‘Mster milagro’, una historia de pelcula: «Me fui a Egipto con dos mochilas y una pierna colgando»
Con la frase que titula este texto recuerda Josu Gonzlez de Heredia (Vitoria, 1984) el inicio de su aventura egipcia. El mster vasco, que actualmente dirige al Sporting Castle, decidi probar fortuna entre pirmides despus de que la vida girara sus planes. Entren a equipos de su zona antes de que, el 4 de agosto de 2015, un fatdico accidente le nublara el futuro.
«Me dijeron que no volvera a andar jams. Que iba a ser algo imposible», cuenta en Primera Plana alguien que, en pleno trayecto con su moto, perdi el control por la lluvia, patin y choc contra el automvil que vena de frente. «Me part la espalda, me destroc la pelvis, la cadera, el tobillo… Mi pierna izquierda no se mova y la derecha tambin estaba fatal. La situacin era realmente complicada», rememora.
«Cuando tuve el accidente era consciente de mis lesiones, saba que haba una lesin muy importante en la espalda, vi el pie y mand taparlo… y me dije que, aunque me cortasen una pierna, lo importante era aguantar hasta que viniera la ambulancia. En el asfalto me promet que iba a estar mejor de lo que los mdicos me dijeran, sabiendo que iban a venir malas noticias», aade. «Estuve consciente una hora en el asfalto sabiendo que me estaba desangrando. Mi nico objetivo era esperar a que llegase esa ambulancia, porque el helicptero no poda aterrizar por el clima. Cuando por fin lleg, me pusieron en una camilla y note cmo se iba mi cuerpo en dos por las lesiones de las caderas. Tras eso me dej ir… el dolor era terrible», completa.
Nunca tendr Messis o Cristianos, pero lo que pas lo trasmito a mis jugadores
As que del banquillo pas a una cama del hospital. «Estuve cinco meses entre el Santiago de Vitoria y luego en la policlnica, que es un centro especializado donde opera el prestigioso galeno Mikel Snchez. En total fueron tres aos sin poder andar. Y lo que se dice poder caminar decente, estar al menos diez minutos de pie, no lo hice hasta agosto de 2018″, recuerda el preparador.
«Durante dos aos me machaqu durante cientos de horas en la piscina, ya que no poda correr en asfalto pero s en el agua. Me pona un neopreno, un par de ‘churros’ y haca mi maratn particular», seala quien encontr en la figura del doctor Jos Vilario a otro salvador: «Ando gracias a l. Puso muchsimo empeo en mi recuperacin». Ambos decidieron ir en contra de las instrucciones de otros profesionales para centrarse en lo que le iba bien.
Soy drogodependiente por un ‘mono’ terrible que cog en el hospital por el dolor con la morfina
An le duele solo con rebobinar hasta aquella poca: «Me diagnosticaron el sndrome de Sdeck, que es algo dursimo. El grado del dolor es mayor al de una amputacin. Es como un primer parto, la amputacin y sentir eso que se siente cuando te pegas un golpe en el codo o tener gota, todo junto. Es estar todo el rato con un dolor tremendo. Te vuelves loco. Soy drogodependiente porque cog el ‘mono’ de la morfina en el hospital. Era lo nico que me calmaba», reconoce. Por suerte, Gonzlez de Heredia ha logrado sentar en el banco al ‘mono’ gracias al deporte y a su fuerza de voluntad.
«Por eso digo que ahora para m cualquier cosa supone casi un juego o una aventura. Estuve aos encerrado en una habitacin o con el pronstico de no poder volver a caminar», reflexiona. Su pasin siempre estuvo ligada al deporte rey, as que aprovech para multiplicar sus conocimientos: «Tena tres aos por delante de rehabilitacin y me propuse mejorar como tcnico. Quera entrenar o ser analista. Me hice un mster de profesorado y me actualic con la temtica. Dise mi propio estilo de analtica individualizada de los futbolistas y me ofrec a diversos equipos. Nadie me quera».
Presin por perder? Presin es que el mdico diga que no andar ms y explicrselo a mis padres
El Marino al rescate
En 2018, el ftbol le brinda una oportunidad. Desde Canarias le ofrecen un contrato en el Marino como segundo entrenador: «Signific que me volviera a meter en el ftbol cuando estaba defenestrado. Hasta ese momento la nica ilusin que tena era poder mantenerme de pie. Me fui a Israel, Turqua, Egipto… solo buscaba el mejor clima para mi rehabilitacin. Estudi Economa y me saqu el Grado 3 de entrenador en Girona. Aprend el modelo del Athletic y tambin el del Barcelona. Despus, gracias a mi agente, Sergio Castro, que fue el nico que confi en m, pude estar en otros pases como Polonia [formacin], Hungra [trabajando con metodologa del ftbol base en el Ferencvros], Chipre [como primer mster del ENAD] o Armenia [como segundo tcnico del Lori], aprendiendo diversas metodologas».
