Bosch, Danilo y la corrupción (VI) (OPINIÓN)


El AUTOR es periodista. Vive en Santo Domingo.

El profesor Juan Bosch, prolífico y honorable cuentista/novelista, cuando en dos libros describió las fechorías de los bucaneros o piratas del siglo XVII, y el usurpado y atesorado capital de Rafael L. Trujillo, no pensó, ni remotamente, que sus «discípulos» del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) cargarían el erario, como los guerreros cruzados de la Edad Media, con un saqueo de miles de millones de «copos» del metal más preciado.

Los inmensos expedientes judiciales, en ninguno de los cuales aparece -irónicamente- el clásico y astuto líder operativo de este partido -Danilo Medina (ejemplar del lobo), el más raro de los potentados improvisados ​​de su señoría gubernamental, cuestión relevante para escribir un vasto novela que podemos epígrafiar «El rey pobre y los cortesanos ricos».

En los insólitos hurtos que han sacudido la conciencia de los ciudadanos más indolentes, se estampan decenas de pruebas de billetes punitivos, pero hasta el momento no ha intervenido el expresidente Medina, lo que recuerda un tesoro de la lejana cultura de la nación más poblada del país. el mundo, el libro «Fábulas chinas antiguas», que reúne 121 textos notables de los siglos III y IV aC y de los siglos XVI y XVII. Incluya uno del pensador político Lie Zi, titulado «El hombre que no vio a nadie».

daniel medina

La fábula dice así: «Érase una vez un hombre en el reino de Qi que tenía sed de oro. Una mañana, se vistió elegantemente y fue a la plaza. Tan pronto como llegó al puesto del comerciante de oro, tomó una habitación y se deslizó. El oficial que lo detuvo le preguntó: «¿Por qué robaste el oro en presencia de tanta gente? «Cuando tomé el oro», respondió, «no vi a nadie. No vi nada». pero oro.» (1). Esta leyenda de la primera dinastía imperial desarrolla como moraleja la codicia obsesiva y alienante.

Implacable contra la pelusa y las venalidades del fraude, Bosch no podía imaginar los robos que escandalizarían cuatro décadas después, en el momento en que proclamó, en 1982, que “Los dominicanos sabemos muy bien que si tomamos el poder no habrá un PLD que se enriquezca con fondos públicos; No habrá peledeísta que abuse de su autoridad en perjuicio de un dominicano; No habrá un PLD que oculte al país un hecho incorrecto, sucio o inmoral.

En lugar de hacer caso a este mensaje moralista, los peledeístas de la dirección malinterpretaron las propuestas de Bosch, aprendieron en los círculos de estudio y en el periódico del partido Vanguardia del Pueblo, la vieja debilidad de la burguesía y, en ese sentido, propusieron «fortalecerla» y unirla recurriendo a perniciosas «operaciones estructuradas».

Juan Bosch

Cuantificar con precisión los emolumentos captados, arriesga más que nadar en el hielo, por declaraciones juradas falsificadas, escondites en riachuelos y mascarones de proa o cabecillas de frente. Como piezas de ajedrez, los delincuentes de cuello blanco visten capas oscuras para esconderse en túneles subterráneos; son simpáticos y maníacos, hipócritas y atrevidos; desconocen las leyes y normas de convivencia, pregonan seriedad y contratan abogados especializados en ocultar pruebas para salvar responsabilidades carcelarias y garantizar la impunidad.

Como sería largo e impreciso evocar a los peledeístas que amasaron riquezas en un santiamén -algunos estarían libres de pecados- durante 20 años, otros de los 45 integrantes del privilegiado comité político del PLD descubren un patrimonio financiero varios decenas de miles de millones de pesos, y para comprobarlo basta comparar sus declaraciones patrimoniales. Sujetos activos que antes de 1996 no tenían ni para limpiarse el bigote, en 2020 solo contabilizaron 700 millones, 600 millones, 500 millones, etc.

Además, familiares y altos funcionarios de confianza de Danilo Medina han sido acusados ​​por el Ministerio Público de haber sustraído más de 100 mil millones de pesos. Algunos de ellos -típicamente sociópatas y cleptómanos- son encarcelados, conjugando el verbo despojar con el tiempo pasado.

Estos montos son superiores -manteniéndose la distancia al dólar a la par en 1961 y ahora más del 50%- que los de Trujillo, cuya fortuna ascendía -según Bosch (2)- a más de 150 millones de pesos y 150 millones de dólares. Distribuidos en fincas/haciendas, industrias, bonos, cédulas hipotecarias, depósitos de ahorro y pólizas de seguros, tramo que coincide con la citada cofradía, pues parte de estos valores fueron puestos a nombre de María Martínez de Trujillo y los hijos del autócrata Ramfis, Radhamés y Angelita Trujillo.

Para Bosch, la “la corrupción es un comportamiento podrido y nocivo como un veneno”, “…que se ha metido en las venas del país y lo está envenenando a tal punto que terminará por pudrirlo todo”. Y la dividió en “corrupción económica, ya que el dinero del pueblo se usa ilegalmente, y corrupción política, ya que el dinero del pueblo se usa para propaganda política…”. (3).

daniel medina

Con tantas menciones y autorizaciones documentales, sobre todo en los expedientes de Antipulpo y Medusa, se pensaba que a estas alturas Danilo Medina iba a estar sub judice o procesado, al menos como coautor de graves delitos contra la sociedad.

Este entrenador político, que tenía un olfato más agudo que el invertebrado y microscópico oso de agua, y más sagacidad que el lobo, enredó a la fiscal especializada en corrupción administrativa (Pepca), que orbita ambivalentemente para localizarlo criminalmente. . Debido a esta vacilación, la paloma comienza a disparar la escopeta, y no debería sorprender que pronto se la vea simbolizando la santidad.

Sería imperdonable, porque mataría mucha esperanza, si Pepca no incriminara a Medina, y se sospecha que no lo quiso o que el exjefe de Estado logró colarse en la litera..

El hombre que no vio a nadie

Si profundizas, encuentras. ¿Quién no localizó evidencias sobre operaciones de narcotráfico? ¿Tampoco de blanqueo de capitales, peculado, negocios turbios y violación del protocolo sobre desembolso de fondos, como el simple papel del penal de Las Parras? ¿No vio o no sabía en lo más mínimo, como «El hombre que no vio a nadie»?

El juicio de Medina podría sentar un precedente, que suena como una llamada de atención para los funcionarios actuales y los que aspiran a dirigir los asuntos públicos. Destrozaría la opinión predominante de que los presidentes anteriores son dioses olímpicos (intocables), sin importar los ultrajes más atroces. Asimismo, devolvería la confianza perdida y honraría a la diosa griega Temis (justitia o lustitia lo mismo para todos), representada por una balanza, una espada y una diadema.

Citas bibliográficas:

1.- «Fábulas chinas antiguas», extracto de Lie Zi, Tones, Electronic Journal of Philological Studies, edición del 10 de noviembre de 2002, www.tondigital.com

2.- Bosch, Juan, «La Fortuna de Trujillo», Editora El Estudiante, Santo Domingo, Rep. Dom., 1992, pág. 25, 33 y 61.

3.- Bosch, Juan, «De la Concordia a la Corrupción», Ediciones Vanguardia, Imprenta Arte y Cine, Santo Domingo, República Dominicana, 1976, pp. 33 y 43.

JPM



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