‘Led Zeppelin IV’: la historia de las ocho canciones que reinventaron el rock | Cultura


Un disco sin título, sin citar al artista en la portada, misterioso, esotérico. Y lo más relevante: de una influencia sísmica incluso medio siglo después (se publicó el 8 de noviembre de 1971). La mayor parte no se registró en un estudio: el grupo se recluyó en una mansión campestre inglesa, Headley Grange, con el estudio de grabación móvil de los Rolling Stones. En ese ambiente de aislamiento, Led Zeppelin (Robert Plant, voz; Jimmy Page, guitarra; John Paul Jones, bajo, y John Bonham, batería) reinventaron el rock: inauguraron el género balada/rock con Stairway to Heaven, consiguieron un conjunto de canciones que los impulsó a crear las giras de estadio tal y como las conocemos hoy, crearon el concepto de álbum de rock duro para todos los públicos, y la voz de Plant y la guitarra de Page fueron referenciales para cientos de bandas.

Con este trabajo, que es conocido como Led Zeppelin IV para mantener la numeración de los discos anteriores, estos cuatro veinteañeros asfaltaron el camino para que el resto solo tuviera que esperar a que se secase y circularan tranquilamente por él. “Pensamos que el rock and roll tenía que ser retomado. No era una cosa intelectual, porque no teníamos tiempo para eso. Solo queríamos dejar que todo saliera a raudales. Era algo muy animal, algo terriblemente poderoso lo que estábamos haciendo“, señaló Robert Plant años después.

Esta es la historia de las ocho canciones del disco y la opinión sobre ellas de otros tantos músicos españoles, fanáticos del grupo. Los temas están referidos por el orden en el que suenan en el álbum.

– Black Dog

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De qué trata. Led Zeppelin exudaban sexualidad en sus conciertos. Robert Plant y Jimmy Page acostumbraban a presentarse con el torso desnudo, a veces cubierto por chaquetas o chalecos, siempre desabrochadas. Pantalones ajustados, movimientos de cadera. Al fondo, John Bonham salpicaba sudor mientras golpeaba con las baquetas. El único que mantenía la compostura era John Paul Jones, concentrado en su bajo. El resto era ardoroso. Más cuando interpretaban Black Dog, una canción abiertamente sexual. Aunque Robert Plant, autor de la letra (como casi siempre en el cuarteto), intentó jugar a los dobles sentidos tratando de imitar los picantes textos de los músicos de blues, todo era explícito: “Oh, nena, cuando caminas de ese modo / mira cómo te gotea la miel / no puedo alejarme”, canta. Los acordes iniciales los compuso John Paul Jones, después de escuchar sobre todo dos discos: Electric Mud, de Muddy Waters, y The Howlin’ Wolf Album, de Howlin’ Wolf. Waters y Wolf, titanes del blues eléctrico, adorados y expoliados (junto a otros bluesmen afroamericanos) por Jimmy Page. El título no tiene nada que ver con la canción. Black Dog (Perro negro) era como llamaban a un labrador que andaba por Headley Grange, la mansión donde grabaron el disco. La interpretación de Plant está considerada como una de las mejores de su carrera.

Robert Plant y Jimmy Page en el autobús de la gira que los llevó a Japón en septiembre de 1971, un mes antes de la edición de ‘Led Zeppelin IV’. Koh Hasebe/Shinko Music (Getty Images)

La opinión del músico. Salvador Domínguez (guitarrista de Miguel Ríos, Banzai, Los Canarios…). “Led Zeppelin es una de mis bandas favoritas. Sus dos primeros discos me volaron la cabeza. Black Dog es un tema que entronca con las canciones más duras de discos anteriores. Sin embargo, al terminar la escucha quedé muy intrigado, ya que la métrica era casi imposible de seguir. ¿Qué estaba pasando? La respuesta me tomó varias escuchas y consultar a un maestro de solfeo. Y era sencilla: amalgamaban compases (4×4, 5×4, 2×4), jugando además con las síncopas y las acentuaciones, variándolas de lugar. Su maestría musical les permitía transitar en esa compleja dirección. En realidad, la idea había surgido casi por casualidad, mientras Bonham, improvisando a su bola, intentaba encajar ocho corcheas en un compás de 5×4, algo más propio de Mahavishnu Orchestra que de una furibunda banda de heavy rock. A Page y Jones la cosa les hizo gracia y aceptaron el reto. Eso sí, lo harían a su manera: modo Led Zeppelin a toda pastilla”.

