Campañas en el momento equivocado (OPINIÓN)

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El autor es abogado. Vive en Santo Domingo

POR MARÍA ESTELA DE LEÓN

La campaña electoral extemporánea viola las normas electorales, encarece dicha actividad, desgasta las organizaciones políticas y produce saciedad en la sociedad.

La campaña electoral, de conformidad con el reglamento electoral, son las actividades lícitas organizadas y desarrolladas con el objeto de promover y difundir las propuestas electorales expresamente para atraer el voto a favor de los candidatos resultantes de los procesos internos, con miras a lograr la cargos de elección popular establecidos por la Constitución.

Considerando que, según el Diccionario Electoral del IIDH/CAPEL/TSE/TEPJF, se entiende por campaña electoral anticipada “actividades que se realizan con la intención de generar apoyo para futuras candidaturas u opciones políticas, sin haber convocado formalmente a elecciones”.

En este orden, llama la atención que aún no ha comenzado la primera fase del proceso electoral, es decir la precampaña de selección de candidatos (primer domingo de julio del año anterior a las elecciones) y se pueden observar los hechos. por algunas de las organizaciones políticas que por su escala tienen características de campaña electoral, lo que ha preocupado a las autoridades electorales ya la sociedad en su conjunto.

Resulta que el Consejo Central Electoral no ha emitido el (proclama) que abre la campaña electoral para las elecciones de 2024. Por lo tanto, las actividades realizadas para promover a los candidatos no han agotado la primera fase que es la precampaña.

El incumplimiento de este requisito acarrea, entre otras sanciones; la no admisión de la propuesta de candidatura de conformidad con el artículo 78 de la ley 33-18, partidos, agrupaciones y movimientos políticos.

Hacer campaña fuera de los plazos legales ha demostrado ser un desafío para los administradores electorales y una tarea para los partidos políticos. También es importante prestar atención a las fuentes de recursos económicos utilizados en estas actividades.

La apuesta es fortalecer el sistema democrático y partidista; con una correcta administración electoral, expresada en elecciones diáfanas, así como el respeto y aplicación de las disposiciones del ordenamiento jurídico en esta materia.

Sin organizaciones políticas no hay democracia, por lo que los árbitros deben en principio establecer canales de diálogo y concertación, sin embargo, se debe preservar la integridad de los procesos electorales en todas sus etapas.

Concluyo con una pieza de la obra de Emilio Lledó titulada Identidad y amistad: “La democracia es radicalmente una forma de vida, una armonización del vivir, una conformación de la existencia humana”.



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