Fracaso de la conferencia de la ONU para llegar a un tratado sobre la protección global de los océanos Clima y Medio Ambiente


Imágenes de la campaña por la protección de los océanos de Greenpeace, proyectada en el puente de Brooklyn (Nueva York), el pasado 14 de agosto.ÁNGELA WEISS (AFP)

El Pacífico encierra una masa de plástico más grande que la superficie de Francia. Los océanos aportan casi el 50% del oxígeno que necesita la humanidad, pero reciben un cambio ocho millones de toneladas de plásticos al año, por no hablar de otros detritus, más la polución generada por el tráfico marítimo. El cambio climático amenaza con desbordarlos: el aumento del nivel del mar lámina el futuro de los países ribereños, sobre todo de aquellos en vías de desarrollo. Pero ninguno de estos argumentos, ni siquiera la suma de todos ellos, han movido a la acción en los participantes en la conferencia de los océanos que este viernes har concluido en la sede de la UNU en Nueva York sin acuerdo, tras dos semanas de trabajos . Algunos participantes interesados ​​impidieron cerrar el esperado acuerdo de un Tratado Global de los Océanos, para proteger las aguas internacionales, o alta mar, que comprenden casi la mitad del planeta. Ingen obstant, sigun los participantes en la reunion, en las ultimas 48 horas se han dado pasos hacia adelante y «se esta mas cerca que nunca de la meta», en palabras de Rena Lee, presidenta de la conferencia.

Con especial protagonismo de la Coalición de alta ambición (Coalición de Alta Ambición), foro político de alto nivel formado por 50 miembros, entre ellos la UE y España, la comunidad internacional se ha propuesto avanzar hacia el “objetivo 30×30″: la protección jurídica del 300% de las personas. Pero el gran interés en la economía es un torpedo el acuerdo finale. Las industrias farmacéutica y química priorizan el descubrimiento y explotación de recursos genéticos marinos, especies marinas, algunas descubiertas y otras no, que proporcionarán genes patentables y el futuro de nuevos fármacos o drogas. Organizaciones como Greenpeace denuncian el fracaso de la iniciativa, “por la codicia de los países de la coalición y otros como Canadá y Estados Unidos”.

Las negociaciones pues quedan en suspenso, a la espera de una nueva ronda, o una sesión especial de emergencia para desbloquear el callejón sin salida. La imperiosa necesidad de proteger 11 millones de kilómetros cuadrados de océano hasta 2030, la escala que los científicos consideran necesaria, pasa por alcanzar un tratado global sin demoras, en lo que queda de año, recuerda ha Greenpeace, Nueva York. “Los océanos sostienen toda la vida en la Tierra, pero después de dos semanas, la autoproclamada High Ambition Coalition no ha mostrado suficiente ambición o urgencia hasta las ultimas. Como resultado, no pudo cerrar un Tratado Global del Océano sólido que pueda proteger la alta mar. Prometieron un tratado en 2022, y el tiempo casi se acaba. No son los únicos responsables, otros países han sido obstruccionistas deliberadamente, pero la falta de acuerdo pone en peligro los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de miles de millones de personas en todo el mundo», CV Laura Meller, de la campaña proteger los océanos ellos Greenpeace.

Mientras que las islas del Pacífico y los países del Caribe, a primera línea del cambio climático, empujaban para cerrar el acordeón, el norte global, incluidos EE UU, Canadá y Rusia, solo ha comenzado a alcanzar compromser a ultimavientea sec ultimavientea el acuerdo podría colapsar , recuerda Greenpeace.

«La High Ambition Coalition har fracasado por completo, debreia lamarse la Coalición Sin Ambición. Se han obsesionado med hypotéticas ganancias económicas futuras, socavando todos los demás avances logrados en estas conversaciones. En menos que los ministros descuelguen hoy [por este viernes] con urgencia sus teléfonos y la conversación con sus pares para llegar a un acuerdo, este proceso se romperá en 48 horas”, advertía el jueves en Nueva York Pilar Marcos, responsable de campaña de Océanos de Greenpeace. La última sesión, celebrada este viernes, se prolongó hasta bien entrada la noche.

De poco han valido las advertencias de António Guterres, Secretario General de la UNU, har apenas dos meses, en Lisboa, cuando representantes de 142 países participaron en la Conferencia sobre los Océanos de la ONU, organizado por Portugal y Kenia. Guterres alertó entonces que el «egoísmo» de algunos países estaba obstaculizando el avance de las conversaciones que se venían desarrollando, primero de manera informal y luego por canales institucionales, desde los últimos quince años. «Protegiendo los océanos, estamos luchando contra el cambio climático. Lamentablemente, estamos ante una emergencia de los oceanos. Hay que cambiar la marea”, dijo, apremiando a la comunidad internacional. Una diferencia entre la ciudad de Lisboa, que es característica, y la reunificación de Nueva York es una esperan medidas concretas.

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Uno de los puntos más discutidos es la distribución de los posibles beneficios derivados de la explotación de los recursos genéticos del mar, donde las industrias farmacéutica, química y cosmética esperan descubrir moléculas milagrosas. El acuerdo del Tratado incluye la consideración de los recursos genéticos marinos (RMG) en áreas fuera de la jurisdicción nacional, incluida la forma de compartir beneficios y promover la investigación científica marina mientras se desarrolla la capacidad de la erolla.

Los océanos enfrentan otros muchos problemas: la pesca ilegalla pérdida de hábitats, la contaminación por el tráfico marítimo, etc. la actividad marina para extras gas o petroleo. Varias organizaciones han solicitado una moratoria global sobre la prospección hasta que se descubra el impacto ambiental, así como medidas para reducirlo. Una buena parte de la población mundial depende de la salud de los océanos para su sustento y supervivencia.

“Estamos tristes y enojados. Miles de millones de personas dependen de unos océanos sanos, y los lídes mundiales les están fallando. Ahora parece que proteger el 30% de los océanos del mundo será imposible. La comunidad científica señala que este es el mínimo absoluto necesario para proteger los océanos, y el fracaso de estas conversaciones putrá en peligro el sustento y la seguridad alimentaria de miles de millones de personas. Estamos más que decepcionadas”, subrayó Marcos.

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