El mster, con su agente Sergio Castro.
Y as lleg a Egipto, donde lleva cinco meses: «Llegu con dos mochilas y una pierna colgando, pero estoy muy contento en el Sporting Castle. Acabamos de echar a un equipo importante en la Copa. Somos de tercera categora. De los 180 clubes que hay en esa divisin, solamente quedamos cinco en este torneo. Ahora nos mezclamos con los de mayor categora. Siento que estamos evolucionando. He logrado crear mi propio staff, con tcnicos rabes. Estoy aprendiendo el idioma y confo en irme con ellos a cualquier otra aventura». Est en su mejor momento.
Cerraba los ojos, me tocaban y no senta nada
El vasco nunca pone excusas. Sabe que quiz lo tiene un poco ms difcil por su discapacidad. Pero, a su vez, es esa misma la que le capacita para hacer mejorar su trabajo: «He pasado por algunos vestuarios donde no es que me hayan querido ridiculizar, pero s hacerme de menos. Si alguien ha hecho eso lo veo positivo, porque eso significa que me ven como rival y me hace mejorar. Yo trabajo 12 horas al da, nicamente quiero seguir mejorando en el ftbol».
Despus de lo que ha vivido, un mal comentario en una caseta no le va a minar la moral: «Presin porque las cosas no salen? O por algn comentario o partido perdido? Presin tuve una vez cuando fui al mdico pensando que me iba a decir que estaba mejorando. Me coment lo contrario, que todo iba mal. Mis padres estaban fuera esperndome. No saba ni qu decirles. Me apost una cerveza con el mdico a que volvera a andar. Y gan, an me la debe. Fui dependiente, absoluto, no poda ni ir a la ducha. Todo eso s que era presin».
«Estuve consciente una hora sabiendo que me estaba desangrando»
La peor sensacin, ms all del accidente, fue «cuando en el hospital cerraba los ojos y me tocaban para ver si senta algo. Y nada. Luego me cepillaban la pierna para darme corriente, para que generara algo de sensibilidad. No sentir nada era horrible, pero reconozco que el cuerpo humano es la leche. Una mquina perfecta». Gracias a su mdico pudo volver a andar: «Que cmo lo hicimos? Gracias al podlogo que dise una plantilla que me corrige la postura y me permite andar. Sin ella me tengo que ir al suelo y llamar a un taxi».
Asentado en Egipto, donde tiene un staff, «que ya es como mi familia», y donde el club le permite con un sueldo digno y vivienda ser ciento por ciento profesional, Gonzlez de Heredia confa en seguir dando pasos con su equipo sin pensar en otras cotas. «Me quiero establecer aqu tras casi 20 aos entrenando. Mi reto, y lo digo con el corazn en la mano, es ganar el prximo partido», apunta alguien que no quiere hablar ni de referentes ni de sistemas preferidos.
«Llegu y el mster estaba en silla de ruedas, parecamos los de Campeones»
«Los sistemas estn abiertos. Tengo una cosa clara, que es la filosofa. Intento imprimir el carcter que tengo en el campo. Mis jugadores tienen que ser competitivos. Yo no puedo andar descalzo, para m salir de la cama a cualquier sitio supone un esfuerzo. No pacto los sacrificios. Y eso es lo que le traslado a mi jugador para que sea competitivo. S que no voy a tener a mis rdenes a Messis o Cristianos, pero s que puedo imprimir esa filosofa para que, vayan bien o mal las cosas, siempre haya mentalidad para pelear». Como tambin dice El Cholo, el esfuerzo no se negocia.
Parecamos los de ‘Campeones’
Entre la multitud de aventuras que ha vivido el tcnico alavs, recuerda con cario la chipriota: «Llegu all para entrenar en el ENAD Polis Chrysochous y el mster del filial estaba en silla de ruedas. Parecamos los de la pelcula Campeones. Pero nos respetaron a todos los niveles. Fue un gusto currar all. Mi labor tiene que ser eficiente, no tengo que dar patadas al baln. Por eso no le doy ms vueltas y me centro exclusivamente en mi trabajo».
El hospital, su segunda casa
El mster estuvo casi tres aos en hospitales. «Lo que tuve claro en el hospital es que nadie tena culpa del accidente. En mi habitacin siempre haba buen ambiente, y muchas risas. Esa es la mejor medicina», aade un preparador cuya recuperacin es tambin un xito de la labor de todos los que le han cuidado.
«Durante dos aos me machaqu cientos de horas en la piscina, ya que no poda correr en asfalto pero si en el agua. Me pona un neopreno, un par de churros y haca mi maratn particular…», rememora.