ista que punto es legal que nos graben sin consentimiento y usarlas para despedirnos


El jefe decide poner una cámara en marcha. Y sin nuestro consentimiento, empyza a grabarnos. ¿Es legal? ¿Qué tipo de requisito? ¿Puedes usar estas capturas como prueba para enviar? La videovigilancia es un fenómeno alza y estas dudas pueden ser muy habituales.


Es legal para nosotros conseguir un trabajo. Según el artículo 20.3 del Estatuto de los Funcionarios: “el empresario podrá adoptar los medios que estime más convenientes de vigilancia y escrutinio para comprobar el cumplimiento por el trabajador de sus obligaciones y requisitos laborales”. Hay muchos casos de faltas laboriosas que involucran a los trabajadores y no hay disputa legal.

Sin vergüenza, hay una serie de requisitos, de los cuales el más importante es la opinión. El empleado puede colocar una cámara, pero los trabajadores deben ser notificados. No tenemos nuestro consentimiento, pero debemos informarle. Además, protege la privacidad e intimidad básica, ya que estas habitaciones no pueden estar ubicadas en vestuarios, habitaciones o zonas de relax, así como la Agencia Española de Protección de Datos.

El Tribunal Supremo ha dejado clara su posición, respetando las tomas en el trabajo con cámaras de videovigilancia. Según un comunicado reciente sobre una cafetería del aeropuerto de Barajas que se ha retrasado en reiteradas ocasiones, el uso de las salas es una «idea mediana» para el registro de sus multas, para permitir que los infractores y sanciones se lleven a cabo con una conducta disuasoria. ; necesario, debido a la inexistencia de otro typo medios menos intrusivos para consigir la citada finalidad; y proporcional a las multas perseguidas». Como vemos, las frases clave son su idea, necesidad y proporción.

No se requiere consentimiento expreso del trabajador. Además del acaparamiento de poder, el empleador no necesita el permiso explícito del trabajador para la instalación de cámaras, mientras que su uso se justifica por razones de seguridad. En este caso, evita hacer daño al detectar pérdidas materiales perdidas.

Basta con el cartel de «zona videovigilada». La diferencia más importante es entre el permiso y la opinión. No se necesitó el permiso del trabajador, pero tuvo que anunciar que lo habían agarrado. ¿Cómo? Aquí se puede diferenciar en cada caso, pero la costumbre es que con la colocación de un cartel de «zona video vigilada» sea suficiente.

Estos agarres pueden servir como prueba para un déspota. Si bien el proceso es correcto, estas capturas también pueden servir como prueba de un déspota. Es la posición adoptada por el Tribunal Supremo, que contradice algunas de las resoluciones dictadas por el Tribunal Supremo de Justicia de Madrid, que lo declaró despreciable. De esta forma, la jurisprudencia al respecto es bastante clara.

Tiempo máximo. Es relevante señalar que las capturas de estas cámaras de videovigilancia solo se pueden visualizar durante un mes, siempre que una máquina de discos o un investigador haya podido acceder a ellas. Solo el vigilante o personal de seguridad tendrá acceso a estas tomas.

Con las salas de ocultismo hay mas matices. Si hay un cartel de opinión, entonces hay dudas sobre su legalidad. En el caso de sean cámaras, la jurisprudencia «permite la instalación temporal de sospechosos, pero no se puede confundir los sospechosos encontrados o los indicios racionales con el deseo de tener un control preventivo que está prohibido», explica Pere Vidal de derecho de la UOC, Confilegal.

Y sin sonido. Grabar las imágenes se consideran proporcionales, pero escuchar conversaciones no. Sin cámaras de sonido, sin micrófonos ni grabaciones. En este caso se considera desproporcionado y que espera respecto a la intimidad de los empleados.

Imagen | alex caballero



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