Médicos sin Fronteras cierra su maternidad en Kabul tras el tiroteo que mató a 16 madres, cinco en pleno parto



Médicos Sin Fronteras ha anunciado el pasado lunes que no continuará su labor en maternidad en el hospital de Kabul tras el tiroteo sufrido el 12 de mayo, que terminó con la vida de una de sus matronas y 16 madres, de las cuales 5 estaban en pleno trabajo de parto, dos niños, de 7 y 8 años respectivamente, y otras seis personas que estaban presentes en el recinto en el momento del ataque.

«La decisión se ha tomado tras constatar que las madres, los bebés y el personal sanitario fueron el objetivo deliberado del ataque. Y que por tanto, aún sin tener información precisa sobre los perpetradores o el motivo del asalto, es posible que otros ataques similares ocurran en el futuro«, escriben desde la organización.

Las imágenes llegadas desde el lugar mostraban a numerosos miembros de las fuerzas de seguridad afganas llevando en brazos a recién nacidos. La maternidad es el único centro para atender emergencias y partos complicados en un vecindario de más de un millón de personas, según informaba MSF en su página web, al tiempo que en sus redes sociales la ONG celebraba aquel día el nacimiento de un niño tras un parto complicado después de problemas durante el embarazo.

«Hoy tenemos que aceptar la realidad: ni los muros más altos, ni las puertas de seguridad más gruesas lograrán evitar que vuelvan a producirse ataques tan horribles como este. Permanecer en Dashte Barchi significaría aceptar la pérdida de vidas humanas como un elemento más de nuestra actividad. Y esto es inconcebible para nosotros”, explica Thierry Allafort-Duverger, director general de MSF en Francia.

La organización califica el final sus nuestras actividades en Dashte Barchi como «una decisión muy dolorosa, que tendrá además enormes consecuencias para el más de un millón de personas que vive en la zona». La mayoría de estas personas son de la comunidad hazara, una población históricamente marginada y pobre, entre la cual hay muchas personas que se han visto desplazadas de sus hogares a lo largo de décadas de conflicto, añade MSF.

«Solo en 2019, en esta maternidad se asistieron casi 16.000 partos. Dashte Barchi era uno de nuestros proyectos más grandes en todo el mundo. Al forzar su cierre, los agresores han conseguido también dejar sin una atención médica esencial a miles de mujeres y sus bebés en un lugar donde la mortalidad materna y neonatal sigue siendo de las más altas del mundo«, lamentan.





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