Duarte, Abinader y la corrupción (OPINION)

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El autor es administrador financiero y contralor general de la República. Reside en Santo Domingo

Es oportuno traer en el día de hoy, 26 de enero 2024, víspera de la celebración de los 180 años de la Independencia de la República Dominicana (27 de febrero 1844-2024), algunos párrafos del artículo publicado el 30 de enero del año pasado 2023, a través de este mismo medio de comunicación virtual e igual epígrafe.

El pasado 26 de enero del presente año 2024, se conmemoraron 211 años del natalicio del padre de la patria dominicana, Juan Pablo Duarte y Diez, nacido en el año 1813, profesor, militar, político, contador, amante de la libertad, la justicia y la democracia, hoy convertido en apóstol de la dominicanidad.

Como contador de los negocios de sus padres y militar, demostró ser una persona honesta, honrada, inmaculada e integra a carta cabal, pues dejó un legado como excelente administrador de los recursos públicos.

La honradez de Duarte, quedó demostrada cuando en abril de 1844 fue enviado a Baní, al mando de unas tropas para repeler al ejército haitiano, como parte de la resistencia patriótica en la región sur de la República Dominicana.

Para realizar la jornada encomendada, Duarte recibió la suma de mil (1,000.00) pesos que, en esa época, era una suma respetable y, al regresar de la misión que se le asignó este rindió un informe en fecha 12 de abril de 1844 de los gastos que tuvo que hacer y devolvió la suma de 827 pesos, dinero que no utilizó.

Ese ejemplo de Duarte anticorrupción, lo han emulado contados dominicanos que han ejercido una función pública en el país, entre ellos se destaca, sin lugar a equívocos, el doctor José Rafael Abinader Wasar.

Este destacado empresario, abogado y político dominicano, fue un hombre de una vasta preparación académica, que desempeñó diversas funciones públicas, rigiéndose siempre por la ética.

José Rafael Abinader Wasar, padre del actual presidente de la República, Luis Rodolfo Abinader Corona, quien con autenticidad, transita sobre las mismas huellas que dejó su padre, impregnadas de integridad, honestidad, humildad y trabajo incansables, quien ha expresado que si hoy no puede abrazar a su progenitor, su mejor regalo a su memoria, es hacerlo sentir orgulloso, presidiendo el gobierno que hoy gestiona, con honestidad y ética, como actuó y soñó su papá.

José Rafael Abinader Wasar, nacido en Tamboril, el 2 de marzo de 1929 y fallecido en Santo Domingo el 4 de noviembre del año 2018, fue político, abogado, escritor y empresario dominicano.

Su carrera en el servicio público continuo cuando en 1978, el presidente Don Antonio Guzmán Fernández, lo designó como contralor general de la República, posición en la que en el año de 1979 actuó como representante dominicano en la negociación para que la empresa norteamericana Gulf & Western, repusiera a República Dominicana 38.7 millones de pesos, dejados de pagar al erario por operaciones bursátiles de la empresa norteamericana, recursos que fueron invertidos en obras públicas en la región Este.

Tuvo pasión por la educación, la cual le llevó en el año de 1966, a fundar O & M Consultores, que luego se convirtió en la Universidad Dominicana de Organización y Método (UDO&M), la cual tiene por filosofía no recibir subsidios estatales.

El doctor Abinader, formó parte del Movimiento renovador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, siendo elegido como vicerrector administrativo.

Fue también senador de la República por Santiago, en representación del Partido Revolucionario Dominicano (1998-2002).

En 1999, se identificó y se opuso a la primera obra de construcción brasileña, el acueducto de la Línea Noroeste, por considerarla sobrevaluada por las empresas Andrade y Odebrecht, 15 años después sería el principal escándalo de corrupción del siglo XX,

Fue Director Técnico del PRD hasta 1973. En 1978 logra que el partido Alianza Socialdemócrata, fundado por Juan Isidro Jiménez Grullon, se convirtiera en el único partido que acudiera unido a la candidatura de Don Antonio Guzmán Fernández y al PRD.

