Organizar un Mundial de Fútbol se ha convertido en una ruina. Así que la FIFA lo ha despiezado y vendido a trozos


Ayer por fin se hizo oficial. El Mundial de fútbol 2030 se jugará en seis países: España, Portugal,  Marruecos, Uruguay, Argentina y Paraguay. En estos tres últimos se llevará a cabo la inauguración y los correspondientes partidos de sus equipos. Aunque España será quien más peso tenga en el evento. La distribución de sedes todavía no está clara. Y de momento no se sabe cuántas serán las sedes que se quedará cada país ni tampoco los estadios elegidos para albergar el campeonato.

Lo que sí está claro es que el Mundial supondrá un boom para la economía española. Ahora la gran incógnita es saber cuánto va a costar.

Los cálculos del Gobierno. “Es una gran noticia y un gran orgullo”, señalaba Pedro Sánchez, presidente del Gobierno al enterarse. El ejecutivo español realizó hace unos meses un estudio y cifró en 1.430 millones el coste de organizar el campeonato. El importe total de la inversión se divide en 750 millones de euros en inversiones globales en infraestructuras y en 683,2 millones en gastos de organización. Aunque también se prevé que los ingresos de esta “fiesta del fútbol” sean de 5.120 millones de euros y se generen 82.513 empleos.

De hecho, los sectores beneficiarios van más allá del deportivo: turismo, cultura, ocio, publicidad, comunicaciones y servicios de edición. El gobierno emitió un comunicado asegurando que “España cuenta con multitud de estadios compatibles con los estándares de la FIFA, pudiendo focalizar los esfuerzos en la infraestructura que se necesita para la organización del evento que no necesariamente es la deportiva”.

Una cifra algo alejada de la realidad. Pero lo cierto es que los números que ha aportado el ejecutivo están bastante por debajo de los costes reales de otras ediciones pasadas del Mundial. Muy por debajo. Hay que tener en cuenta que Qatar invirtió nada menos que 200.000 millones de dólares en su reciente Mundial, el más caro de la historia. En Brasil 2014 fueron 15.000 millones. En Rusia 2018 fueron 11.000 millones e incluso en Sudáfrica 2010 se desembolsaron 3.900 millones.

La distribución de sedes. La FIFA contempla en sus planes que el Mundial se celebre en unas 14 sedes. El de 2026 que se celebrará en América tendrá a EEUU como principal anfitrión (11 estadios), México (3) y Canadá (2). Un total de 16. En nuestro caso, España se quedará la mayoría de estadios, pero aún así tendrá que descartar algunas de las 15 sedes que incluyó en su candidatura. Los requisitos de la FIFA para que un estadio sea anfitrión del Mundial son: más de 40.000 espectadores para la primera fase, 60.000 para semifinales y 80.000 para la final.

La lista de ciudades candidatas son: Madrid, con el Santiago Bernabéu y el Wanda Metropolitano; Barcelona, con el Camp Nou y el del Espanyol, Stage Front Stadium; Valencia, con Mestalla; Vigo (Balaídos), La Coruña (Riazor), Gijón (El Molinón), Bilbao(San Mamés), San Sebastián (Reale Arena), Zaragoza (La Romareda), Murcia (La Nueva Condomina), Sevilla (La Cartuja), Málaga (La Rosaleda) y Las Palmas (Estadio Gran Canaria).

La FIFA no quería que la política empañara el Mundial de Qatar. Ha conseguido exactamente lo contrario

Todas las provincias quieren Mundial. Porque eso significa dejar un reguero de dinero en la ciudad. Y las administraciones locales y clubes luchan por tener su parte del pastel. O lo que es lo mismo, oler algo de la financiación del Estado. Hay que tener en cuenta que solo en construcción y restauraciones de infraestructuras deportivas se estima una inversión de 750 millones de euros. Eso es dinero público que podría sacar del hoyo a muchos clubs que llevan años con andamios en sus estadios y ven el Mundial como un milagro.

Pero primero habrá que ver cuántos partidos nos tocan. Porque con seis países organizando no serán muchos. Y no habrá que tocar tantos estadios. En total, la inversión prevista para poner a punto los potenciales estadios españoles del Mundial supera los 3.000 millones de euros debido a los proyectos de reforma que se han desarrollado en los últimos años en muchos de los clubes. Justamente esta inversión de mejora de las infraestructuras era la principal ventaja de la candidatura ibérica. Sólo

Todas quieren estadio nuevo. La Romareda, un estadio para demoler, quiere formar parte. Zaragoza lleva años obsesionada políticamente con el «nuevo estadio» con el trampantojo del Mundial en el horizonte. Málaga y Gijón también están al loro ante la posibilidad de usar este evento para financiar sus estadios. Para el Valencia CF, albergar el Mundial puede ser la última oportunidad de sacar adelante el Nuevo Mestalla, que ya lleva 15 años de grúas.

Los valencianos cifran un coste de entre 300 y 350 millones de euros para que esté disponible a partir de 2024, mientras que el Real Zaragoza habla de 150 millones para la Nueva Romareda. A ellos hay que sumarle el Estadio de la Cartuja en Sevilla. En Gijón, de ser elegida, se invertirían 40 millones en mejoras en El Molinón, el doble que en el Estadio Gran Canaria. El Mundial puede ser para ellos la salvación. O la ruina.

Imagen: Juan Vicente Alonso (Flickr)

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