Romper el cifrado de los mensajes va contra los derechos humanos


Aunque acabar con el cifrado de extremo a extremo es uno de los objetivos de muchos dirigentes europeos, los ciudadanos podemos respirar tranquilos. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha tomado una decisión que marca un antes y un después en el debate. Una defensa contundente del cifrado que debería zanjar de una vez por todas el debate.

Pese a que romper el cifrado de los servicios de mensajería podría facilitar la lucha contra el terrorismo, el Tribunal de Estrasburgo ha dejado claro que esta vigilancia policial no tiene cabida en nuestra sociedad.

Se acabó el debate. La resolución del caso ‘Podchasov vs Russia’ ya ha sido publicada: «el acceso directo por parte de los servicios de seguridad a los datos almacenados sin las garantías adecuadas contra el abuso y el requisito de descifrar las comunicaciones cifradas, como las que se aplica a las comunicaciones cifradas de extremo a extremo, no puede ser considerado en una sociedad democrática». En otras palabras, el Tribunal rechaza frontalmente la idea de que las autoridades intenten romper el cifrado.

Según concluye el Tribunal:

«En la era digital, las soluciones técnicas para asegurar y proteger la privacidad de las comunicaciones electrónicas, incluidas las medidas de cifrado, contribuyen a garantizar el disfrute de otros derechos fundamentales, como la libertad de expresión…. Además, el cifrado parece ayudar a los ciudadanos y las empresas a defenderse contra los abusos de las tecnologías de la información, como la piratería informática, el robo de identidad y datos personales, el fraude y la divulgación indebida de información confidencial. Esto debe tenerse debidamente en cuenta al evaluar medidas que puedan debilitar el cifrado…»

A lo largo de toda la resolución pueden encontrar múltiples argumentos de por qué es importante no romper el cifrado de las comunicaciones, entendiendo la protección del mismo como estrechamente ligado con los derechos humanos.

Quisieron romper el cifrado de Telegram. El caso se origina en 2017, cuando el servicio de seguridad federal ruso (FSB) quiso que Telegram facilitara información técnica para descifrar la comunicación de un usuario.

Anton Valeryevich Podchasov demandó esta acción en Rusia, pero fue desestimada. No contento con ello, elevó su demanda al Tribunal de Estrasburgo en 2019.

Actualmente Rusia, a raíz de la invasión de Ucrania, ya no se encuentra bajo esta organización de derechos humanos internacional, pero sí lo era entonces y por ello el caso ha proseguido.

Sin consecuencias en Rusia, pero sí en Europa. Telegram fue multada e incluso se llegó a bloquear en Rusia por no aceptar el descifrado de las conversaciones. La resolución del Tribunal de Derechos Humanos difícilmente tenga impacto en el país de origen, pero sí lo tendrá en la Unión Europea. 

El propio Parlamento Europeo finalmente rechazó el Chat Control y con la idea de acabar con el cifrado de extremo a extremo. Por si quedaban dudas de si volver a intentarlo, ahora la Justicia ha dejado claro que es incompatible con los derechos humanos. Una resolución que no solo marca el debate, sino que haría difícil el encaje legal en caso de que algún país quisiera imponerlo en su legislación. 

Una enorme victoria para los defensores de la privacidad. La Coalición Global de Cifrado asegura que «esta decisión histórica refuerza el papel esencial que desempeña un cifrado sólido en la protección de la seguridad digital y la privacidad de las personas en todo el mundo» y apunta que se trata de un «claro mensaje a los gobiernos de todo el mundo». 

El cifrado de las comunicaciones está intrínsecamente ligado con la privacidad y la seguridad. Aquellos que abogan por debilitarlo ahora ya saben que el Tribunal de los Derechos Humanos se ha posicionado claramente en contra. 

Imagen | Mika Baumeister

En Xataka | Reino Unido quiere acabar con el cifrado. Y todas las aplicaciones de mensajería se han unido para impedirlo



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