Fue candidato presidencial en varias ocasiones. Cuando el PRD se convirtió en un nuevo partido, el doctor Abinader le entregó, sin condiciones, a esa colectividad política, la franquicia electoral de la Alianza Social Dominicana (ASD), convirtiéndose en el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

El señor José Rafael Abinader, fue también secretario de Finanzas, hoy Ministerio de Hacienda, durante el gobierno de Salvador Jorge Blanco, 1982-1986, del que renunció en febrero de 1984.

El doctor Abinader, en su lucha contra la corrupción presentó una conferencia, que dictó el día 3 de noviembre del año 1986 en el Comité de Estudios sobre la América Latina e Iberia de la Universidad de Harvard, Estados Unidos de Norteamérica.

En dicha conferencia, el doctor Abinader hizo un recorrido sobre el tema de la corrupción desde los tiempos coloniales hasta el año 1986, donde destacó la corrupción y la definió como la acción humana que viola las normas legales y los principios éticos.

Y señaló con mayor precisión que la corrupción no es más que los delitos que se cometen en el ejercicio de un cargo público.

Habló también sobre el soborno o cohecho, el cual es el delito más reiterativo de los delitos contra la administración pública, para no pagar los impuestos.

Otro tema tratado por el doctor José Rafael Abinader, en la señalada conferencia, fue el relativo a la Exacción, mediante la cual el agente fiscal  se aprovecha de la ignorancia o del miedo del contribuyente notificando el pago de impuestos mayor que lo que la ley realmente establece.

Asimismo, tocó el tema sobre la Concusión o extorsión hecha por el cobrador de impuestos que, bajo la presión de su investidura, conmina al contribuyente a pagar determinada cantidad de dinero bajo la amenaza de aplicarle todo el peso de la ley impositiva.

Otra forma de corrupción, señalada por el doctor Abinader, es el tema del tráfico de influencia, mediante el cual se hace uso del puesto que se ocupa para obtener ventajas personales, sin llegar al peculado, es visto como algo natural por parte de hombres públicos y políticos que incluso se auto califican de  honestos.

También, el doctor Abinader trató el tema sobre el desfalco de fondos públicos, delito que consiste en no devolver dinero entregado para llevar a cabo una acción pero no se llevó a efecto y el servidor público no devuelve el dinero envuelto en la actividad.

La malversación, otro de los temas tratados, consiste en desviar fondos públicos hacia objetivos distintos a los que se consignaron en el presupuesto originalmente.

El abuso de poder, cuando el incumbente de un cargo público hace uso de su posición para conseguir algún deseo o prebenda.

La prevaricación, el doctor Abinader también la señaló explicando que ésta no es más que una actuación deshonesta en el desempeño de cualquier función pública.

Sobre el castigo  a la corrupción, el doctor Abinader planteó que se deben actualizar las leyes y la constitución para que las consecuencias o castigos de dicho delito sean más severas.

Al tratar el tema de la evasión fiscal habló de cómo muchas empresas evaden o engañan al Estado al no pagar los impuestos.

Finalmente el doctor Abinader expresó en su enjundiosa conferencia, que la corrupción es una acción perniciosa y es un elemento desintegrante de la sociedad y pone en peligro la seguridad ciudadana, atentando contra la salud pública y la propia seguridad nacional. Afecta también la calidad de las obras que se llevan a cabo.

La corrupción, produce desaliento entre empresarios y comerciantes que ven con malos ojos que personas hasta iletradas en pocos años se hayan hecho ricos o millonarios, sin casi trabajar, mientras ellos se han pasado la vida trabajando.

El doctor Abinader concluyó en su conferencia que la corrupción administrativa, la evasión fiscal y la fuga de capitales son, a su entender, las tres asechanzas que tiene que enfrentar la democracia.

También señaló que para erradicar la corrupción se deben fortalecer las débiles instituciones, enaltecer y consagrar la carrera judicial. Estimular el financiamiento del servicio civil y crear las condiciones para que la carrera administrativa sea estable, segura y remunerativa.

