Todoterreno eléctrico. Citroën lo tiene clarísimo


El coche eléctrico será la cama del SUV. Así piensa Vincent Cobée, consejero delegado de Citroën. Una afirmación ariesgada y de la que no conoceremos los resultados hasta pasados ​​unos años. Pero también una declaración que va en consonancia con la puesta de Stellantis. ¿Será posible que el futuro de los SUV esté condenado y la moda haya sido efímera?


SUV eléctrico. El SUV, como tal, hace tiempo que dejó de hacer referencia a sus siglas. Vehículo utilitario deportivo Son las palabras que esconden esta abreviatura y que hacen referencia a verdaderos todoterrenos con ambiciones deportivas en sus prestaciones y sin dejar de lado un uso muy útil como vehículo familiar, como el Ford Bronco o el Toyota Land Cruiser FJ-55. Con los años, sin embargo, esta concepción se fue perdiendo.

Y aunque a su filosofia hay marcas que le han sacado mucho partido, todos sabemos en qué ha terminado el SUV: un vehículo que prima la comodidad, que ofrece un campo visión más alto y que simula una estética alloterrano robusta que, sin embargo, no es tal en su concepción mecánica.

Una defensa. No soy yo el mayor y mejor del SUV como vehículo. De hecho, por norma general, no soy partidario de su compra pero, desde luego, he de asumir que nuestros motivos acaban entrerados por una frase muy sencilla: «ya, pero es que a mí me gustan». La afirmación en la que nace y termina la compra de la inmensa mayoría de los clientes, como confirma la lista de los más vendidos en España.

Y aunque hay motivos para optar por una berlina o un compacto, el SUV no parece un vehículo que también tenga sus virtudes. En primer lugar, la entrada y salida es más cómado (esencial en un público que envejece a causa de vehículos más y más caros). Pero, además, son coches que suelen tener un mayor maletero y cuya posición elevada gusta a un cliente que cree tener un mayor control sobre lo que sucede a su alrededor.

sus problemas. Pero igual que tiene sus ventajas, el SUV también tiene sus ventajas. Y no son pocas. La sensación de seguridad es, en muchas ocasiones, falsa, porque el vehículo está más alto y más alejado del suelo, por lo que los mayores problemas estarán ahí para gestionar su estabilidad.

Lo mismo sucede con la sensación de lo que sucede alrededor. Sí, la vista puede llegar más lejos pero también tiene problemas importantes en una ciudad, donde los SUV de inmenso tamaño llegan por marcado un punto ciego igual de menso. Pero, sin duda, uno de sus mayores problemas está en el consumo, más alto que el de una berlina o el de un compacto «hermano».

Impactante con electricidad. Este último argumento es el que esgrimen desde Citroën. Vincent Cobée, consejero delegado de la firma, lo ha resumido así en declaraciones a AutoExpress: «»El mundo de los SUV está acabado, aunque los números no me dan la razón. En un coche eléctrico, puedes pagar un precio muy alto si tu aerodinámica no está bien».

«Hay unos 50 kilómetros de diferencia entre una buena aerodinámica y una mala. Entre un SUV y un sedan, puedes estar hablando muy fácil de 60, 70 o 80 kilómetros». Es exactamente la misma filosofía que defendíamos hace unos meses. La compra de un coche siempre tiene un punto de irracional y el cliente puede asumir unas décimas superiores de consumo si realmente le gusta el coche, pero con el coche eléctrico esto cambia.

Aerodinámica, la clave de todo. Con la llegada del coche eléctrico, la aerodinámica es fundamental. Más allá de poder mejorar los consumos es importante porque la red de recarga sigue siendo escasa y está mal repartida en algunos casos. Una autonomía superior a 50 kilómetros puede hacer que, en un viaje de largo recorrido con dos o tres paradas, nuestra inversión en tiempo se reduzca.

Pero no es solo una cuestión de Cx, también es una cuestión de la superficie frontal del automóvil. Cuanto más ancho y alto sea el mar, más espacio tendrá para superar su avance y, por tanto, a mayor superficie lo ralentizará, repercutiendo en un mayor consumo para alcanzar la misma velocidad y llegar al mismo destino.

Una estrategia copiada. No es casual que estas declaraciones de Cobée lleguen en una nueva estrategia de producto de Stellantis. Citroën y Peugeot andan emersas en la presentación de nuevos modelos a mitad de camino entre la berlina y el SUV. No berlinas de aspecto campero, como el Audi A4 Allroad o el Mercedes Clase C All Terrain, son vehículos que juegan con las formas para ofrecer un aire similar a un SUV de medidas compactas.

Pero esta estrategia no es exclusiva de Stellantis. Solo hay que ver las similitudes entre un Seat León y un Cupra Formentor. Guillermo García Alfonsín explicó la historia en su canal de YouTube. Y rebajar el coche y acercarlo al suelo es algo que hace años que cualquier otra marca lleva años haciendo. Mas si tenemos en cuenta el salto al electrico. El Volvo C40 Recharge tiene una altura de 1.591 mm, muy lejos de los 1.652 mm que mide el Volvo XC40.

El tiempo dirá. Y dirá lo que los tísicos quieren que diga. El momento en que las empresas apostaron por el SUV eléctrico a la hora de lanzar los primeros modelos. Una estrategia que tiene su sentido porque son coches más caros y fáciles de amortizar, dotarlos de baterías es algo más simple y, además, paradójicamente les beneficiaba con las normas de misiones.

Sí es lógico pensar que las berlinas reciban una segunda oportunidad, especialmente como alternativa para quienes necesiten realizar muchos kilómetros al año o hacer viajes muy largos. Los Mercedes EQE y EQS o el Hyundai Ioniq 6 son buenas muestras de hasta qué punto las marcas están trabajando la aerodinámica. La duda es si las mejoras en la batería y en la red de recarga volverán permitir que el cliente acepte ese consumo mayor y por tanto, vuelva a triunfar el SUV.



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