Venir a altas horas de la madrugada es una mala idea. Ahora la ciencia sabe por qué


Si hay algo que distingue a los hábitos alimenticios de los españoles con respecto a los de otros países mediterráneos son los horarios. Pero quizás tengamos algo que ganar adelantando nuestro consumo calórico, o al menos ese es el resultado de dos estudios recientes.


Experimenta con la comida.
Durante el tiempo los especialistas han observado que picotear o incluso cenar poco antes de irnos a la cama estaba ligando con mayores niveles de sobrepeso y obesidad. Dos estudios publicados recientemente en la revista Metabolismo Celular he indagado en el porqué de esta relación.

«Los estudios anteriores (…) habían demostrado que las comidas tardías están asociadas con un aumento del riesgo de obesidad, grasa corporal e incapacidad para perder peso». Queriamos entender por qué” explicaba en una nota de prensa Frank Scheer, profesor en la Escuela de Medicina de Harvard y coautor de uno de los estudios.

El hambre.
Y ambos equipos señalan en la misma dirección: la clave está en el hambre que sentimos. El primero de los estudios se realizó con 30 participantes que se sometieron a dietas controladas, ídénticas en valor órico pero que variaban en cuanto al horario (one diet «cargada» por las mañanas y la otra «cargada» por las tardes).

Aunque hubo variaciones en cuanto a pérdida de peso entre los dos grupos, el grupo que consumió más calorías durante la cena y menos en la mañana fue el que manifestó más hambre.

Clave variable.
La sensación de saciedad y hambre está regulada por dos hormonas, la leptina y la grelina respectivamente. El segundo estudio, en el que participó Scheer, tomó un grupo de 16 pacientes y analizó el efecto de los horarios de sueño de los pacientes. Entre otras variables estudiaron la presencia de estas hormonas en la sangre de los participantes.

En lugar de cambiar el balance calórico de las comidas, lo que este equipo alteró fue el horario en el que se consumían. Los participantes tenían los mismos menús para las tres comidas del día, con una diferencia de cuatro horas.

Además de los niveles de leptina y grelina, los investigadores analizaron el consumo energético de cada participante mediante calorimetría indirecta, una técnica basada en el estudio del oxígeno que consume cada cuerpo y el dióxido de carbono que produce. Los investigadores analizaron incluso el tejido adiposo de algunos de los participantes para estudiar variaciones en éste.

Comidas en el laboratorio.
Uno de los problemas a los que se enfrentan los investigadores en el campo de la nutrición es la extrema variabilidad de nuestras dietas. Los nutrientes que consumimos dependen de los productos que consumimos, del tamaño de la ración y de la elaboración.

El de Scheer es un experimento “de laboratorio”, no porque se realice estrictamente en uno, sino porque los investigadores crean un entorno controlado: todos los participantes comían lo mismo. Puesto que los horarios de comida se establecían en relación con los horarios de sueño, éste último también fue un factor que los investigadores tuvieron que controlar.

Efectos cuantificables.
Los resultados del experimento confirmaron diferencias en los niveles de grelina y, especialmente, los de leptina entre los dos grupos, lo cual explica la mayor sensación de hambre descrita en el otro estudio.

Más allá del hambre, al analizar el consumo energítico, los invesgaradores constataron que los participantes del grupo que se alimentaba con retraso quemaba calorías a un ritmo inferior. Por su fuera poco, el estudio de los tejidos adiposos también mostró una mayor tendencia a la acumulación de grasa en este grupo.

Buena dieta, ¿malos habitos?
Los usos y costumbres no surgen de la nada, y si bien es cierto que en España se come y cena más tarde de lo habitual, las cenas suelen ser más ligeras. No puede concluirse por tanto que comer y cenar tarde sean siempre malas opciones, pero sí que se puede ganar en salud adelantando algunas comidas en el día. Además de evitar el mido asalto nocturno a la nevera, claro.

Imagen | eren li



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