Marcelo Ebrard: “Jamás le haría daño a López Obrador por razones políticas”

EL PAÍS

El excanciller Marcelo Ebrard ha llevado al terreno jurídico su batalla contra Morena y el proceso interno en el que la exjefa de Gobierno de la capital Claudia Sheinbaum resultó elegida como virtual candidata presidencial. Ebrard ha presentado ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido un recurso para reclamar la anulación y repetición de la interna. Acudir a las instancias partidistas es el primer paso en la estrategia jurídica del exsecretario de Exteriores, que la semana pasada fue declarado segundo lugar en la encuesta levantada por Morena para definir su candidatura. Este lunes, tras sostener una reunión con legisladores leales a su causa para definir qué ruta seguirá de cara a las elecciones de 2024, el exfuncionario ha afirmado que su permanencia en Morena depende de si el partido corrige las irregularidades en el proceso interno, aunque ya en días anteriores ha deslizado una ruptura irreconciliable con la dirigencia. A la espera de una resolución, Ebrard ha anunciado una gira por el país para hacer eco de su lucha y ha adelantado que el 18 de septiembre lanzará un “movimiento político nacional”, sin precisar si este se constituirá en un nuevo partido.

El exsecretario ha refrendado su lealtad a la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador, fundador de Morena y líder espiritual del movimiento izquierdista moderno, pero ha dicho que no puede quedarse callado ante las ilegalidades que plagaron la interna presidencial. “No debemos permitir que esas prácticas, que son un virus, estén en el torrente sanguíneo de Morena, porque va a ser un efecto muy devastador. Pienso que esa es mi obligación con quienes votaron con mis convicciones. Le tengo un inmenso cariño al presidente López Obrador, he sido su más leal colaborador, jamás le haría yo un daño por razones políticas, pero esto sí lo tengo que decir, porque Morena costó mucho trabajo organizarlo y hacerlo”, ha afirmado en una conferencia de prensa tras la reunión a puerta cerrada con sus colaboradores de Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo. López Obrador le ha pedido a Ebrard reconsiderar y no ayudar a la derecha con sus posturas, aunque también ha dicho que el excanciller es un hombre libre y que respetará la decisión que este tome.

Ebrard ha añadido este lunes que no aceptará algún cargo de consolación en el Gobierno de Sheinbaum, si esta ganase los comicios presidenciales del 2 de junio. Al excanciller se le ha ofrecido convertirlo en coordinador de Morena en el Senado durante todo el próximo sexenio, pero ha declinado la invitación. “Tengo el mayor de los respetos por la representación popular, pero no es mi objetivo llegar a una senaduría o a un cargo, mi objetivo es que esto se resuelva”, ha afirmado.

Ebrard presentó su impugnación ante la Comisión de Honestidad morenista el domingo por la tarde. El exfuncionario ha asegurado que no se trata de “un arrebato” de su parte, y ha asegurado que él se ha conducido con responsabilidad. “Va a depender de la respuesta que tenga Morena el curso de acción que nosotros vamos a seguir. Consideramos que si esas diferentes circunstancias que se dieron, incidencias en el proceso, se quedan igual, pues yo ya no tendría interés de estar en Morena”, ha advertido en la conferencia. El excanciller ha sostenido que el partido —que él contribuyó a fundar— no puede normalizar las prácticas ilegales como método. “Esto puede ser definitorio para el futuro de Morena más que para el futuro de Marcelo Ebrard”, ha indicado.

Los argumentos de la impugnación

El excanciller ha enlistado en su queja las razones por las que considera que el proceso interno de definición de la candidatura fue irregular. Según el oficio, la Comisión de Encuestas de Morena actuó siempre a favor de la exmandataria de Ciudad de México, especialmente la titular de ese órgano partidista, Ivonne Cisneros, y el comisionado Rogelio Valdespino, que han expresado públicamente su apoyo a Sheinbaum. También se señala que funcionarios de la Secretaría de Bienestar encargados de la entrega de los programas sociales del Gobierno hicieron campaña activa a favor de la exgobernante; de igual modo, se denuncia que algunos encuestadores fueron anteriormente brigadistas (o promotores) de Sheinbaum.

