¿Conoces a Fiódor Dostoievski? Descúbrelo a través de sus frases

¿Conoces a Fiódor Dostoievski? Descúbrelo a través de sus frases


Fiódor Dostoievski fue un escritor ruso que incidió mucho sobre la vida política de su país en sus obras. Autor de novelas tan importantes como Crimen y Castigo, nos ha dejado un importante legado que vale la pena recuperar y leer.

Para conocerlo mejor, en su vida, ideología y obra os dejamos estas inspiradoras frases de Dostoievski.

El secreto de la existencia humana no sólo está en vivir, sino también en saber para qué se vive.

Es muy fácil vivir haciendo el tonto. De haberlo sabido antes me habría declarado idiota desde mi juventud, y puede que a estas fechas hasta fuera más inteligente. Pero quise tener ingenio demasiado pronto, y heme aquí ahora hecho un imbécil.

Se requiere muy poco para destruir a una persona: simplemente necesitas convencerlo de que nadie necesita lo que él hace.

Si quieres ser respetado por los demás lo mejor es respetarte a ti mismo.

La felicidad no es la felicidad en sí, sino saber conseguirla

La libertad no es contenerse a sí mismo, sino saber controlarse

La segunda mitad de la vida de un hombre está hecha únicamente de los hábitos adquiridos en la primera mitad.

Si te diriges a una meta y empiezas a detenerte en el camino para lanzar piedras a cada perro que te ladre, nunca lograrás la meta.

A veces nos encontramos con personas, incluso perfectos extraños, que comienzan a interesarnos a primera vista, de repente, antes de que se haya dicho una sola palabra.

El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor.

Sólo temo una cosa: no ser digno de mis sufrimientos.

Los adultos no saben que un niño, hasta en el asunto más complicado, puede dar un consejo extremadamente importante

Los hombres aman los razonamientos abstractos y las sistematizaciones bien elaboradas, al punto de que no les molesta deformar la verdad; cierran los ojos y los oídos a todas las pruebas que los contradicen con tal de sustentar sus construcciones lógicas.

Se necesita muy poco para destruir a una persona: simplemente necesitas convencerlo de que nadie necesita lo que él hace.

A veces conviene soñar.



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