Pensábamos estar hartos de las suscripciones. La industria tiene motivos para confiar en un coche eléctrico


BMW cobrará por sus asientos con calefacción. Mercedes lo hará por un eje trasero direccionable o, simplemente, sacarle todo el partido posible al coche. Kia adelanta que pretende lo propio con un servicio de transmisión para su nuevo EV9. Y Stellantis cree que el potencial del software es tal que podrá obtener 20.000 millones de euros más al año gracias a las suscripciones.

Buena parte de la industria del automóvil se ha pronunciado sobre un futuro de suscripciones desbloqueadas en nuestros vehículos. De hecho, se ha hablado que con un mercado cada vez más estandarizado, el software pasa por ser un pilar clave para desmarcarse del resto de empresas.

En el ambiente pesa la sensación de que quienes apuestan por el servicio de suscripción están estirando demasiado la cuerda. Y que la cuerda, antes o después, puede romperse. El case Netflix es el más evidente, pero el camino hemos visto cómo montar en bici en casa puede convertirse en pagar una suerte de coota del gymnasio o que, simplemente, necesitamos estar suscritos a Adobe para girar un PDF.

«Eppur si muove«

Se cuenta que Galileo, tras ser procesado por la Inquisición, tuvo que reconocer que la Tierra era el centro del Universo y que no era el planeta que giraba alrededor del Sol. Resignado, Galileo habría dicho en voz baja (incluso dando un golpecito con el pie al suelo, según quién lo cuente): «Eppur si muove». «Y sin embargo, se mueve». La historia, todo indica, es bonita pero no cierta.

Algo como eso deben pensar los fabricantes los entrenadores. Y es que, pese a que la sensación generalizada es que las suscripciones están a punto de desbordar el vaso, las marcas no dejan de dar pasos hacia el fin de la propiedad y parecen decir por lo bajo: «Y, sin embargo, lo quieren «.

Algo asi asigura tambien el ultimo estudio de Autopacífico. Un informe denominado Estudio de Demanda de Atributos Futuros (FADS). Con él querido analice qué es lo que demandan los clientes para los coches del futuro, qué servicios conectados están dispuestos a pagar y, sencillamente, si estamos dispuestos a pagarlos.

La respuesta es simple, sencilla y la lógica es aplastante: sí. El cliente quiere coches conectados, que le ofrecen nuevos servicios. Y este interés está más generalizado entre quienes aspiran comprar un coche eléctrico o híbrido enchufable. «Gran parte de esta mayor demanda proviene de tener más tiempo de inactividad en su vehículo deboto a la carga«, señala Robby DeGraff, analista AutoPacífico.

«Mientras el vehículo está estacionado, la pantalla central de información y entretenimiento es el lugar perfecto para que un consumidor se mantenga ocupado, ya sea para ponerse al día con los correos electrónicos todos los días, ver el último episodio de su programa favorito o chatear por video con un amigo lejano». insistió DeGraff.

A 15 dolares/mes

El estudio ha tomado como público al consumidor estadounidense y, de cara a entender el sacrificio de los consumidores, proponían a los potenciales clientes el desembolso de 15 dólares/mes como arancel para acceder a nuevos servicios en línea, ya que los vehículos necesitan una tarifa de datos para ofrecer todo lo que prometen.

En todas las propuestas, los compradores de coches eléctricos o híbridos enchufables están más interesados ​​en estos servicios que los potenciales usuarios de vehículos de combustión. Los más interesados ​​son los compradores de entre 30 y 39 años, seguidos de los menores de 30 años. Luego, el interés decrece década a década.

Y de los servicios demandados, convertir al vehiculo en un punto wifi es lo que más pide cualquier tipo de conductor. O el 37% de los potenciales compradores de un híbrido enchufable lo consideran interesante. El porcentaje cae al 29% entre los clientes de un coche eléctrico y al 28% entre los de pero, en cada una de estas motorizaciones, ningún otro servicio recibe más apoyo.

La siguiente es la capacidad de operar el vehículo a distancia, asumiendo que esta función tendrá un costo adicional de 10 dólares de venta de menú para el cliente además del pago de 15 dólares ya indicado, con muy buena recepción para cualquier tecnología, y la posibilidad de ver transmisión el vídeo en la pantalla.

Curiosamente, no es hasta el cuarto servicio más demandado (hacer se busca en internet directamente en la pantalla del vehículo) cuando el interés de los compradores de coches eléctricos no supera al cliente de un enchufable. Poder hacer videollamadas, jugar a videojuegos o compartir datos de conducción con el seguro del coche (a cambio de descuentos en el precio final como hace Tesla) son otras de las exigencias donde los eléctricos superan a los híbridos enchufables.

Una Xataka | El futuro del coche pasa por las suscripciones… para los ricos: los demás, a comprar gamas bajas

Foto | tesla



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