Google Pixel 2 XL

Google quiere hacerse un hueco en el campo del hardware.

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Google quiere hacerse un hueco en el campo del hardware.

Google quiere hacerse un hueco en el campo del hardware. Los primeros Pixel fueron el comienzo de una andadura que ahora avanza exponencialmente con el Pixel 2 XL. Esto es todo lo que tienes que saber sobre el segundo teléfono made by Google.
Hace un mes, Google anunciaba oficialmente el lanzamiento del Pixel 2 XL, uno de los productos más completos y atractivos que la marca ha fabricado jamás. Las primeras sensaciones, tras escasos minutos probándolo, fueron maravillosas: este teléfono podría ser, casi con seguridad, el mejor Android del año. Por encima de Galaxy Note 8, Galaxy S8, LG V30 y cualquier otro producto que hayamos conocido a lo largo de 2017.

Intuía que el análisis de este producto iba a ser bastante sencillo. Todo era tan bueno y parecía tan idílico que pensaba otorgarle la mejor puntuación de todo 2017 —ningún teléfono de gama alta, salvo el iPhone X, ha sobrepasado el 9 de nota en Hipertextual a lo largo de 2017—. Este Pixel podría ser el primero del año. Y eso, para Google, habría sido sinónimo de triunfo.

 

Fotografía: Nicolás Rivera (Hipertextual).
Pero cuando el teléfono comenzó a llegar a las tiendas y, paralelamente, la compañía hizo entrega de las primeras unidades a los periodistas, esa fantástica efervescencia comenzó a diluirse drásticamente. El que, a priori, parecía ser el mejor Android del año —y uno de los mejores teléfonos de 2017, en general—, comenzaba a mostrar imperfecciones realmente graves para un producto de 959 euros. Y la situación, con el paso de los días, no hacía más que empeorar.

El análisis del producto, consecuentemente, se hacía cada vez más complejo. El Pixel 2 XL tiene infinitas cosas positivas —y con el paso de los días fui sorprendiéndome con todas y cada una de ellas—; pero dos aspectos muy concretos del teléfono no hacían más que demoler la excelente experiencia de uso que este teléfono estaba entregándome.

Uno de ellos, como se imaginarán, es la pantalla, protagonista de un río casi infinito de noticias durante las últimas semanas. Sobre ella hay que hacer varias consideraciones.

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