Regiones únicas… ¿para qué?

Desde la creación del Consejo Nacional de Planeación (1962) hasta la actualidad, se han realizado sugerencias y propuestas para regionalizar el país, con el fin de promover el desarrollo endógeno tomando en cuenta todos los rincones del territorio nacional; sin embargo, los resultados no muestran el propósito para el cual fueron diseñados.

Seis décadas después, el Presidente promulgó la Ley de las Regiones Únicas de Planificación de la República Dominicana, luego de que el Congreso aprobara por abrumadora mayoría la pieza estudiada en la Comisión bicameral conformada al efecto; poniendo fin a diez años de discusiones y desencuentros que permitieron construir un consenso político con las distintas fuerzas representadas.

Esta aprobación permite construir un nuevo paradigma de desarrollo, para transformar el modelo histórico de inversión que ha favorecido la concentración y expansión de los principales centros urbanos; transformándolos en una burbuja que concentra sólo insatisfacción que conduce a explosiones sociales, por la falta de respuesta a los problemas primarios del ser humano.

El nuevo paradigma de ubicar a la región como la unidad básica para la articulación y formulación de políticas públicas en el territorio nacional es un llamado a visibilizar la población, los asentamientos humanos y los recursos existentes en cada región, para promover el potencial endógeno y reducir la límites que no permiten el pleno desarrollo de dicho territorio. Esto a su vez rompe con el mito de seguir engrosando los principales centros urbanos del país, con una migración desesperada e insatisfecha que es expulsada de sus territorios de origen para reproducir la pobreza de sus comunidades tanto en zonas vulnerables como en la periferia de cada ciudad. ; fenómeno que acentúa las desigualdades que conducen a problemas sociales y estructurales.

Con esta nueva perspectiva, se busca impulsar el desarrollo productivo en respuesta a la vocación de cada región, reduciendo la migración de sus pobladores hacia otros puntos de la geografía nacional y generando nuevas oportunidades, con el fin de incrementar la población lo que incrementará paulatinamente la inversión pública. . para financiar la construcción de infraestructura y proveerá los servicios básicos que la población proyectada necesitará para este desarrollo.

Es así como el marco legal recientemente aprobado con diez regiones únicas marca un paso importante en la planificación de la República Dominicana, ya que esta norma orgánica de obligado cumplimiento por parte de todos los órganos de gobierno, así como los sistemas de planificación, inversión pública y ordenamiento territorial, permitan reducir las disparidades existentes entre los distintos puntos de la geografía nacional según la ordenación de los subsistemas territoriales, la definición del modelo de desarrollo y la orientación de las inversiones públicas.

Regiones singulares, para mejorar la calidad de vida de la población, donde sea que vivan en el territorio y para generar oportunidades donde vivan las personas.

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