maquillajes y en tiempo real. Por lo que las cosas que antes podían ser manipuladas, ya hoy no se pueden manejar u ocultar fácilmente. Y como dijera un pensador “el hombre es lo que hace y, no lo que dice ser”.

Amén de los errores del gobierno y del mismo presidente Danilo Medina, el encantamiento del pueblo llano con él, se debe a que ha demostrado preocupación e interés para que el presupuesto nacional se convierta en un satisfactor de las necesidades del pueblo, principalmente, de la gente pobre, que las “Visitas Sorpresa” han sido un aliciente de esperanza para que, los de lejos y de abajo, tengan oportunidad de mejorar su calidad de vida.

A pesar de las formalidades constitucionales que tendrían que cambiar y, de las marchas opositoras de más de un color, la realidad es que, el pueblo está esperanzado en Danilo, porque las imperfecciones de su gobierno son insignificancias frente a la estabilidad y el crecimiento económico que ha logrado y, pequeñas ante la gran inversión social que promueve el desarrollo humano, que ha propiciado.

Si el pueblo pone en una balanza los positivos beneficios de las Visitas Sorpresa, del 9-1-1, de la Seguridad Vial, los aportes a la Educación y las más de 20 mil nuevas aulas inauguradas, los programas de alfabetización, los de Titulación de Propiedades, los Almuerzos Escolares, las Estancias Infantiles, las mejoras en el transporte, el Teleférico, La Barquita, de Boca de Cachón, para sólo mencionar algunos logros. Entonces, no creo que le importe que cambiemos la Constitución para cerrar con el liderazgo de Danilo un ciclo político y, promover un relevo verdaderamente comprometido con los intereses del país en su conjunto y, no con los de unos pocos.

Como dijera en una ocasión, quien fuera el principal artífice de la transición española hacia la democracia, Don Adolfo Suarez: “El futuro no está escrito, porque sólo el pueblo puede escribirlo”. No hay razones para inventar, el candidato de Danilo y del Pueblo, es Danilo. No importa cómo lo vean, o como la mejor opción, o como el mal menor, como quiera Danilo sigue siendo una opción poderosa.

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