«Parecía que un río de lava venía hacia ti»


Los ciudadanos de la isla de Sicilia no han tenido un amanecer muy corriente este miércoles. En lugar de ver salir el sol, han podido presenciar como el volcán Etna erupcionaba durante varias horas. Esto ha provocado una enorme nube de ceniza que ha obligado al cierre temporal del aeropuerto ante la escasa visibilidad. 

El volcán activo más alto de Europa comenzó sus primeras erupciones en la tarde del martes. Poco a poco fueron incrementando su intensidad y comenzaron las emisiones de lava, cenizas y expulsión de lapilli, que son unos fragmentos de piedra que llegaron a los pueblos cercanos y a la ciudad de Catania.

Rosario Grasso, un enfermero que vive en Catania y estuvo por los alrededores de Acireale y Giarre, dos zonas cercanas al volcán, declara a 20Minutos que una de sus mayores preocupaciones es que la lava no alcance las zonas pobladas: «Solo espero que siga siendo un espectáculo para la vista y que la lava incandescente no llegue a los pueblos cercanos».

Por el momento, la lengua de lava descendió por el desértico Valle del Bove y llegó a los 1.700 metros, en una zona alejada de los núcleos habitados, según el Instituto de Vulcanología de Catania. Para Grasso, la sensación era como ver «un río de lava que parecía venir hacia ti» y reconoce que se sintió «asombrado, maravillado por la estampa y con un poco de miedo por lo que podría suceder». 

Respecto al ambiente en la isla, admite que hubo escenas de nerviosismo entre algunos vecinos y celebra haberlo presenciado, porque, a pesar de que no es el primero que puede ver, «no es algo que suceda todos los días». Además, indica que las autoridades del país han prohibido acercarse en exceso a la lava para evitar mayores incidencias. 

A lo largo de la mañana del miércoles han comenzado a limpiar las ciudades de la ceniza y a contabilizar los daños, que son especialmente notables en los cultivos, y se ha prohibido la circulación de motos y bicicletas ante la peligrosidad de las carreteras en algunos municipios.

Por último, una de las incógnitas es si se espera que se vuelvan a producir nuevas erupciones. Las autoridades italianas han apuntado en este sentido que creen que hay posibilidad de que se repitan, pero no hay certezas de que se vaya a producir. «Es muy difícil de predecir», apunta Grasso. 

Lo cierto es que desde 1977 hasta la actualidad se han producido cientos de erupciones como la de ahora, incluida la secuencia excepcional de 66 entre enero y agosto de 2000 y cerca de 50 entre 2011 y 2013. 



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