Protegerla del aumento del nivel del mar

Si el nivel de los océanos está sometido —y hay motivos para pensar que ahí acabará— y las ciudades divididas por el literal están en problemas a la hora de la expansión… ¿Qué no se puede construir? barreras flotantes? Sí, directamente sobre el mar. Y si es así, ¿los diseños que son sostenibles, si los hay, son autónomos y con un contaminante que se puede reducir al máximo? Todo ello contribuyendo a la regeneración de los hábitats costeros.

Suena tiene ficción al más puro estilo Mundo acuático —Y versión Respetuoso del medio ambiente, eso sí—, pero la pregunta tiene mucha imaginación y mucha arquitectura y urbanismo. Tampoco pertenece al reino de la especulación. Sobre el mes tenemos ya los planes de una comunidad inspirada exactamente en esta idea: OCEANIX Busan, el primer prototipo de ciudad flotante y sostenible del mundo diseñado para adaptarse al bajo nivel del mar.

El proyecto será presentado esta semana por la UNU-Hábitat, la empresa neoorcina OCEANIX y el Ayuntamiento Metropolitano de Busan, un amplio y populoso puerto municipal de Corea del Sur construido sobre las aguas del Pacífico. Su meta: grave escasez de suelo agravada por las condiciones climáticas”.

Un bar al estilo Waterworld

Según detalló Bjarke Ingels, de BIG-Bjarke Ingels Group, uno de los estudios de arquitectura que ha elaborado el proyecto, OCEANIX Busan se planta como una demostración especial de «Urbanismo del agua», una auténtica barrera marítima modular. En la comunicación en la que se presentan, OCEANIX, ONU-Hábitat y Busan no tienen fallas ni inversiones, pero definen el concepto y traen a colación un completo «libro» de imágenes que utilizaremos como serie «ciudad flotante».

Sin embargo, si se trata de un compromiso residencial, los plantadores instalarán plataformas conectadas a un área de 15,5 acres, equivalente a 6,3 acres, capaces de albergar a una comunidad de alrededor de 12.000 vecinos. Las edificaciones serán de gran altura, incorporarán terrazas y estarán adosadas al suelo y trabajadas por puntas.

“OCEANIX Busan se transforma y se adapta orgánicamente con el tiempo según las necesidades de Busan. Como parte de una comunidad de 12.000 residentes y visitantes, tiene el potencial de expandirse para albergar a más de 100.000 personas”, detallan los tres organismos, y recuerda: “Cada barrera está pensada para atender una propuesta: vivir, investigar y allojar”.

Además de viviendas, plazas de convocatoria pública y espacios, las plataformas flotantes incorporan internos y están diseñadas para albergar un grado de autonomía y reducir al máximo su mediocridad: incorporan «muelles de residuos productivos» y sistemas integrados de agua, alimentación y energía. Para completar su diseño, los autores del proyecto aspiran a ofrecer una «movilidad innovadora» y regenerar el alto coste.

“Estos son sistemas interconectados generar in situ el 100% de la energía las necesidades operativas de trabajar en paneles fotovoltaicos y responder a su propia agua, reducir y reciclar recursos y promover una agricultura urbana innovadora”, dijeron sus autores.

«Se distribuyen ediciones de gran altura para equilibrar el peso uniforme uniforme; una fecha de cincuenta niveles crea una bahía de maldad y resiste el viento. Con temperatura controlada para cultivar alimentos y quemar un respiro de los meses fríos de invierno.

Por eso apostó Busan cuando entrenar su iniciativa no es casual. La ciudad coreana, con una alta densidad de población, una puerta estratégica y un pulso industrial, se extiende mucho más allá la costa de corea del surentre el Mar de Japón y el Mar de China Oriental, que está expuesto a las inundaciones de los alcaldes en el Medio Oriente por debajo del nivel de los océanos.

“Estamos unidos con ONU-Hábitat y OCEANIX para ser los primeros en crear un prototipo y amplificar esta idea porque nuestro futuro está en juego ante el fondo del nivel del mar y su devastador impacto en las ciudades costeras”, comentó Park Heong-joon, acalde de la urbe.

El objetivo en cualquier caso solo se encuentra en Corea del Sur; sino ir mas alla y expandirse a otras regiones en el que puedes aplicar tu modelo de creación.

La barrera marítima modular OCEANIX será un prototipo de ciudad sostenible y resiliente. Como primera manifestación de esta nueva forma de urbanismo acuático, OCEANIX Busan expande el carácter único y la cultura de la ciudad de la que la firma ha tomado el agua que la varilla —coincide Bjarke Ingels, del estudio de arquitectura BIG-Bjarke Ingels Group—. Creemos que las plataformas flotantes de OCEANIX se pueden escalar a escala para servir a futuras comunidades resilientes de base en las zonas costeras más vulnerables en la primera línea del cambio climático”.

Campo para ampliar tiene, desde luego. Se estima que quinientas personas residen en un radio de 100 kilómetros de la costa y —recuerdan OCEANIX, ONU-Hábitat y Busan— cerca 90% de las megaciudades del mundo son vulnerables a la subida del nivel del mar. “Las inundaciones están destruyendo infraestructura por valor de millones de dólares y están provocando que millones de refugiados climáticos abandonen sus tierras”, dijo.

Los datos del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático Climático (IPCC) señalaban que en este punto el mar ganaba terreno en las ciudades. Desde los años 70 a nivel global se ha acelerado y en la última vela ha experimentado su mayor incremento en al menos 3.000 años. Siguiendo los cálculos de Robert Koppp, uno de los investigadores del IPCC, durante la última década el nivel medio global ha aumentado a un ritmo anual de milímetro cuatro y es probable que se encuentre el número promedio de tales navegaciones. entre 15 y 30 cm.

Quién sabe, puede cerrar su barrera en el mar muy distinta a la futura comunidad de flotas OCEANIX Busan… e incluir un punto Mundo acuático.

Imágenes | OCEANIX / BIG-Grupo Bjarke Ingels