Llevamos años buscando el Planeta 9 del Sistema Solar. Y nos estamos quedando sin sitios donde mirar


Cuanto más nos alejamos del Sol, más difícil es observar los objetos porque la mayoría de ellos no brillan con luz propia sino que reflejan nuestra estrella. No es de extrañar por tanto que muchos astrónomos se planteen muy en serio la posibilidad de que un planeta se esconda en los confines de nuestro sistema solar. Muchos son los que lo buscan, pero se están quedando sin lugares donde mirar.


El origen del noveno planeta.
La humanidad lleva milenios observando las estrellas, ya partir de esa observación hemos ido descubriendo uno a uno todos los planetas de nuestro sistema solar. Más o menos. El descubrimiento de Neptuno fue el más singular ya que no se descubrió por observación directa, sino por el efecto de su gravedad sobre el movimiento de otros planetas. Los astrónomos sabían hacia dónde apuntar sus telescopios para ver el octavo planeta.

Para explicar algunas extrañezas orbitales más, hace tiempo expertos del Instituto de Tecnología de California (CalTech), propuso la existencia de un «Planeta 9», un planeta del mismo tamaño que Neptuno pero que orbitaría al Sol a una distancia mucho más lejana, incluido Plutón. También conocido como «Planeta X”, este candidato a planeta sería difícil de detectar por su posición tan alejada del Sol, mucho más de lo que lo fuera en su día Neptuno.

Entrada 700 y 8000 UA.
Un par de investigadores británicos observaron las fechas de dos sondas de nuestro cielo y buscaron este planeta supuestamente escondido. El análisis realizado se publicará como artículo en la revista Avisos mensuales de la Royal Astronomical Societypero su borrador está disponible a través del repositorio ArXiv. En él, los investigadores dan cuenta de su búsqueda.

Basado en la expectativa de que el planeta, por su lejanía, orbitaría a una velocidad lenta, tomó sondeos separados por casi 23 años y medio. Esto debería ser suficiente para detectar el movimiento del Planeta 9 en su ruta alrededor del Sol. They acotaron su búsqueda en el espacio a un disco situado alrededor del plano en el que orbitan la majoria de los objetos de nuestro sistema ya una distancia entre 700 y 8000 unidades astronómicas (UA) del Sol.

El análisis les permitió detectar un total de 535 objetos que podrían corresponder a este planeta. Estos objetos se encontraron a menos de 1000 AU de distancia y tenien mas menores que la de Neptune, lo que los convertía a priori a buenos candidatos a Planeta.

Descartar juego.
El siguiente paso de los investigadores fue analizar cada una de las características individuales de estos objetos en el espectro infrarrojo. El resultado fue que ninguna de estas “empresas de infrarrojos” correspondía a la que podía salir de un planeta. Es decir, vuelta a la casilla de salida.

El motivo es que estos objetos fueron encontrados en las inmediaciones de “nubes nubladas”, posibles causas reales de las señales captadas por el equipo de investigadores.

Un planeta que se desvanece.
Aunque la ausencia de pruebas no es por sí misma la prueba de una ausencia, este estudio reduce nuestras posibilidades de encontrar este noveno planeta. Más aún si tenemos en cuenta que es el segundo estudio de estas características que culmina con las manos vías.

A principios de este año, una sonda realizada por el Telescopio Cosmológico de Atacama (ACT) en Chile tampoco encontró rastro del teórico planeta. Los responsables del estudio explicaron, eso sí, que las herramientas de las que disponían no eran suficientes para descartar completamente el planeta, pero en cualquier caso tampoco lo encontraron.

El estudio reciente abarcaba una buena parte del terreno en el que un planeta de considerable tamaño capaz de influir en las órbitas de otros objetos de nuestro sistema podría ocultarse. Si no está ahí resulta más complicado especular con cuál podría ser su ubicación, quizás en una órbita muy excéntrica o quizás fuera del plano de nuestro sistema.

La búsqueda continúa.
A veces las investigaciones que llegan con las manos cías son relevantes comos que no. La ciencia debe refinar e incluso descartar teorías para poder avanzar, cosa que afecta a todos los campos.

Planeta 9 nos da un escenario casi de ciencia ficción, pero no debe olvidarse que es una teoría que trata de responder a un enigma: una anomalía en los trayectos de los planetas de nuestro sistema solar. Existe o no, la respuesta a esta pregunta sin duda nos abre nuevas vías de exploración para entender lo que hay a nuestro alrededor.

Imagen | NASA



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