Los satélites de Starlink siguen siendo un problema para los descubrimientos astronómicos

La prometedora red de internet satelital ofrecida por SpaceX con su proyecto Starlink ha dado ya las primeras alegrías a sus usuarios, pero no todo son buenas noticias: los astrónomos siguen protestando por este despliegue.

Cientos de ellos ya protestaron hace meses e indicaron que el enorme número de satélites pone en peligro futuros descubrimientos astronómicos. SpaceX modificó los que se lanzaron a posteriori para reducir su albedo o reflectividad, pero la medida no ha dejado del todo satisfechos a los expertos.

Una constelación artificial que preocupa a los astrónomos

La primera ronda de satélites que lanzó SpaceX constaba de objetos un 99% más brillantes que el resto de objetos en la baja órbita terrestre, pero la cosa pintaba mucho peor teniendo en cuenta que se espera que haya 12.000 de esos satélites para dar servicio, aunque el número total podría ascender a 42.000 de estos elementos.

Musk indicó en marzo de 2020 que Starlink «no causará ningún impacto en los descubrimientos astronómicos, cero», pero aún así SpaceX acabó respondiendo a las críticas y aplicó una capa de pintura especial para reducir el albedo o reflectividad a la radiación que reciben estos satélites y que dificulta la exploración espacial. Esta nueva iteración se conoció como Starlink-1130 (o ‘DarkSats’, ‘satélites oscuros’) y comenzaron a lanzarse a principios de 2020.

Un estudio reciente ha analizado cómo se comportaban tanto estos satélites como la versión original (Starlink-1113) ante distintas longitudes de onda usadas para la exploración astronómica, y efectivamente comprobaron que los que usan esa capa especial reducen a la mitad el albedo en ciertos casos, pero eso ,aseguran, no es suficiente.

Así, aunque ofrece mejoras notables en la observación de la región ultravioleta, la capa hace que la temperatura superficial de los satélites aumente y eso genera problemas en la exploración que usa longitudes intermedias de onda infrarrrojas.

Se espera que SpaceX lance pronto una nueva iteración de estos satélites apodada ‘VisorStats’, pero se desconoce cuál será el impacto de estos modelos en la observación astronómica.

Para los astrónomos una opción estaría en cambiar la órbita de operación de estos satélites, que se sitúan a 547 km de nuestro planeta. El servicio competidor OneWeb sitúa sus satélites a 1.200 km, lo que haría que el efecto de estas constelaciones artificiales fuera muy inferior. Parece difícil que SpaceX considere esa alternativa, así que habrá que esperar a ver si realmente las nuevas iteraciones de sus Starlink alivian el problema definitivamente.

Vía | Gizmodo


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Javier Pastor

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