– Rock and Roll

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De qué trata. Cuando la revista Rolling Stone estaba realizando un especial sobre los Inmortales del Rock, se encontró con un problema. La idea era que un músico escribiese sobre otro al que admirara. Dave Grohl escribió sobre Led Zeppelin, Elvis Costello sobre los Beatles, Robbie Robertson sobre Bob Dylan, Steve Van Zandt sobre los Rolling Stones… Pero cuando se lo plantearon a Little Richard, él quiso escribir su propio texto, donde se dedicó a ajustar cuentas. Algo así: yo fui el primero y los músicos blancos me robaron. Un poco de razón tenía su gruñido. Ahí está Rock and Roll, donde John Bonham copia exactamente el sonido de batería con el que arranca el tema de una canción de Richard, Keep A-Knockin’. Al menos en esta ocasión (en otras no) el grupo admitió que había copiado a Richard, aunque no lo puso en los créditos. El caso es que Rock and Roll surge de una improvisación. En un momento de cierta espera mientras no les salía una canción, Bonham jugueteó con ese arranque de batería y enseguida se unió el resto del grupo. Todo inspirado en la música que adoraban de los años cincuenta: Richard, Chuck Berry, Elvis Presley, Bo Diddley… La letra la escribió Plant como respuesta a las múltiples críticas que recibió el grupo por alejarse del rock and roll en su anterior disco, Led Zeppelin III (1970), el más folk de su carrera. “Ha pasado demasiado tiempo sin rocanrolear / Hace mucho que no voy por ahí / Oh, déjame volver a donde pertenezco”, aúlla Plant. El piano lo toca Ian Stewart, que tocó en la formación inicial de los Rolling Stones. Se trata de un sonido muy boogie-boogie, la especialidad de Stewart.

La opinión del músico. Aurora García, cantante de Aurora & The Betrayer: “Cada vez que la escucho me hace conectarme con esa magia lasciva que me atrapó cuando la descubrí. La introducción de Bonham recordando a Little Richard ya capta tu atención; cuando empieza ese riff frenético, aprietas los dientes; y cuando entra la voz de Plant, se te mueve hasta el último pelo. Es un himno atemporal, un estandarte del rock duro y una de esas canciones que serán versionadas siempre. Creo que muchos músicos y músicas de rock llevamos impresa esta canción y, cómo no, los recursos y actitud de Led Zeppelin en nuestra manera de hacer música tras y sobre el escenario. Para mí, Robert Plant es un referente, por supuesto. No solo musicalmente hablando, sino por su magnetismo de corte andrógino, con el que me siento identificada”.

La portada del disco, sin citar al grupo. La lámina del anciano con la leña la compró Robert Plant en un mercadillo en Reading, Inglaterra.
La portada del disco, sin citar al grupo. La lámina del anciano con la leña la compró Robert Plant en un mercadillo en Reading, Inglaterra.

– The Battle of Evermore

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De qué trata. Seguramente hoy suene a frikada, pero en su origen, la colocación de las canciones en los discos tenía su por qué. Los músicos le daban muchas vueltas a esto, algunas veces con excesiva presuntuosidad. No es el caso. Después de dos trallazos como Black Dog y Rock and Roll llega la descompresión. The Battle of Evermore conecta este disco con el anterior, III, por su impronta folk. El grupo confesó que se compuso una tarde en torno a la chimenea de la mansión donde se grabó el álbum, Headley Grange. Page cogió la mandolina de John Paul Jones y comenzó a construir. Nunca antes había tocado ese instrumento. La arquitectura de la pieza se construyó en menos de una hora. Plant se inspiró para la letra en un libro sobre la historia de Escocia. Hay referencias a la lucha entre el bien y el mal y algunos estudiosos de los textos del grupo encuentran similitudes con El señor de los anillos, de Tolkien. Para la primera vez que el grupo contó con una artista invitada en su cancionero eligieron a Sandy Denny, de Fairport Convention. Plant ejerce de narrador y Denny interpreta la respuesta del pueblo. Denny falleció con 31 años, en 1978, por una hemorragia cerebral provocada al precipitarse por las escaleras de su casa. Led Zeppelin interpretó The Battle of Evermore en contadas ocasiones, y la parte vocal de Denny la hacía Paul Jones. John Bonham no participa en esta canción.

La opinión del músico. Jorge Salán (uno de los grandes guitarristas españoles, hoy con carrera en solitario): “Mi tema favorito de Led Zeppelin IV siempre ha sido The Battle Of Evermore. Recuerdo escuchar ese disco en casa desde que tenía unos ocho años y siempre sentí que había algo mágico en esta canción. De Jimmy Page me influyó mucho su vertiente eléctrica y rockera, pero diría que incluso más cuando tiraba hacia este tipo de vertientes más folk. La parte final con Robert Plant dejándose la garganta, pone los pelos de punta”.