La queja afirma que se trata de un caso de desvío de recursos públicos a favor de una candidata y que constituye una violación constitucional que “nos regresa a un nivel de corrupción del siglo pasado”. “El uso deliberado y clientelar de la Secretaría de Bienestar quebranta los acuerdos de imparcialidad establecidos por el mismo partido. Los funcionarios de todos los sectores de gobierno tienen en todo momento la obligación de utilizar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su responsabilidad, sin influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos”, dice el documento.

La demanda incluye fotos y videos que apoyan las acusaciones de que los trabajadores de Bienestar convencieron a beneficiarios para que dieran su respaldo a Sheinbaum en la encuesta. También se mencionan testimonios de funcionarios que afirman haber sido presionados para hacer labores de campaña a favor de la exmandataria, como pintar bardas, colgar lonas o publicar mensajes en sus redes sociales. “Como se observa, estuvieron presentes diferentes personas servidoras de la nación realizando las encuestas, con lo que se generó presión en la ciudadanía electoral para que votaran por la persona que estos servidores estaban promocionando, es decir, Claudia Sheinbaum Pardo”, señala la demanda.

Otro motivo enlistado por Ebrard como causal de nulidad de la interna es que el equipo de la exjefa de Gobierno capitalina tuvo acceso a información privilegiada que le permitió hacer campaña en las secciones donde se iba a aplicar la encuesta. “El conocer con anticipación la muestra y secciones a encuestar permite que se puedan desplegar operativos para promocionar a la aspirante previo al levantamiento, como se ha visto en varias secciones y se ha reportado ante la mesa de incidencias de Morena. El volanteo, propaganda y visita a las secciones con anticipación refleja en automático la filtración de la muestra y el operativo que se utilizó durante el proceso de las encuestas a favor de la aspirante”, se afirma.

Se añade que también hubo una grave violación a la cadena de custodia de los paquetes que contenían las boletas donde la ciudadanía marcó a qué aspirante prefería como candidato o candidata. El recurso de Ebrard afirma en principio que el encargado de la custodia fue Alejandro Peña, colaborador de Gabriel García, extitular de la oficina de programas sociales a nivel federal, hoy aspirante a la alcaldía Iztapalapa y aliado de Sheinbaum. El documento indica que hubo “omisiones irreparables” en el cuidado de los paquetes: “Desde urnas que no han llegado a la sede de resguardo, custodia en casas particulares y la falta de un operativo de traslado han hecho que tengamos casos donde se desconoce quién recoge los paquetes, su traslado y su resguardo”, se indica.

La queja agrega que durante la jornada de levantamiento de la encuesta hubo también diversas irregularidades. Por ejemplo, que una representante de Sheinbaum fue hallada con urnas en la cajuela de su auto en Chiapas; que en Sonora los encuestadores se desplazaban en los mismos vehículos que los operadores de la exmandataria; que en Veracruz las firmas demoscópicas contratadas para hacer los levantamientos “espejo” se intercambiaron a los encuestadores; o que en Oaxaca un coordinador tenía en su poder urnas sin boletas.

Ebrard sostiene que todo el proceso estuvo “viciado” y que las violaciones no son reparables, por lo que procedería la reposición de la interna y, también, la sanción de los militantes que cometieron las irregularidades. Es previsible que la Comisión de Honestidad de Morena deseche las quejas del excanciller, a tono con los pronunciamientos que ha hecho la dirigencia del partido en el sentido de que, si bien existieron “eventualidades”, estas no fueron determinantes para influir en el resultado final. En tal escenario, el exfuncionario podrá llevar el asunto al Tribunal Electoral federal (TEPJF), que tendrá la última palabra.

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