Expulsan a cuatro agentes por la muerte de un hombre negro al ser detenido, en otro caso de violencia policial en EE UU



La Oficina Federal de Investigaciones de EE UU y las autoridades de Minesota iniciaron este martes una investigación después de que un hombre negro muriese tras ser detenido e inmovilziado por un policía blanco de Minneapolis al que le decía no poder respirar, en un incidente grabado en vídeo por el que cuatro agentes han sido expulsados del cuerpo.

El suceso ocurrió la noche del lunes, cuando una patrulla policial acudió a un lugar de la ciudad donde se había denunciado un fraude. Según el Departamento de Policía de Minneapolis, los agentes fueron informados de que el individuo, un hombre negro de unos 40 años identificado posteriormente como George Floyd, estaba en el interior de un vehículo y parecía drogado.

Los policías encontraron al sujeto sentado dentro en su vehículo, y cuando se le ordenó que saliera se resistió el arresto, según la versión oficial, que añade que durante la detención cuando los agentes ya tenían al hombre esposado y tendido boca abajo notaron que presentaba «dificultades médicas», por lo que llamaron a una ambulancia, que lo trasladó a un centro de salud donde murió poco después.

En el vídeo, grabado por viandantes, se ve al hombre boca abajo en el pavimento y a un agente sobre él apretándole el cuello con una rodilla durante varios minutos, sin modificar su postura, pese a que se escuchan las quejas del hombre varias veces de que no podía respirar hasta que parece perder el sentido.

«Durante cinco minutos vemos cómo un agente blanco apretó su rodilla en el cuello de un hombre negro. Cinco minutos», dijo este martes conmovido el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, en una conferencia de prensa junto al jefe de Policía, Medaria Arradondo, quien anunció que los agentes implicados habían sido suspendidos con sueldo.

«Cuando uno escucha que alguien pide socorro se supone que hay que socorrerlo», añadió. «Este agente falló en el sentido humano más básico. Lo que ocurrió anoche fue, simplemente, horrible».

En el vídeo se oye que el hombre se queja: «Me duele el cuello. Todo me duele… agua o algo, por favor. Por favor, por favor. No puedo respirar, agente, no puedo respirar».

También se oye la voz de una mujer que señala que el hombre está sangrando por la nariz. Otro transeúnte, en medio de insultos, grita al agente: «Eso es una mierda, hermano. Le impides respirar, hermano. Levántalo del suelo. Estás portándote como un carajo».

En la grabación también se ve a otro policía, de rasgos asiáticos, que contempla la escena interponiéndose entre su compañero y los curiosos, a los que impide que se acerquen.

«Estás disfrutándolo», se oye decir a uno de los testigos. «A esta altura ya podrías haberlo metido en el coche. No está resistiéndose, nada. Estás disfrutándolo. Tu lenguaje corporal lo dice… Sabes bien que es todo una farsa ahora».

Otra transeúnte, según la grabación, urge a los agentes a que le tomen el pulso al individuo y en un momento dado asegura: «Ahora ya no responde, no se mueve».

El agente no retira su rodilla del cuello del detenido hasta que, tras la llegada de una ambulancia, dos enfermeros se aproximan al lugar para subir a una camilla al sujeto, que ya no responde.

El suceso se suma a una cada vez más larga lista de casos de abuso policial y racismo con resultados de muerte ocurridos en EE UU en los últimos años, entre ellos los de Michael Brown en Ferguson (Misuri), Eric Garner en Nueva York, o Walter Scott en North Charleston (Carolina del Sur).





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