 John Bonham en Japón, en 1971. Su aportación con la batería al disco ha sido calificada como revolucionaria.
John Bonham en Japón, en 1971. Su aportación con la batería al disco ha sido calificada como revolucionaria. Koh Hasebe/Shinko Music (Getty Images)

– Stairway to Heaven

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De qué trata. Mucho más grande que una canción. Empieza a sonar y dejas que haga contigo lo que ella quiera. Plant nunca fue preciso sobre el verdadero significado. Habló de abstracción, de que el oyente sacase su propia conclusión. La escribió rápido, en un golpe de inspiración. “Por alguna razón estaba cabreado, cogí un lápiz y me puse a escribir. Las palabras empezaron a salir”, aseguró. Y como Plant apenas ha dado pistas, Page expuso las suyas en el libro de Chris Salewicz, Jimmy Page. La biografía definitiva: “Trata sobre el materialismo, sobre aquellos que creen que las posesiones pueden llevarnos a la salvación. Todo personificado en una mujer que cree que todo lo que brilla es oro y que le servirá para comprar una escalera al cielo”. Una letra ambigua, expuesta a varias interpretaciones y misteriosa, que no hace sino engrandecer la canción.

La opinión del músico. Judith Mateo (la violinista del rock español, con siete discos con su firma y docenas de colaboraciones): “Con ocho minutos y dos segundos de duración, no se creerían ni ellos mismos que sería una de las canciones más radiadas y que el solo de guitarra de Jimmy Page pasaría a considerarse como uno de los mejores de la historia del rock. Como es habitual, cada vez que hay un superéxito, también aparecen fake news o detractores, como aquella leyenda que afirma que si pones el disco al revés puedes escuchar un mensaje satánico o, peor aún, salta una denuncia por plagio. Para mí, es un temazo que me ha acompañado toda la vida. Lo único que le añadiría es un violín…”.

– Misty Mountain Hop

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De qué trata. De los cuatro zeppelin el que suele suscitar menor atención es John Paul Jones. No es justo. Sin su versatilidad (bajo, teclados, flauta, mandolina, arreglista, coros) y su capacidad para elaborar riffs, este IV no sería lo mismo. Suyo es el arranque de este tema, con el piano tomando los mandos. La letra surge de la pluma, como casi siempre, de Robert Plant, el más hippy de los cuatro, asunto que trata en este texto: “Caminando por el parque el otro día, nena / ¿Qué crees que vi? / Multitud de gente sentada en la hierba con flores en las manos… No me di cuenta, pero se hizo de noche y yo estaba muy colocado… / Un policía se acercó y nos dijo: ‘Por favor, ¿les importaría formar una fila?”. Plant habla de las manifestaciones hippies de finales de los sesenta (algunas de ellas por la legalización de la marihuana), que solían acabar violentamente y con algún detenido. Decepcionado por esta persecución, el protagonista se marcha a las Misty Mountains (Las montañas nubladas), que se citan en El señor de los anillos. Otro guiño del cantante a uno de sus referentes literarios, Tolkien.

La opinión del músico. Carlos Tarque (cantante y letrista de M Clan): “Tengo mucho cariño a este álbum, ya que forma parte de mis recuerdos de infancia. Según mi madre (ya que yo apenas lo recuerdo), mi tío lo solía poner en un tocadiscos Blaupunkt de mueble y yo me quedaba sentado con los pies que apenas sobresalían del propio mueble. Eso sucedía en Santiago de Chile en 1972, 73. Misty Mountain Hop es una brillante demostración de la genialidad de Led Zeppelin por encima de los cánones del puro rock duro y de cómo mezclar sonidos y ritmos. La introducción con el piano Wurlitzer y ese redoble a contratiempo que tanto ha llamado la atención de los músicos de rock, comienzan un tema redondo y original. Una armonía vocal con un toque mántrico e hipnótico que se va cruzando sobre el propio tempo para volver a encontrarse al final de la estrofa. Todos los efectos de la época se pueden encontrar aquí, voces dobladas, y un groove de batería que hace imposible que no muevas el culo. Realmente es curioso cómo hicieron de un tema rítmicamente complejo una canción comercial y bailable. Para mí está entre los cinco mejores temas de Led Zeppelin”.

 John Paul Jones, Robert Plant y Jimmy Page tocando 'The Battle of Evermore' en Honolulu en 1971.
John Paul Jones, Robert Plant y Jimmy Page tocando ‘The Battle of Evermore’ en Honolulu en 1971. Robert Knight Archive (Redferns)

– Four Sticks

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De qué trata. La canción más emblemática para John Bonham. El título, Cuatro baquetas, se refiere a lo que tuvo que hacer el baterista para poder interpretarla y conseguir ese sonido tan africano: dos baquetas en cada mano. Un malabarismo que debido a su complejidad solo les permitió interpretarla una vez en directo, en Copenhague en 1971. A Bonham le surgió la idea al ver un concierto conjunto de dos de sus ídolos, los baterías Ginger Baker y Elvin Jones. La letra la escribió Plant pensando en alguien que quiere terminar una relación a pesar de estar enamorado: siente que debe seguir su camino: “Oh, nena, es hora de llorar. / Oh, nena, tengo que volar. / Tengo que intentar encontrar mi camino”.

