Cerrar el Gobierno por una semana en lugar de cerrar la Economía –


El autor es economista. Reside en Santo Domingo.

Ante la indetenible expansión de la pandemia evidenciada por el aumento de casos y la virtual ausencia de camas en UCIs, y ante la tentación que pudiera caerse frente a quienes instan el cierre de la economía, consideramos mas pertinente que se cierre el gobierno por una semana con la excepción de los servicios públicos indispensables como sanitarios, de orden público, etc.

Según las estadísticas de la seguridad social, los empleados públicos totales ascendían en enero 2021 a 646 mil que prorrateado en 675 entidades arrojaba un promedio de 957 personas por cada una de ellas.

En cambio, las empresas privadas reportan 1, 481,238 empleados en 92,072 empresas arrojando un promedio de 16 personas por empresa.

La aglomeración que produce el sector público es 10 veces mas que la empresa privada.

Con el agravante que aporta menos a la economía. Los 646 mil empleados públicos representan el 30% del total de empleados registrados en circunstancia que la ponderación de la Administración Publica en el PBI, según consignan las estadísticas del Banco Central, apenas rondaba 5%. Es decir, una proporción 6:1 (30/5) pudiendo interpretarse que cada 6 empleados aportaban un 1% del PIB.

En cambio, por diferencia, el 70% del empleo de la economía aporta el 95% del PIB, lo que significa que cada empleado de la economía aporta mas del 1% al PBI: un 36% (95/70=1.36).

En otros términos, cada empleado registrado formalmente por la economía, aporta 4.4 (6/1.36) veces mas al PBI que cada empleado público.

Aún si quisiéramos ponderar el efecto del empleo informal que constituyen mas de la mitad del empleo generado, éste porcentaje se reduciría a 2.2; concluyéndose que cada empleado de la economía aporta mas del doble al PBI que cada empleado público.

De manera que para detener las aglomeraciones, focos de contaminación causantes de la pandemia, deberíamos apuntar hacia la administración pública por generar mas concentración y aportar menos a la economía.

La propuesta de cerrar el gobierno en lugar de la economía como forma de detener la pandemia encuentra respaldo en las evidencias sobre excesivos contagios de funcionarios de alto nivel, de organismos como el Congreso Nacional, etc

La indetenible expansión de la pandemia requiere además que las instancias gubernamentales se concentren en el cumplimiento de tareas urgentes e imprescindibles implementarlas ahora, postergando aquellas que aún siendo importantes debieron o pudieran implementarse hace tiempo o en otras circunstancias. Y que, hacerlo ahora implicarán aglomeraciones potencialmente contagiosas.

No vemos la necesidad, p.e., que inmediatamente después de emitido el decreto “endureciendo” los controles, se monte un espectáculo para informar nuevamente, que se va desaduanizar en 24 horas la mercancía importada, compromiso que data del 2006.

Tampoco vimos necesidad de exponerse a abrir las escuelas cuando desde mediados de abril se vislumbraba el inicio de la tercera ola que ha sido mas fuerte que las dos previas.

Ni reducir el comercio fronterizo a dos días a la semana lo que provocará mas aglomeraciones en los 5 días restantes.

Ni que el MAP y el Ministerio de Trabajo acuerden implementar ahora el equiparamiento de derechos de servidores públicos ordenadas hace 12 años en la ley 41-08

El cierre de las funciones de gobierno no indispensables tendría un efecto impactante en la reducción de la demanda del insuficiente servicio transporte masivo, pasando a ser un factor importante para controlar la pandemia.

El cierre del gobierno debe acompañarse con el establecimiento de protocolos adecuados para la economía y la rigurosa supervisión de su cumplimiento; lo cual no parece encontrarse dentro de las prioridades del Gabinete de Salud, aparentemente concentrado en temas como adquisición de pruebas y vacunas; descuidando todo lo demás que se requiere para detener la pandemia.



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