Características de la música clásica

Vamos a descubrir cuáles son las características de la música clásica. Dicen que el día que alguien golpeó algo con un palo y sacó un sonido, inventó estos ritmos que han acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales perfeccionándose cada día más.

Los artistas clásicos buscaban representar ideas por medio de un modelo muy elevado de belleza que apuntaba hacia la perfección del equilibrio natural, es decir, una expresividad justa por medio de la música. Así, podían componer pensando en emociones, evitando la exageración y la melodía recargada.

No obstante, no debemos olvidar que el término música clásica engloba muchos estilos y épocas. Aunque se usa comúnmente para referirse a cierto tipo de composiciones que pudieron haberse creado hace siglos o solo unos minutos atrás, muchos expertos prefieren considerarla como música artística.

El término clásico se refiere a un grupo de compositores de finales del siglo XVIII, principalmente alemanes y austriacos, entre los que destacaron Mozart, Bach o Beethoven.

Conoce las características de la música clásica

Aun así, dada la popularidad del término, vamos a considerar como música clásica a la artística, y vamos a ver qué características son las predominantes.

Por ejemplo, el estilo. Se suele componer para hacer pensar al oyente, usando equilibrio y control por medio de la belleza de la melodía.

Los compositores suelen escribir pensando en una orquesta donde predominan los instrumentos de viento y cuerda. Aunque también encontramos otros como los de percusión, generalmente estos no son los predominantes.

El piano llegó algo tarde, ya que es un invento de 1698. Sin embargo, aterrizó para reemplazar al clavicordio, bastante difícil de tocar, que fue desapareciendo en los años siguientes.

Dispone de diversas formas de expresión según la velocidad y volumen de la música. Son famosos los adagios, el staccato, el legato, el allegre, allegre ma non troppo, etc.

Generalmente, sus composiciones se consideran sinfonías, que antaño tenían tres partes, pero que en tiempos del clasicismo se ampliaron a cuatro. Cada parte se considera un movimiento, que va variando de velocidad según la interpretación e intención del compositor.

Los conciertos suelen necesitar de una gran orquesta para interpretar toda la creación. Por lo general, suelen asociarse en grupos, principalmente de cuerda y viento, aunque también puede incorporarse a un solista, que tendrá un lugar destacado en la obra.

Algunos compositores clásicos han compuesto grandes óperas, que necesitan de una orquesta que acompañe a los actores, que son quienes les trasladan su voz, mientras que los músicos crean ambiente dramático.

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