Hemos descubierto una entrada «al inframundo» bajo la iglesia de Mitla en Oaxaca. Y sin cavar un solo túnel


Gran parte de México es como Pompeya: excavas un poco y encuentras algo de gran valor. El problema es que no siempre se pueden realizar excavaciones y ahí es donde entran en juego las técnicas actuales de exploración mediante métodos no invasivos. Hay veces que la evidencia es lo que empuja a los arqueólogos a entrar en acción. Otras pueden ser leyendas como la que apuntaba a una red de túneles bajo la iglesia católica de Mitla.

Gracias a la tecnología, ya no es una leyenda.

Lugar de los muertos. Ciudad de México y Teotihuacán son una auténtica mina, pero mientras aquella ciudad florecía, al sureste había otro importante foco cultural: Monte Albán. Ahí es donde prosperó otra civilización, la de los zapotecas, muy cerca de Oaxaca. En la zona se encuentra Mitla, un punto vital para esta civilización, ya que se estima que durante la época prehispánica, alcanzó una población de más de 10.000 habitantes.

Su nombre se puede traducir como ‘Lugar de descanso’ o ‘Lugar de los muertos’ y, actualmente, es una importante zona arqueológica en la que hay numerosas ruinas de templos, pero también de palacios. Con ese nombre, es evidente lo que pueden encontrar los arqueólogos. Pero más allá de las propias tumbas y de lo que se puede ver a simple vista, lo fascinante del sitio es lo que está oculto.

Proyecto Lyobaa. Con esa intención de descubrir lo que hay bajo tierra, nació el Proyecto Lyobaa. Se trata de una colaboración entre el instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Asociación ARX para la Investigación y Exploración Arqueológica (ARX Project).

El objetivo era proporcionar información sobre el subsuelo de la zona arqueológica de Mitla con un triple objetivo. Primero, identificar posibles cavidades y túneles en los que se pueda hallar algo de valor. Segundo, tener un conocimiento más profundo de la zona gracias al mapeo de esos túneles. Y, tercero, conociendo esta información, realizar actividades de prevención de riesgo sísmico.

¿Pero… hay algo? El equipo del INAH y ARX estudió varios documentos en los que se detallaba que había un laberinto de túneles bajo las ruinas de un palacio en Mitla. No había entrada debido a que, al parecer, los misioneros sellaron las puertas debido a que la población creía que se trataba de la entrada al inframundo. Además, se construyó sobre esta zona un templo católico. Esa práctica de levantar un templo sobre (o incluso dentro) una zona de culto anterior no es una práctica extraña, pero impidió que la zona se estudiara con técnicas tradicionales que pudieran corroborar la teoría.

El equipo. Como realizar una investigación convencional no era una opción debido a que las excavaciones pondrían en riesgo tanto las estructuras coloniales como las anteriores, los investigadores recurrieron a las últimas tecnologías de exploración no invasiva:

  • Radar de penetración terrestre: permite detectar objetos subterráneos a través de olas electromagnéticas.
  • Tomografía de resistividad eléctrica: permite evaluar las propiedades eléctricas del subsuelo.
  • Tomografía de refracción de ruido sísmico: sistema que mide la velocidad de propagación de ondas sísmicas artificiales.

Aplicaron estas técnicas en dos áreas: el Grupo de las Columnas y el Grupo de la Iglesia y los resultados se procesaron en los laboratorios del Instituto de Geofísica de la UNAM.

Mitla

La zona inferior es la iglesia católica

Mitla

Con la tomografía sísmica se descubrieron los túneles

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Y pasando a 3D se puede observar la entrada a los túneles, que coincide con la ubicación del altar

Una entrada al inframundo. Efectivamente, había algo: una serie de estructuras de interés arqueológico que no se habían registrado anteriormente. El análisis de los resultados mostró que la entrada a una red de túneles a entre cinco y ocho metros de profundidad se encuentra justo debajo del altar principal de la iglesia católica. Es algo que coincide con la mencionada leyenda y, además, se hallaron evidencias de un templo anterior que demostraría que Mitla fue, en efecto, un importante centro cultural antes de su apogeo en el siglo XII.

La idea del equipo ahora es realizar nuevas investigaciones en otras zonas arqueológicas y la expectativa es, además de ampliar nuestro conocimiento y poder monitorizar las actividades sísmicas para proteger el patrimonio, atraer más visitantes a estas zonas, ya que la economía de la región depende fuertemente del turismo y la venta de artesanía.

Imágenes | ARX Project, Gengiskanhg

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