EEUU quiere usar a Japón para golpear a China en la guerra de los chips. Los nipones temen represalias en su talón de Aquiles


Estados Unidos está intensificando sus esfuerzos para obstaculizar el desarrollo tecnológico de China por motivos de “seguridad nacional”. A lo largo de los últimos años hemos visto como el país norteamericano ha implementado controles de exportación para limitar la capacidad de las empresas estadounidenses para exportar tecnología de vanguardia al gigante asiático.

También hemos sido testigos de las intenciones de Washington de utilizar las herramientas que tiene a su disposición para evitar que empresas extranjeras como la neerlandesa ASML puedan vender algunos de sus productos a compañías chinas. Financial Times señala que la administración de Joe Biden está tratando de ir un paso más allá, concretamente en Japón.

Tokyo Electron en el centro de la polémica

El objetivo de Estados Unidos está bastante claro: es prioridad limitar la capacidad de China para desarrollar y fabricar sus propios semiconductores, componentes que podrían ser utilizados con fines militares. Aquí, precisamente, entra en escena Tokyo Electron, una compañía japonesa de tecnología avanzada que se proyecta como la futura “ASML nipona”.

Tokyo Electron tiene un catálogo que incluye, entre otras cosas, equipos de grabado por plasma y sistemas de deposición de obleas. Se trata de elementos clave para la fabricación de chips. Pues bien, algunos de estos productos pronto podrían estar bajo controles de exportación vigilados de cerca por Washington y decimos podría porque es un tema bastante complejo.

Las fuentes del mencionado periódico explican que Estados Unidos y Japón están en conversaciones y, si bien están cerca de llegar a un acuerdo, los nipones se sienten presionados por su socio comercial y militar. Además, por si esto fuera poco, temen que China pueda tomar represalias justamente en un sector tan importante como delicado, el de los minerales.

Si hay algo que en Japón no abunda, eso es precisamente el galio y el granito. Estamos hablando de recursos naturales elementales para la industria japonesa que, en general, son importados desde China. Un bloqueo por parte de este país podría significar un quebradero de cabeza para Japón que debería salir a buscar proveedores alternativos.

Así que por estos días se están negociando controles de exportación sobre compañías japonesas que alcanzarán a China, y se lo está haciendo con una precisión quirúrgica. Es que Tokio procura no incomodar demasiado al gigante asiático al tiempo que busca responder de manera efectiva a Estados Unidos, uno de sus principales socios internacionales.

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Las fuentes también han mencionado que en Japón hay cierto malestar con Estados Unidos. Esto se debe a que la administración de Joe Biden está lista para bloquear la adquisición por 15.000 millones de dólares de US Steel por parte de Nippon Steel. Pues bien, el argumento para poner fin a esta transacción es, otra vez, la “seguridad nacional”.

Imágenes: MIT | Alejandro Luengo

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