Asimismo el doctor Abinader planteó que se impone la formación y organización en cada uno  de los países de la región de un gran movimiento de opinión pública que promueva los valores morales y se oponga abiertamente a la descomposición social.

Como se percibe en tan interesante trabajo del doctor Abinader, la importancia que tiene que las autoridades presten más atención al flagelo de la corrupción, para que por lo menos, disminuya dicha enfermedad moral existente, considerada un mal que sigue debilitando los cimientos mismos de la sociedad, por las vorágines de los intereses particulares.

Hay muchas variedades de corrupción que habría que disponer de todos los recursos públicos para combatirla, ya que esta se encuentra entronizada hasta en los tuétanos de los huesos humanos.

Realmente es una enfermedad endémica, que no se ha podido erradicar totalmente, pues ésta como los malos virus se desdobla o hace mutaciones, haciéndose resistente ante los antídotos que pudiese combatirla.

Ahora bien, no significa que sea infalible, que no se pueda combatir exitosamente pero ésta requiere medidas extremas que pongan en juego hasta la vida misma de las personas, actores de este flagelo, como sucede en países asiáticos, que a los corruptos se les hace pagar hasta con la muerte.

El presidente de todos los dominicanos, Luis Rodolfo Abinader Corona, en casi  4 años ha dado muestras de que realmente predica con el ejemplo al combatir día a día dicha perniciosa enfermedad y sigue desarrollando la cruzada que su padre llevó, sin escatimar esfuerzos, levantando como estandarte la lucha sin cuartel contra la corrupción.

Muchas veces ha reiterado el señor presidente Abinader que en su vida y gestión presidencial siempre ha tenido compañeros y amigos pero no compinches ni socios amantes de lo mal hecho.

La guerra contra ese flagelo y sus distintas manifestaciones, realmente es dura, pero hay que librarla, ya que es inaceptable que unos cuantos malandrines se burlen y se aprovechen de los dominicanos que cada mañana se incorporan de su lecho a trabajar desde de las primeras horas del día, para que unos vivos se apropien del sudor de  los hombres y mujeres de buena voluntad, de todo un pueblo bueno y trabajador.

Desde que comenzó a ejercer las funciones de primer mandatario, el presidente Abinader ha hecho que sus más cercanos colaboradores conforme el cargo que desempeñan cumplan con la ley 311-14 y el decreto 343-22 relativos a la presentación de la declaración jurada de patrimonio y exclusión de las nóminas del Estado a los que no han presentado su declaración jurada tanto a la entrada como a la salida de un cargo, a los fines de comprobar de que no se han enriquecido ilegalmente o mediante la vieja práctica de la corrupción.

Como se advierte las buenas costumbres, la educación y los principios éticos, íntegros y morales, inculcados desde el hogar son fundamentales para que una persona se conduzca en la vida dentro del marco de la decencia, la pulcritud, la honestidad y los sentimientos más puros, como es el caso de muchos dominicanos, que como el presidente Abinader ponen en práctica en su diario vivir.

De ahí que es importante que se propugna porque la familia se mantenga unida y se acentúe más en las escuelas la educación de la moral y cívica, de actuar siempre apegado a la ética y la moral para erradicar de una vez por todas de que todo quien ejerce una función pública es corrupto y no es así.

Los integrantes de las instituciones del Gobierno Central, las Descentralizadas, Autónomas, Empresas Públicas de la Seguridad social, Empresas públicas, Gobiernos locales, tienen el deber de cumplir con el artículo núm. 25 de  la ley orgánica de la Contraloría General de República Dominicana núm. 10-07 y su reglamento 491-07, que establece que cada incumbente es responsable de que instaure en cada estamento del Estado los controles internos necesarios, a la luz de la Normas Básicas del Control Interno (Nobaci).

Así también deben emular la conducta del padre de la independencia de la República Dominicana, Juan Pablo Duarte y, las correctas acciones del presidente Abinader, que su estilo de vida fundamental es el de actuar siempre de frente al sol, aliado a la ética, la moral, rendición de cuentas, transparencia e integridad.

felix.felisantana.santanagarc@gmail.com

Jpm







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