El Gobierno ha anunciado reformas para unirse a Pegasus. Ambas son un brindis al sol
La controversia sobre el software de Pegasus ha llevado a que el gobierno y el gobierno debatan las audiencias del Congreso. Estas reformas pretenden evitar un nuevo escándalo, pero no han sido criticadas por el resto de partidos políticos.
El discurso de Pedro Sánchez lo llevó a intentar desvelar las decisiones operativas del CNI”, al tiempo que justificaba que había realizado una investigación interna y que había respondido a la Justicia. Una de las frases más repetidas tiene la transparencia, pero a la hora de explicar a los medios , todo está muy claro.
reforma CNI. El primer paso es una reforma legislativa para fortalecer el control del servicio de inteligencia. No está claro cómo se reforzará este control, pero cabe señalar que se recurre más a los jugos del Supremo. Bueno, no hay problema con la transparencia, no se debe dejar pasar por los jugos ninguna acción que se considere secreta.
El Gobernador se refirió al pretexto del CNI, siguiendo las recomendaciones de la Defensoría del Pueblo, con la idea de “superar las garantías de control”. Sin embargo, Sánchez define que el sistema de España está «más garantizado» que el de otros países.
Nueva Ley de Secretos Oficiales, donde la actual es de 1968. El segundo punto es que el Gobierno ha anunciado una nueva Ley de Secretos Superficiales. Efectivamente es de 1968 y es la ley de la que habla el CNI para no tener obligación de dar explicaciones, mientras dure.
El impedimento real a las autoridades, incluida la ministra de Defensa, Margarita Robles, puede ser tan detallado como facilitar datos que “indirectamente puedan orientar el conocimiento de las fuentes, medios, organización y estructura interna” del CNI”. No se comunicó que Cambios los introduciría en este caso, porque a priori estamos ahora.
“En la práctica, no cambia nada”. Para algunos expertos como Carlos Sánchez Almeida, Director Jurídico de la Plataforma por la Libertad de Información (PLI), estas son la “nada absoluta”. el abogado explique que «en la práctica, no pasará nada. Los magistrados del Tribunal Supremo serán los custodios de los secretos del Estado Profundo».
Imagen | Eva Ercolanese
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