Mariposas de acero, en una noche singular


El musical Mariposas de acero, de Wadys Jáquez y Pablo García, es una de las aventuras artísticas más importantes que he visto en República Dominicana durante dos décadas.

Importante por varias razones: en primer lugar, el hecho de que es una comedia musical absolutamente dominicana y original. En segundo lugar, para abordar un aspecto de la historia dominicana al que da una mirada más amplia y comprensiva. En tercer lugar, por su resultado estético.

Lo que me atrae de este musical es que la historia de hace 60 años, precisamente, la tratan los jóvenes de hoy y desde el punto de vista musical que les es familiar: rap, salsa, etc.

Pero lo más interesante es el tratamiento visual de lo que se cuenta en escena, la agilidad de los cambios en los elementos del decorado. Asimismo, el diseño de la iluminación, que permite el uso de la retroiluminación de forma muy sugerente, por ejemplo al inicio de la primera escena.

La música original es tan rica en la diversidad de ritmos como limpia en su ejecución instrumental. Seguro -casi siempre- en las voces de un elenco capaz y talentoso. No solo conocidos, sino caras nuevas.

Dedé Mirabal en Mariposas de acero

Destacan obviamente Adalgisa Pantaleón como Dedé Mirabal, Nashla Bogaert como Minerva Mirabal, Judith Rodríguez como Sina Cabral.

Además de Hony Estrella como Patria y Coral González como María Teresa Mirabal, así como Ana Rivas como Mama Chea.

Entre los actores, Frank Geara como Trujillo es uno de los más orgánicos, en una conformación del personaje que deja poco de sí mismo no solo en la superficie.

Gnomos como Johnny Abes, así como Manolo Tavares, no solo son convincentes, sino efectivos.

Desde mi punto de vista, la escena más débil de toda la obra es la que comienza en la segunda parte, después del descanso. Aquí es donde Patria, Manolo y otras hermanas deciden que van a crear el movimiento 19 de Junio. Otro espacio es cuando Minerva se enfrenta a otras mujeres. Esta escena es muy maniquea, ya que terminan besando la bandera dominicana.

Otro aspecto son los retazos de periódicos, puños al cielo.

Aparte de eso, en el musical, República Dominicana es historia. Y tienes que decirlo.

Fue conmovedora, tras el final de los aplausos y agradecimientos, la sorpresa de Sina Cabral, la única luchadora viva, en persona, con un mensaje que leyó, luego de un fuerte abrazo que ella y Judith se dieron.



Fuente