En 2002 apareció un virus sobre el virus del Ébola en Asturias y se propagó misteriosamente. Lo hemos vuelto a encontrar


No era rabia, ni una intoxicación por pesticidas o veneno. Sin embargo, no hay una causa meteorológica, no hay información conocida disponible en este momento. Algo había matado a 500 murciélagos en la cueva asturiana de Lloviu y no sabíamos qué. Rápidamente, los investigadores están diciendo que tampoco se trataba de algo específico de ese taco, que en Europa los murciélagos están parados por kilómetros. ¿Qué está pasando? Acabamos de aislar al culpable.


El ‘ébola’ asturiano. Durante los meses, los investigadores estaban completamente perdidos y no habían cumplido los tres años cuando, mientras estudiaban un estudio sobre los muríes del podio frutal que eran reservorios vivos («almacenes») del ébola, Antonio Tenorio dio con la tecla. Para comparar las muestras de los murciélagos asturianos con el virus del Ébola y encontrar coincidencias genéticas que rozaban el 75%, la comunidad científica pone las manos en la cabeza.

A envasar porque, según la clasificación actual, “un virus se contagia si aparece en más del 50%”, para seguir, porque España no dispone de diez instalaciones que puedan trabajar con este tipo de patógenos. Rápidamente, investigadores del Instituto Salud Carlos III y del CSIC se reunieron con la Universidad de Columbia y los Laboratorios Roche. Así encontramos el virus LVI (LLOV).

«No tenemos ejemplos». Sin vergüenza, nadie sabe mucho sobre el virus del mar. Según la conclusión de que no afecta a los humanos, solo se puede confirmar porque no se ha documentado ningún documento con la vida de este virus (humano o animal) y, por otros medios, como explica Gustavo Palacios (uno de los investigadores que liderar el estudio original), «se consume todo el material de muestra». Los modelos originales serán para que el pequeño identifique y cree una serie de preguntas muy básicas. Para nada más.

Pues bien: lo acabamos de aislar. Ya hay un equipo de investigadores coordinado por Gábor Kemenesi, del Laboratorio Nacional de Virología de la Universidad de Pecs (Hungría) en la lucha contra el virus en la vida de un murciélago vivo en Hungría. Esto confirma, sin embargo, que el Lloviu no era una rareza asturiana y que las «dátiles reaparecen el papel de los murciélagos, en concreto ‘Miniopterus schreibersii’, como LLOV enfitriones en Europa».

¿Qué sabemos ahora? Lo que es más importante, en un contexto de laboratorio, Lloviu parece tener el potencial para infectar y replicar células humanas. Por otro lado, el estudio demostró que no tuvo una alta tasa de respuesta entre él y el ébola. Se dice que las vacantes actuales contra este último no se cubrirán en el caso de que el LLOV rescate a los humanos.

La próxima epidemia más grande está en el desierto. Por ahora no hace falta decir que la peregrinación es inminente o nada. Pero está «aumentando la preocupación por una posible transmisión extendida en Europa e instando a la realización de estudios intermedios patogénicos y antivirales». han doblado), la unidad de emergencia sanitaria de clase mundial que ha sido provocada por un nuevo y descontinuado agente infeccioso tiene el coronavirus. Y tendemos a discutir largura y ternura sobre si tenemos o no elementos de apoyo en nuestra peregrinación.

El resto fueron producidos por un subtipo del virus de la gripe (un virus conocido por neblina, al menos hace 2400 años), el polio (descrito en 1789, pero afectado por los antiguos egipcios), el ébola (descubierto en 1976). ) y el Zika (conocido desde 1947). Este es exactamente el tipo de virus «conocidos» que queremos seguir. La próxima gran epidemia probablemente sea su venganza.

Imagen | James Waincoast



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