Sara Gómez: La cirugía estética se convirtió en una pesadilla en Cartagena: «Llegó al hospital sin sangre y con muchos órganos perforados» | Sociedad


Un familiar de Sara Gómez muestra un cartel con su rostro a la salida del cirujano Javier AM del Palacio de Justicia de Cartagena, este miércoles.Marcial Guillén (EFE)

Sara Gómez, inmobiliaria de villas de lujo en Murcia, se sometió a una liposucción en un centro privado de Cartagena el pasado 2 de diciembre. Pero algo salió mal. La cirugía estética duró mucho más de lo esperado y la madre de dos niños de 39 años fue enviada a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Santa Lucía de Cartagena. donde murio un mes despues. “Llegó al hospital sin sangre y con muchos órganos perforados”, denuncia su hermana, Nora Gómez, apoyada en el informe del centro público. “Hermana, me voy a morir, no saldré de esta”, le dijo antes de morir. La familia acusa al cirujano Javier AM de homicidio imprudente y El juez le ha retirado el pasaporte y le ha prohibido salir del país, pero le ha permitido seguir ejerciendo su profesión.

“Sara era una persona a la que todos querían estar cerca, llena de vida, de fuerza, de ganas, a la vez sencilla, le gustaba estar en familia, tenía un carácter arrollador, muy querida y con mucho corazón, ella Le gustaba ayudar a todo el mundo”, dice su hermana. Era un amante del deporte y del mar y residía en Alcantarilla, localidad muy cercana a la capital murciana. La llamaban cariñosamente «pingüino» porque amaba a estos animales.

La mujer “se cuidaba mucho y le gustaba verse bien”, por lo que decidió hacerse una lipoescultura -o liposucción- para resaltar su belleza. “Mi hermana conoció al médico a través de las redes sociales. Ponía fotos espectaculares de gente a la que supuestamente operaba y vendía muy bien”, cuenta Nora. Según su versión, el cirujano explicó que la operación fue muy sencilla, muy rápida y superficial, que en una semana estaría funcionando.

Sara Gómez (izquierda), la mujer fallecida tras una liposucción en Cartagena, junto a su hermana Nora.
Sara Gómez (izquierda), la mujer fallecida tras una liposucción en Cartagena, junto a su hermana Nora.

El abogado de la familia, Ignacio Martínez, comenta que la mujer contrajo la operación en la Clínica Galena de Murcia, pero fue intervenida en el Centro Virgen de la Caridad de Cartagena. Sara Gómez llega allí el 2 de diciembre a las ocho de la mañana acompañada de su pareja. La intervención no debe durar más de tres horas. Pero el tiempo pasa y no acaba. Su nervioso novio pregunta varias veces a los encargados del centro, quienes le dicen que todo está bien. Hacia las siete de la tarde, unas once horas después, el cirujano Javier AM le informa que va a ser trasladada a la UCI del hospital público de referencia por precaución.

Sin embargo, cuando llegó a urgencias, los profesionales del hospital público confirmaron que se encontraba en conmoción hipovolémico, algo que ocurre cuando una pérdida severa de sangre hace que el corazón no pueda bombear suficiente sangre al cuerpo y puede afectar los órganos. Según el informe médico aportado por la familia, Sara fue intervenida quirúrgicamente de urgencia, encontrando múltiples perforaciones y traumatismos en las vísceras: necrosis de la pared abdominal, peritonitis, absceso con contenido intestinal, disección de todo el retroperitoneo, congestión gastrointestinal con múltiples perforaciones, múltiples perforaciones intestinos, perforación en la segunda porción duodenal con gran salida de contenido biliar, necrosis isquémica del colon…

«Un acto quirúrgico que conlleva riesgos»

Diego Tomás Ivancich, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética y especialista en cirugía plástica con centro propio en Madrid, explica que la liposucción «es un acto quirúrgico y conlleva riesgos, por eso debe realizarse en el ámbito hospitalario, con la presencia de un anestesista y tras una exhaustiva historia clínica preoperatoria». La técnica “consiste en introducir unas cánulas, una especie de lápices muy largos, a través de unas incisiones de medio centímetro, que tienen agujeros en un extremo y están conectadas por una goma que succiona, y que sirve para extraer grasa. ”.

