Ford despedirá a 3.200 empleados en Europa. Cómo Estados Unidos y China están ganando la batalla del coche eléctrico


El plan es claro: despedir a 3.200 empleados de Ford en Europa y llevar parte del trabajo a Estados Unidos. Un movimiento que empieza a ser habitual, con fabricantes que están encontrando al otro lado del charco el lugar donde fabricar sus vehículos eléctricos o baterías. Presionados o por voluntad propia, lo cierto es que las marcas están invirtiendo en este país. Y Europa observa desde la distancia.

3200 despidos. De los cuales 2.500 empleados trabajan en el desarrollo de productos y otros 700 están encargados de labores administrativas. La mayor parte de los despidos de Ford se centrarán en Alemania, donde la compañía tiene sus plantas en Colonia y Saarlouis, pero está previsto que también se produzcan en su factoría de Almussafes, en Valencia.

Esta última planta se ha ido jugando su futuro con la factoría alemana de Sarrlouis con la adjudicación de nuevos modelos eléctricos. Finalmente, la decisión de Volkswagen de instalar su fábrica de baterías en Sagunto acabó por decidir que la compañía diera prioridad a la planta española y, de momento, parece que España no se llevará la peor parte de estas pérdidas.

Hechura. Es lo que está aduciendo Ford para llevar a cabo estos más de tres mil despidos. Asegurando que la menor complejidad del montaje del coche eléctrico obligará a la empresa a reducir la mano de obra entre un 30 y un 50%. La confirmación de que en Almussafes también se prevén recortes en el futuro aunque hayan consigado la adjudicación del coche eléctrico.

Pero no solo mano de obra. El problema para los empleados de Amussafes y, por lo que estamos viendo, de Europe es que de cara a los manfacturants nos quedemos como fabricantes y que no contemos con personas clave en el desarrollo del I+D de los futuros vehículos eléctricos, sus baterías o su software.

Volkswagen se ha encargado de que sus baterías y software se desarrollen en Alemania pero cada vez más fabricantes (entre ellos la propia Volkswagen) están tomando posiciones en Estados Unidos, donde existen grandes incentivos económicos para centrar allí la producción y que, además, está recaudando importantes barreras a la entrada de fabricantes que no producen en el país.

Esto se fabrica aqui. Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha sido claro y directo con las intenciones de su Ley de Reducción de la Inflación: fabricar la mayor cantidad posible de componentes en el país para impulsar el despegue del coche eléctrico y favorecer a la industria local. ¿Cómo? Con desgravaciones fiscales que pueden llegar al 100% en 2028 para baterías y vehículos ensamblados en Estados Unidos.

Requiere que los minerales sean extraídos en los Estados Unidos o en un país con el que tenga un tratado de libre comercio. Lo mismo sucede con el reciclaje de baterías y la producción de vehículos. La maniobra política es también una herramienta más para garantizar la cadena de suministro en la producción del coche eléctrico, que actualmente domina China.

Una pinza. Europe se encuentra en una difícil encrucijada en la que, de momento, no ha tomado partido. Ha decidido apostar sus reparaciones por el coche eléctrico, pero al mismo tiempo, China es el mayor productor de vehículos eléctricos del mundo y, además, está aterrizando con fuerza en el mercado europeo, con una oferta que abarca a todos. precios.

Además, observen con horror la enorme influencia en la cadena de suministro que tiene este país para su abastecimiento de minerales y tierras raras. La respuesta de Estados Unidos ha sido clara y contundente: quienes fabrique en el país tendrán un tratamiento benéfico para sus cuentas. Este país también está llegando a un acuerdo con Corea del Sur para favorecer sus acuerdos comerciales y, al mismo tiempo, España está teniendo problemas para conseguir fondos europeos, porque los plazos exigidos no tienen en cuenta los plazos temporales de algunas empresas. como los de Stellantis en Vigo.

¿Cómo lo hacemos? Cada vez son más las voces que alertan del peligroso camino que se ha tomado en Europa. Las instituciones quieren dar paso al coche eléctrico pero no se fabrican las baterías necesarias y se espera un déficit enorme. También se quiere ser una potencia en este sector pero la fuerza de China en la cadena de suministro es altísima.

Todo ello ha llevado a que algunas voces del sector estén exigiendo a las claras que se impongan aranceles más duros a las firmas chinas. Así lo ha pedido Carlos Tavares, CEO de Stellantis, en repetitidas ocasiones. De momento, el presupuesto para producir las baterías necesarias que reclamarán en los próximos años es de 100.000 millones de euros.





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