Snow Cruiser, el gigante que quería conquistar la Antártida

Publicaciones sobre Snow Cruiser


¿Cuál es el vehículo de mayor tamaño que has visto en tu vida? ¿Un cohete espacial? ¿Un barco transatlántico? ¿Uno de esos camiones gigantescos que se emplean en minas en todo el mundo? En esta lista seguramente puedas incluir el Snow Cruiser, o mejor dicho, el Antarctic Snow Cruiser.

Tan difícil de definir que se le llama vehículo o medio de transporte, sin entrar en si podríamos considerarlo un camión, el Snow Cruiser medía 17 metros por 6 metros. Su peso, 34 toneladas, y en cuanto a sus ruedas, medían entre 3’7 y 4’9 metros en función de si estaban retraídas o desplegadas. Lo curioso es que dentro tan sólo cabían cinco personas.

Como su nombre indica, el Antarctic Snow Cruiser era una joya de la ingeniería que tenía un plan ambicioso: circular por la Antártida pese a sus duras condiciones. A saber: hielo, nieve, frío, vientos constantes… Sin embargo, este vehículo que debía hacerse con el continente más frío del planeta, sucumbió a las condiciones extremas hasta el punto de desaparecer bajo la implacable nieve.

Estados Unidos en la Antártida

La Antártida es un continente de 14 millones de kilómetros cuadrados. Es el continente más frío y el situado más al sur del planeta. Hasta el punto que coloquialmente lo llamamos polo sur. No sólo es frío. También es seco y ventoso. Vamos, que tiene todas las condiciones opuestas a facilitar la vida. Con todo, cuenta con vegetación y algunos animales, en su mayoría algas, bacterias, ácaros y otras criaturas diminutas.

En cuanto a su población humana, básicamente se compone de investigadores científicos y demás profesionales que apoyan a estos en sus labores. Aunque no hay cifras actuales, a finales del siglo XX, Estados Unidos era el país con más población tenía allí, seguido de Chile, Argentina y Rusia. En total, casi treinta nacionalidades distintas. Y 40 bases científicas, con fecha de 2014.

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Pero viajemos hasta 1939. Entre ese año y 1941 se realiza la conocida como tercera expedición antártica de Byrd, más popular por Expedición del Servicio Antártico de los Estados Unidos. Byrd se refiere a Richard Evelyn Byrd, oficial de la Marina y explorador estadounidense que encabezó tres expediciones a la Antártida entre 1928 y 1940. Y aunque las dos primeras fueron sufragadas por él mismo y, especialmente, por donaciones privadas, la tercera tuvo también la ayuda del gobierno estadounidense.

Además de ser una empresa con aportaciones públicas y privadas, esta tercera expedición tendrá otra particularidad. El uso de un vehículo pocas veces visto con anterioridad, una mole de 34 toneladas llamada Antarctic Snow Cruiser, si bien también será conocida de manera informal como Pingüino o Tortuga.

El responsable de que exista el Snow Cruiser es Thomas Poulter, segundo al mando en la segunda expedición a la Antártida de Byrd. En esa expedición, de 1934, Poulter vio las duras condiciones del lugar hasta que en 1939 inició la construcción de un vehículo que pudiera sortear las dificultades climatológicas y orográficas de la Antártida.

Un proyecto de 300.000 dólares

Para construir el Antarctic Snow Cruiser, Poulter se unió a la Research Foundation of the Armour Institute of Technology, o para entendernos, la Fundación de investigación del Instituto armado de tecnología, una institución privada con sede en Chicago. La Fundación se hizo cargo del coste y de la construcción, que duró once semanas, entre agosto y octubre de 1939. Según estimaciones, el coste total fue de 300.000 dólares de la época.

Tras un percance durante el transporte del vehículo entre Chicago y Boston, el Snow Cruiser llegó a la Antártida, a bordo del Estrella del Norte, como parte de la expedición antes mencionada. Y como si el incidente durante su transporte fuera un mal presagio, en cuanto el vehículo pisó suelo antártico todo se fue torciendo poco a poco.

Snow Cruiser viajando por Estados Unidos
Fuente: Boston Public Library / Leslie Jones Collection

Sobre plano, y por las imágenes que podemos ver, el Snow Cruiser es un vehículo todoterreno que parece imparable incluso con las extremas condiciones de la Antártida. Pero en la práctica, las cosas no son tan simples.

