Conflicto con Ucrania: Washington y Bruselas temen que Rusia acelere el fin de los canales diplomáticos | Internacional

Estados Unidos y la Unión Europea sospechan que Rusia sólo intenta escenificar una falta de flexibilidad por parte de Occidente cuando se sienta a negociar una solución al conflicto con Ucrania, justificando así el fin de las vías diplomáticas. Esto es, indirectamente, lo que se esconde detrás de las acusaciones de Washington contra Moscú cuando culpa el Kremlin inventa un pretexto para invadir de nuevo a su vecino occidental. Y son también las conclusiones que extraen de sus encuentros con los negociadores rusos. “Habrá al menos una ronda más de negociaciones entre Estados Unidos y Rusia para permitir [Vladimir] Putin argumenta que ha intentado la vía diplomática. sergei [Riabkov, viceministro ruso de Asuntos Exteriores] Tenía instrucciones de dar la impresión de que las conversiones no podían continuar más”, indica un documento diplomático europeo al que ha tenido acceso EL PAÍS sobre la reunión mantenida por la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, con los embajadores de los Veintisiete en el Comité Político y de Seguridad del Consejo de la UE para informarle sobre la reunión del pasado lunes en Ginebra con el citado viceministro.

El pasado martes 11 de enero, un día después de ver a Riabkov, Sherman fue a Bruselas a prepararse con sus socios de la OTAN la reunión con Rusia que se iba a celebrar al día siguiente en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas. Les contó en privado cómo había ido la reunión y les informó de las posiciones de Moscú. “Rusia muestra un 100% de rigidez en tres puntos clave de sus demandas delineadas en los borradores de tratados compartidos en diciembre”, comienza el resumen de dos páginas de la reunión. Los dos primeros puntos, que se rechazan rotundamente, se refieren a la renuncia a una ampliación de la OTAN y la vuelta a las fronteras militares de 1997. El tercero, «casi imposible», exige la garantía de que no habrá armas ofensivas cerca de los frontera. Con esas tres cartas, como en la brisca, la delegación rusa volvió al cuartel general de la Alianza, como esperaba Sherman.

En la base de las actuales demandas rusas, para las que el conflicto de Ucrania juega el papel de punta de lanza, se encuentra una interpretación radicalmente distinta a la que se hace de la Carta de París, firmada en 1990, y del acta fundacional de 1997 de la OTAN- Consejo de Rusia, el organismo que se reunió el pasado miércoles. El primero, aún firmado por la URSS, buscaba fortalecer la democracia, los derechos humanos y el derecho a la autodeterminación de los Estados, algo que ahora choca con la pretensión de Putin de volver a las «esferas de influencia» de la Guerra Fría, como denuncia el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell y que también compareció en la reunión informada por Sherman. La diplomática estadounidense habría reiterado a su homólogo en Ginebra que «Rusia no tiene derecho a vetar el derecho de otros estados soberanos a alcanzar sus propios acuerdos de seguridad o esferas de influencia». Respecto al acuerdo de 1997, fuentes occidentales subrayan que “el único compromiso era no instalar misiles nucleares en los nuevos aliados orientales y se ha cumplido a cabalidad”.

Las sospechas de Sherman podrían reforzarse el pasado viernes, cuando el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, subrayó que Moscú «se ha quedado sin paciencia». “Con buena voluntad siempre es posible encontrar una solución mutuamente aceptable”, agregó, pero luego enfatizó que Rusia se estaba preparando para cualquier evento.

Esta última opción es la que muchos ministerios de Asuntos Exteriores occidentales ya ven como la más probable. “A Putin le resultará muy difícil no hacer nada ahora. Ha recorrido un largo camino”, señaló este sábado una fuente diplomática. Y a partir de ahí comenzaría el despliegue de «trucos» con los que encontrar excusas para justificar la invasión que se viene temiendo desde que Estados Unidos hiciera público que Moscú tenía estacionados unos 100.000 soldados en la frontera con Ucrania. La misma fuente señala que la ocupación no es el único escenario que contempla Occidente, también están los ciberataques.

Esto es precisamente lo que sucedió el pasado viernes. Varios sitios web del gobierno ucraniano fueron atacados y la Administración de Joseph Biden tienen claro por dónde empezar a buscar al culpable: “Es parte de las herramientas de Rusia”, dijo el domingo al diario una alta funcionaria del Departamento de Estado, Victoria Nuland. Tiempos financieros. La funcionaria estadounidense no apunta de manera unívoca a Moscú, pero sí recuerda que ya ha hecho cosas similares en el pasado y que es parte de su modus operandi. Ucrania sí da el paso, según la agencia AFP, afirmando que tiene «evidencias» de que su gran vecino del este está detrás de lo sucedido.

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En la reunión de Sherman con sus aliados, también se habló de coordinar la comunicación debido a «la habilidad de Rusia para la desinformación». Esto llevó al estadounidense a pedir a los socios que luchen en este campo con «informes, llamadas telefónicas, ruedas de prensa», incluso «retwitteándose» unos a otros y escenificando una gran unidad. Horas antes, Estados Unidos había emitido un comunicado en el que informaba de al menos 100 tipos de contactos (reuniones, llamadas) con sus aliados sobre la crisis actual.

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