“La cánula tiene que trabajar entre la piel y el músculo, donde está la grasa. En el caso de Cartagena seguramente se introdujo en la cavidad abdominal, en esos casos en vez de grasa sale sangre y otros fluidos por la cánula”, continúa. En este tipo de intervenciones se suele eliminar uno o dos litros de grasa. “Lo normal es que una operación así dure una o dos horas, lo raro es que dure más”, continúa. Ivancich señala que en España cualquier licenciado en Medicina y Cirugía que apruebe el examen de Médico Interno Residente (MIR) puede realizar legalmente cualquier acto quirúrgico, “pero sería deseable exigir la especialidad de Cirugía Plástica, porque de lo contrario no es posible”. garantizado que estén bien preparados”.

Javier AM “es médico egresado de una universidad pública española y, tras el MIR, obtuvo la especialización como cirujano cardiovascular y cuenta con numerosos cursos y másteres en cirugía estética”, explica uno de sus abogados, Pablo Martínez. El abogado señala que el cirujano lleva varios años realizando este tipo de operaciones y que no ha recibido ninguna denuncia por intrusión.

Sara Gómez, en una imagen enviada a su hermana Nora.
Sara Gómez, en una imagen enviada a su hermana Nora.

Durante su estancia en el hospital, Sara estuvo acompañada de sus padres, sus dos hermanos y sus dos hijos, además de otros familiares. “En voz baja me dijo, ‘hermana, me han perforado todos los órganos y de esta no salgo, me voy a morir”, dice Nora. En un primer momento, la familia interpuso una denuncia ante la Fiscalía por lesiones, y tras el fatal desenlace interpusieron otra en el juzgado por homicidio imprudente y pidieron al juez que retirara el pasaporte e inhabilitara para el ejercicio de la profesión al médico. El juez lo citó a declarar el pasado martes y, ante su ausencia, emitió una orden de búsqueda y captura.

Según su abogado, Javier AM, de nacionalidad chilena y española, se encontraba fuera de España cuando el juez de turno intentó citarlo. “Mi cliente se había ido del país antes de fallecer. Sufría un acoso importante y trataba de alejarse de la situación, incluso estaba siendo amenazada por algunas personas cercanas a Sara, aunque no por su familia. Incluso una persona le envió un mensaje privado amenazando con apuñalarlo”, cuenta Pablo Martínez.

El cirujano compareció el miércoles en el juzgado de Cartagena. “Lamento todo lo sucedido y confío plenamente en la justicia”, dijo Javier AM al salir del juzgado. El titular del juzgado de instrucción número 2 de Cartagena, actuando como guardia, decidió ese mismo día retirarle el pasaporte y prohibirle la salida de España, pero rechazó la inhabilitación, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Murcia. “La suspensión del ejercicio de la profesión sólo está prevista en el derecho penal como sanción tras una condena”, dice la orden. El abogado del médico comenta que se ha dado por terminada la orden de ubicación y Javier AM está libre y puede seguir ejerciendo su profesión. El acusado de homicidio imprudente se niega a dar su versión de la operación, que será contada en el juzgado, al igual que la pareja de Sara Gómez y el Hospital Santa Lucía de Cartagena.

Los familiares han abierto un grupo en Facebook, la voz de sara, para fomentar y buscar otras posibles malas prácticas relacionadas con el mismo cirujano. Este miércoles, familiares, amigos y vecinos de Murcia realizaron una concentración silenciosa para recordarla en Alcantarilla portando carteles con la cara. Nadie puede explicar por qué una simple operación se convirtió en una pesadilla.



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