Primero. Para descargar el Snow Cruiser se necesitó una rampa especial. Una vez en tierra, una de las ruedas se rompió. Otro problema, las ruedas eran lisas, por lo que se movían con gran dificultad por la nieve, donde se necesitan neumáticos con rodaduras complejas. La primera solución, como se hace hoy en día en carreteras nevadas, fue usar cadenas entorno a las ruedas. Pero esto impedía que se movieran con libertad, así que se optó por conducir el vehículo hacia atrás. Al parecer, así las ruedas se movían mejor por la nieve al contar con más tracción.

La Segunda Guerra Mundial

Ninguna expedición ha estado libre de problemas como los que se encontró el Antarctic Snow Cruiser. Y aunque pudiera parecer que esos inconvenientes hicieron naufragar la expedición, nada más lejos de la realidad.

Aunque el Snow Cruiser tuvo que deambular marcha atrás durante unos 148 kilómetros, ayudó a la expedición en sus tareas científicas de medición y experimentación. Con todo, la historia fue la que le dio la estocada a este monstruo de la ingeniería, y para ser más concretos, la Segunda Guerra Mundial.

Snow Cruiser en acción
Fuente: C.C. Shirley / United States Antarctic Service

Recordemos que el proyecto nace en 1939. Más concretamente, en agosto de ese año se inicia la construcción del vehículo. Al mes siguiente, Alemania invade Polonia e inicia lo que los historiadores han llamado Segunda Guerra Mundial. Por el momento, Estados Unidos se mantiene al margen. No es hasta diciembre de 1941 que Estados Unidos declarará la guerra a Japón, tras el incidente de Pearl Harbor. A los pocos días, los aliados de Japón, Alemania e Italia, declararán también la guerra a Estados Unidos.

Así pues, el grifo de dinero público se cerrará ante las necesidades bélicas del momento. Como consecuencia, la expedición deberá pararse. Y como consecuencia, el Snow Cruiser se quedará en la Antártida frente a los costes que supondría devolverlo a Estados Unidos.

Perdido y encontrado

El Antarctic Snow Cruiser permaneció bajo la nieve durante unos años, olvidado por el mundo. No fue hasta 1946 que fue descubierto por una expedición militar bajo lo que se conoció como Operación Highjump, que entre 1946 y 1947 quería entrenar a personal de la Marina y experimentar con su tecnología y técnicas militares en condiciones de bajas temperaturas. La Guerra Fría ya estaba en marcha, si bien en este caso lo de “Fría” no tenga nada que ver con la meteorología de la Antártida.

Al parecer, cuando encontraron el Snow Cruiser en 1946, todavía podía funcionaba. Simplemente era necesario hinchar las ruedas y algunas reparaciones menores. Con todo, el propósito de esa expedición no era rescatar el vehículo, así que ahí lo dejaron.

Snow Cruiser sepultado
Fuente: United States Antarctic Service

En 1958, una expedición internacional descubre de nuevo el Snow Cruiser, sepultado bajo toneladas de nieve. El vehículo seguía como lo dejaron, pero tampoco fue rescatado en esa ocasión, ya que por aquel entonces los sistemas mecánicos y eléctricos ya no funcionaban.

Desde entonces, no se ha vuelto a saber nada de este vehículo todoterreno. Si bien se rumoreó durante años que la Unión Soviética se había hecho con el Snow Cruiser, no hay pruebas de ello, y la tecnología posterior ha mejorado las prestaciones de este gigante que quería sortear el hielo. Lo más plausible es que el vehículo haya sido engullido por la Antártida. Hay que tener en cuenta que, además de la nieve que cae sobre la superficie, el hielo está en constante movimiento, de manera que a lo largo de los años es más que probable que el Snow Cruiser se haya desplazado e incluso que haya caído en algún agujero o irregularidad en el hielo de la Antártida.

Así pues, del Antarctic Snow Cruiser sólo nos queda el recuerdo y el material gráfico disponible. El recuerdo de cómo la ingeniería ha logrado sortear impedimentos climatológicos y geográficos, con más o menos soltura. Es más, quién sabe si de no haberse producido la Segunda Guerra Mundial, el Snow Cruiser hubiera tenido una vida más larga o incluso hubiera sido sustituido por modelos más avanzados.

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