La opinión del músico. José Bruno (batería de Leiva, ha tocado con Andrés Calamaro, Fito & Fitipaldis o Def Con Dos): “Contiene toda la magia de John Bonham con algunos trucos especialmente interesantes. El sonido sigue siendo considerado en plena era digital como la quintaesencia de la batería rock. El título surge de que Bonzo toca con dos baquetas en cada mano, lo cual produce ligeros mordentes que aportan esa sonoridad tribal a la canción que imita a varios percusionistas tocando a la vez. El compás se mueve entre el 6/8 africano y el 5/8 más jazzero. El sonido tan impresionante de la batería de Bonham viene en parte del trabajo del productor, Glyn Jones, que tiene una forma muy particular de colocar los micrófonos que lleva su nombre: Glyn Jones method”.

– Going to California

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De qué trata. Seguramente Joni Mitchell es la cantante más influyente de la historia del rock. Solo hay que preguntar a los músicos. La letra de Going to California la escribió Plant inspirado en el suave y hermoso sonido que surgió en las colinas de Laurel Canyon a finales de los sesenta. Por allí estaban David Crosby, Jackson Browne, los Eagles, Mamas & The Papas… y Mitchell. Es un texto que evoca aquella época hippy, con la cantante en mente: “Alguien me dijo que allí vive una chica con flores en el cabello y ojos amorosos”.

La opinión del músico. Rubén Pozo (exPereza, ahora en solitario): “Es de mis preferidas de este disco. Los devaneos acústicos de la banda me gustan especialmente. Son una cara más del poliedro Zeppelin, famoso por su potente rock duro predominante, pero que, revisando su discografía encontramos influencias de muchos estilos, incluido el reggae. Going to California nace de la pasión del cantante Robert Plant por el sonido californiano acústico y tranquilo de los sesenta. El título no engaña. El bajista John Paul Jones se encarga de la mandolina y hace un trabajo espectacular en la dupla de cuerdas que forma con la guitarra acústica de Jimmy Page. La canción es una caricia en medio de un disco de sonido duro y poderoso. En lo personal, es probablemente el tema que más haya incluido en las antiguas cintas de Varios que confeccionábamos en el siglo pasado. No había selección de canciones tranquilas y baladas en la que no la incluyera. Zeppelin eran los mejores metiendo caña, pero también lo eran cuando sacaban su vertiente más tranquila. Eran los mejores en todo. Lo siguen siendo. Y Led Zeppelin IV es uno de los 10 mejores discos de la historia del rock”.

– When the Levee Breaks

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De qué trata. Un robo a los viejos músicos del blues que el grupo, esta vez sí, acreditó. La letra de When the Levee Breaks (Cuando se rompe el dique) es de Memphis Minnie, la llamada Dama del Blues del Delta, una de las mujeres que edificó el blues allá por los años 20. El texto atrajo al grupo porque es un apasionante y dramático reportaje periodístico convertido en lamento poético. En 1927 se produjo una gran inundación provocada por el desbordamiento del río Misisipi. Mató a 500 personas y se comió partes de los Estados del sur. Se reclutó a miles de afroamericanos, que trabajaron sin descanso y amedrentados en una condiciones poco humanas. Algunos murieron. “Trabajo en el dique, mamá, tanto de día como de noche, trabajo tan duro para mantener el agua lejos”, dice la letra. Plant realizó algunas aportaciones. La gran Memphis Minnie tuvo tiempo de escuchar la versión de los blancos rockeros, ya que falleció en 1973, a los 76 años, dos años después de la edición del disco.

La opinión del músico. Marc Ros (cantante y guitarra de Sidonie): “¿Plagiar al plagiador es plagio? ¿Merezco los 100 años de perdón por haber robado al ladrón, Jimmy Page, uno de los riffs de When The Levee Breaks, el que suena en el minuto 2:25? En una canción de Sidonie titulada Zapped! de nuestro segundo disco, Shell Kids (2003), hice un homenaje, con alguna variación, de la canción que cierra el Led Zeppelin IV. Diría que fue inconsciente, pero esa ‘z’ del título me hace dudar. Led Zeppelin son conocidos por meter mano al cancionero del delta del Misisipi sin acreditar a sus pobres autores, aunque… nosotros tampoco los acreditamos a ellos. La diferencia es que Jimmy está forrado y en cualquier caso me encantaría pleitear con él. No puedo dejar de mencionar la impresionante batería paquidérmica que hace John Bonham en esta canción. Esta no la vamos a copiar ni a samplear: ya lo ha hecho todo el mundo”.



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