Cuerpos apilados, tráfico de influencias, una reforma con dinero sin declarar… los escándalos que acechan a Boris Johnson

La popularidad del primer ministro británico, Boris Johnson, ha subido como la espuma en el Reino Unido después de su exitosa campaña de vacunación contra el coronavirus. La recuperación paulatina de la normalidad en las islas británicas ha disparado a Johnson, El artífice del Brexit -salida del Reino Unido de la Unión Europea, en las encuestas. 

Sin embargo, la sombra de la sospecha acecha a su figura en estos días. La última polémica ha sido publicada por el Daily Mail.  «No más jodidos confinamientos, dejemos que los cuerpos se apilen por miles (‘no more fucking lockdowns – let the bodies pile high in their thousands’)», habría dicho Johnson, según ha publicado el rotativo británico, durante una reunión en octubre de 2020, donde aseguróque prefería ver «cuerpos apilados por miles» antes que decretar el tercer confinamiento en el Reino Unido que, finalmente, impuso el pasado enero. 

Desde Downing Street, un portavoz del Ejecutivo ha desmentido que Johnson hiciera esta afirmación, después de que citado medio haya publicado detalles de esa presunta conversación con varios ministros, citando fuentes internas. Otros medios, como The GuardianITV, han corroborado la información, aunque incluyendo ciertos matices. 

Esta noticia se suman a las acusaciones contra el primer ministro por supuestos casos de corrupción, tráfico de influencias y amiguismo. En concreto, el jefe del Ejecutivo ha sido acusado de tratar en un principio de pagar la reforma de su apartamento oficial en Londres con dinero no declarado de simpatizantes del Partido Conservador y de dar trato de favor a empresarios y políticos afines, lo cual él ha negado. Y todo ello a una semana de la celebración de elecciones locales y regionales en el Reino Unido.

Una presunta donación de 66.000 euros

Las dudas sobre la reforma del apartamento oficial se dispararon el pasado viernes, cuando su antiguo asesor e ideólogo del Brexit, Dominic Cummings, acusó al primer ministro de haber buscado en 2020 que «donantes pagasen en secreto» parte de los trabajos y aseguró haberle advertido entonces de que ello sería «probablemente ilegal».

Los primeros ministros reciben por ley hasta 30.000 libras (34.500 euros) para dejar a su gusto la residencia oficial de Downing Street. Sin embargo, la reforma emprendida por Johnson y su pareja, Carrie Symonds, se elevó muy por encima de esa cantidad. Según Daily Mail, el matrimonio pagó unas 58.000 libras adicionales (66.000 euros).

Aunque, de acuerdo con los medios, el líder tory habría devuelto después el presunto donativo, pudo violar la legislación de financiación de partidos, lo que está investigando ya la Comisión Electoral. 

«¿Quién pagó inicialmente la reforma del apartamento?», preguntó directamente en la Cámara de los Comunes el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer. «He pagado por la reforma de Downing Street personalmente», contestó Johnson sin entrar en detalles y visiblemente nervioso y agresivo.

Ventajas fiscales para empresarios y préstamos a amigos

El primer ministro también ha sido noticia esta semana por una revelación de la BBC según la cual prometió al empresario James Dyson, cuya compañía con sede en Singapur es famosa por fabricar aspiradoras domésticas, que sus empleados no tendrían que pagar impuestos adicionales si venían al Reino Unido para fabricar respiradores para los pacientes con coronavirus. 

Se llegaron a encargar 10.000 unidades del llamado CoVent, diseñado por la compañía en apenas diez días con una inversión de 23 millones de euros, aunque al final no fueron necesarios.

«Apesta el que un empresario millonario pueda enviar un (mensaje) de texto al primer ministro y obtenga una respuesta inmediata», declaró la portavoz laborista de Empresas, Lucy Powell.

Por otra parte, el Gobierno conservador está siendo cuestionado además por la relación estrecha de varios altos cargos con la financiera anglo-australiana Greensill Capital. En concreto, según la prensa británica, el ex primer ministro conservador David Cameron presionó en 2020 a varios ministros para obtener préstamos favorables para Greensill, de la que era asesor desde 2018, que quebró el pasado mes de marzo.



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