¿Pasa algo en tu cuerpo si te lo bebes?


La mayoría de nosotros tenemos un espacio en casa donde guardamos las bebidas alcohólicas, de las cuales hacemos uso únicamente cuando tenemos invitados. Quizá en alguna ocasión se nos quede una botella olvidada y, cuando nos damos cuenta, el alcohol ha caducado. ¿Pasa algo si lo bebemos? ¿Es peligroso para la salud?

¿Caduca el alcohol?

Lo primero que debemos saber es que el alcohol no caduca, de forma que no tiene fecha de caducidad. Ahora bien, sí hay algunas bebidas alcohólicas que tienen fecha de consumo preferente.

José María Ferrer, jefe del departamento de Derecho Alimentario de la empresa de soluciones de innovación en alimentación AINIA, a el ‘HuffPost Life’, explica: «La fecha de caducidad solo la tienen los alimentos microbiológicamente muy perecederos y no es el caso del alcohol».

En base a la normativa europea, las bebidas con una graduación de al menos un 10% en volumen de alcohol no tienen la obligación de indicar la fecha de duración mínima. Por lo tanto, el vino, cuya graduación es de al menos un 12% en volumen de alcohol, y otras muchas bebidas alcohólicas no incluyen la fecha de consumo preferente.

En cambio, la cerveza sí está obligada a incluirla. ¿Qué ocurre si bebemos una cerveza pasada la fecha de consumo preferente? La Asociación de Cerveceros de España lo explica a ‘HuffPost Life’: «Si se toma después de la fecha de consumo preferente pierde en calidad, tanto de sabor como color. También puede perder aroma, fuerza e incluso textura pero nada más».

Las bebidas espirituosas, una vez abierta la botella, conviene consumirlas en un plazo de seis a ocho meses para disfrutar al máximo de su sabor. Los licores de crema se deben mantener fríos en la nevera. El vino, una vez abierto y expuesto al oxígeno, tiene una vida útil muy corta, de entre tres y siete días.

Vino picado

El vino picado es, desde el punto de vista técnico, un vino que se encuentra en un avanzado estado de oxidación, el cual ha tenido lugar por unos microorganismos conocidos como bacterias acéticas. La mezcla química de oxígeno, bacterias acéticas y alcohol oxidan el etanol, transformándolo en ácido acético.

Identificar un vino picado es muy fácil porque presenta una serie de señales inequívocas. Es normal que el corcho esté defectuoso o demasiado impregnado de vino. En la copa, el vino picado tiene un aspecto apagado y turbio. Si se toma, el sabor es áspero y amargo, a vinagre.



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