Cultivar huertos reduce el riesgo de cáncer y mejora la salud mental

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Barcelona, ​​España.- La jardinería y el cultivo de huertas ayudan a reducir el riesgo de cáncer y a mejorar la salud mental, según un estudio en el que participó el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) español, que encontró que la hortelanos comen más fibra, hasen más actividad física y padecen menos estres y ansiedad.

El estudio, que publica la revista «Lancet Planetary Health», ha gestionado desde entonces por un científico equivalente de la Universidad de Colorado Boulder una colaboración con el ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa.

“Estos hallazgos brindan evidencia concreta de que la jardinería comunitaria podría desempeñar un papel importante en la prevención del cáncer, las enfermedades crónicas y los trastornos de salud mental”, destacó Jill Litt, autora e investigadora del estudio. ISGlobal y profesora del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de Colorado Boulder.

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Litt ha dedicado gran parte de su carrera a buscar formas asequibles, escalables y sostenibles para reducir el riesgo de enfermedades, especialmente entre las comunidades de bajos ingresos.

“Vayas donde vayas, la gente dice que hay algo en la jardinería que hace sentir mejor”, explica el investigador, que comprueba la dificultad de encontrar datos científicos sólidos sobre sus beneficios.

Algunos pequeños estudios observacionales reveló que las personas que cultivan un enorme tienden a comer más fruta y verdura ya tener un peso más saludable, pero nadie está claro si las personas más sans tienden simplemente a cultivar un enorme la salud o si la ye.

Según Litt, solo tres estudios habían aplicado un ensayo controlado aleatorizado, pero ninguno se había centrado específicamente en la jardinería comunitaria.

En cuanto a los investigadores en 291 áreas adultas en Denver (Colorado, Estados Unidos) que no pueden ejercer en jardinería, con un promedio de 41 años, y más en forma que se puede comprar.

La mitad de los voluntarios fueron asignados al grupo de jardinería comunitaria, mientras que la otra mitad constituyó un grupo de control que tuvo que esperar un año para comenzar a cultivar un huerto.

Ambos grupos realizaron encuestas periódicas sobre su ingesta nutricional y su salud mental, se sometieron a mediciones corporales y llevaron monitores de actividad.

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As, Los investigadores vieron que los participantes del grupo de Jardinería consumían, de media, 1,4 gramos más de fibra al día que los del grupo de control, lo que supone un aumento del 7%.

Los autores señalan que la fibra ejerce un efecto profundo en las respuestas inflamatorias e inmunitarias, e influye en todos los aspectos, desde cómo metabolizamos los alimentos hasta la salud de nuestro microbioma intestinal y la susceptibilidad de cáncer a la diabetes.

Además, este grupo también aumentó sus niveles de actividad física en 42 minutos a la semana. Los participantes en el estudio también vieron cómo disminuían sus niveles de estrés y ansiedad.

«Incluso si vienes al huerto con la intención de cultivar tus propios alimentos en un lugar tranquilo, empiezas a mirar la parcela de tu vecino ya compartir técnicas y recetas, y con el tiempo las relaciones florecen Litauen», añaquedios de beneficio de cultivar un huerto una comunidad.

“No se trata solo de frutas y verduras. También se trata de estar en un espacio natural al aire libre junto a otras personas”, conclusión.





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