Los neandertales crecían tan despacio como los humanos modernos

MADRID. Los neandertales y los Homo sapiens no solo compartieron hábitats y modos de vida. Un estudio publicado hoy en Science concluye que esta especie inteligente extinguida hace 40.000 años tenía un patrón de crecimiento muy similar al de los humanos modernos: sus niños crecían tan despacio como los nuestros.

El estudio, liderado por el paleontólogo Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, se ha centrado en los restos fósiles de un niño de la cueva de El Sidrón (Asturias), el yacimiento neandertal más importante de la Península Ibérica y uno de los más destacados del mundo.

El yacimiento, que fue excavado entre el 2000 y el 2013, contenía más de 2.500 restos óseos de una familia de trece miembros: siete adultos, tres adolescentes y tres niños que vivieron en ese lugar hace unos 49.000 años.

Sin embargo, a diferencia de la mayor parte de los restos de los adultos que están “muy fragmentados”, el esqueleto de uno de los niños está “casi completo”, lo cual es una rareza porque “en el registro fósil neandertal hay muy pocos niños tan bien conservados y los que hay tienen entre dos y tres años”.

Así lo explicó a Efe el coautor del trabajo y paleogenetista del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), Carles Lalueza-Fox.

El estudio histológico del niño ha determinado que tenía 7,7 años. “Su edad ha quedado muy bien afinada porque los esqueletos infantiles permiten calcular la edad con gran precisión gracias al crecimiento de los dientes”, precisa Lalueza-Fox.

Y es que, según se forma el esmalte, las piezas dentales, dejan marcas microscópicas diarias que permiten contar por días la edad de un individuo, añade.

Además, por otras marcas halladas en el esmalte dental y por la robustez de sus huesos, los investigadores han determinado que se trata de un varón diestro que comenzaba a ejercer tareas de adulto.

Al estudiar sus huesos, los paleontólogos observaron que el tamaño de la primera vértebra de la columna (llamada atlas) y el de las vértebras torácicas no se correspondían con las de un humano moderno de casi 8 años sino “más bien con uno de 5 o 6 años”.

En cuanto al cráneo, los investigadores vieron que algunas zonas como la del hueso occipital seguían creciendo, “cuando en un humano moderno de esta edad, esta parte de la cabeza ya ha dejado de crecer”, apuntó el investigador del MNCN y coautor del trabajo Luis Ríos.

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