Matteo Salvini, el extremista y xenófobo ministro del Interior italiano que quiere «limpiar» el país de migrantes y gitanos

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Matteo Salvini

Hemos escuchado su nombre en muchas ocasiones estas últimas semanas. Sobre todo en lo referido a la acogida (o el rechazo) de migrantes en los países europeos. Matteo Salvini (Milán, 1973) fue nombrado vicepresidente y ministro del Interior italiano el pasado día 1 de junio, cuando prometió «limpiar» el país y acelerar las expulsiones de inmigrantes irregulares y arremetió contra las políticas de asilo de la Unión Europea (UE).

Conocido por su radicalidad, xenofobia y su pensamiento atieuropeísta, Salvini ha sido el lider del partido de ultraderecha Liga Norte desde diciembre de 2013 y logró llegar a la vicepresidencia y a la cartera de Interior gracias a su pacto con el Movimiento 5 Estrellas (M5S antisistema) para formar gobierno. Una alianza que se fijaba también entre sus primeros objetivos salir de la moneda única (euro) y poner fin a las sanciones a Rusia, país al que no consideran una «amenaza militar», sino como «un socio económico y comercial».

Por ello, no han sorprendido en su entorno frases como que «Italia ya no es el felpudo de Europa» en referencia al cierre de puertos en el país a los extranjeros e inmigrantes, ya que en horas antes de su nombramiento afirmó que «se acabaron los buenos tiempos para los ‘clandestinos’, llegó la hora de hacer las maletas. Enviarlos a casa será una de nuestras prioridades», manifestó en uno de sus discursos. Pero esta solo fue una de las muchas polémicas que ha dejado en estos últimos 20 días que ha ostentado sus cargos en el Gobierno italiano. 

Y es que días antes afirmó que «Italia empieza a decir ‘no’ al trafico de seres humanos. ‘No’ al negocio de la inmigración clandestina. Mi objetivo es garantizar una vida serena a estos chicos de África y a nuestros hijos en Italia». «Como Ministro y papá, pueden atacarme y amenazarme todo lo que quieran, pero yo no renuncio y lo hago por el bien de todos«, apostilló el dirigente.

Los migrantes, solo «carne humana»

Y es que los 630 inmigrantes que viajaban a bordo del buque humanitario Aquarius arribaron finalmente al puerto de Valencia después de que Italia rechazara su acogida. Porque, según Salvini, «en el Mediterráneo existen barcos con bandera de Holanda, España, Gibraltar y Gran Bretaña. Hay ONG alemanas, españolas y Malta no acoge a nadie, Francia que rechaza en la frontera y España que defiende sus fronteras con las armas, es decir que toda Europa se preocupa de sus intereses». Salvini definió el hecho como «objetivo conseguido» y «victoria». Y agradeció a los españoles su «buen corazón».

La última de sus polémicas declaraciones se ha producido precisamente este jueves, cuando el también vicepresidente de Italia y líder de la Liga Norte afirmó que es España quien debe acoger a los próximos migrantes rescatados en el Mediterráneo. Salvini invitaba a que el Gobierno de Pedro Sánchez repitiera su acción con el Aquarius: «De acuerdo con el proyecto de reubicación España tendría que haber acogido a 3.265 solicitantes de asilo de Italia, pero hasta ahora sólo ha recibido a 235, por lo que puede acoger las próximas cuatro barcazas«.

Pero no fue la única polémica del día. Horas después, el ministro del Interior italiano advirtió de que las ONG que operan en el Mediterráneo central para rescatar a inmigrantes «no tocarán suelo italiano», en referencia al nuevo caso de una organización alemana que rescató a 224 inmigrantes frente a Libia. «La Guardia Costera italiana les ha escrito para que no se movieran, que se ocupaba Libia, pero estos desgraciados, incluso poniendo en peligro la vida de los inmigrantes en estos botes, no han escuchado a nadie y han intervenido cargando su cantidad de carne humana a bordo», ha acusado.

Contra los gitanos y los presos extranjeros

Pero el problema de Salvini no es solo con los inmigrantes, también con los gitanos. Lo demostró el pasado lunes, cuando afirmó que retomará un plan para la elaboración de un censo de población gitana en Italia para tener «una fotografía de su situación» y se ha lamentado de que al menos a los gitanos italianos «desgraciadamente te los tienes que quedar«.

Ese mismo día, el ministro del Interior italiano anunció además que están «trabajando en la expulsión de los presos extranjeros que se encuentran en Italia» y ha defendido alcanzar acuerdos con los países de origen. «Esto significa trabajar con Rumanía, Albania y Túnez, que desgraciadamente están entre los países con mayor población carcelaria», ha indicado.

Tras las críticas recibidas por estas palabras, el propio Salvini respondió en un mensaje en Facebook sorprendido: «Algunos hablan de shock ¿Por qué? Creo que pienso también en los niños pobres que son educados en la ilegalidad«. «Queremos proteger sobre todo a los miles de niños a los que no se les permite asistir a la escuela con regularidad porque se prefiere introducirlos en la delincuencia. Queremos también controlar cómo se gastan los millones de euros que provienen de fondos europeos», agregó.

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