Arroz al espacio mil toneladas de roca

A lo largo de su ya dilatada trayectoria, la NASA ha impulsado programas de muy diferente color, alcance e impacto, incluidos los que hemos permitido —y queremos volver a hacer— escribir en la Luna. Pocos son sin embargo tan fascinantes como DART, siglas de Double Asteroid Redirection Test. Y es así por la naturaleza de la misión: su objetivo principal no era explorar planetas, ni desplegar un potente instrumento astronómico, sino enseñarnos cómo defender nuestro planeta de asteroides.

El momento culminante de la misión se alcanzó a finales de septiembre, cuando la nave de la misión DART impactó contra Dimorphos, satélite del sistema binario Didymos. El objetivo era exactamente este: completar un choque que altera su órbita y evaluar qué tan efectivo sería para dar como resultado una estrategia similar si la necesitamos un día. protegernos de un asteroide que amenaza la Tierra.

«La misión muestra que la NASA pretenda preparar para cualquier cosa que el universo nos depare. Nos tomamos en serio nuestro papel como defensores del planeta», destacó el administrador de la agencia espacial, Bill Nelson. Retórica aparte, la misión fue un éxito por varias razones: es la primera vez que la humanidad logra cambiar la forma deliberada del desplazamiento de un objeto celeste y —según la propia NASA— la primera demostración a gran escala de la desviación. de asteroides.

«Un paso importante»

Que la operación logró alterar con éxito la órbita de Dimorphos es algo que ya sabemos desde principios de octubre, cuando la agencia estadounidense explicó que la colisión había alterado su órbita: si antes de la mission Dimorphos tardaba 11 horas y 55 minutos en orbitar Didymos, tras el choque el movimiento se acortó en unos 32 minutos hasta quedarse en 11 hy 23 min.

“El resultado es un paso importante para comprender el efecto total del impacto de DART con su asteroide objetivo”, valora Lori Glaze, de la División de Ciencias Planetarias de la NASA.

Ahora la agencia ha querido profundizar más en el balance, ampliando la información sobre los resultados conseguidos con DART gracias a las mediciones y observaciones que ha realizado en los últimos meses. Uno de los problemas que se ha solucionado es la cantidad de rocas y polvo que fue «expulsado» después de la colisión. Hace no mucho la NASA había obtenido ya imágenes que mostraban la pluma de más de 10.000 kilómetros formados por ese material tras el golpe.

Los nuevos resultados los expuestos los investigadores de la misión DART durante una cumbre de la Unión Geofísica Estadounidense celebrada esta misma semana en Chicago. Y hijo fascina. Sus calculos moestun que el choque, a cerca de 22.530 km/hdesplazó más de un millón de kilos de roca del asteroide al espacio, suficiente candidad para llenar seis o siete vagones de tren.

“Todo lo que podemos aprender de la misión DART es parte del trabajo general de la NASA comprender los asteroides y otros cuerpos pequeños en nuestro Sistema Solar”, dice la agencia: “Impactar contra el asteroide fue solo el commencio. Ahora usamos las observaciones para estudiar qué están hechos estos cuerpos y cómo se formaron, además de cómo defender nuestro planeta”.

«Estudiar la eyección producida en el impacto cinético, todo derivado de Dimorphos, es una forma clave de obtener más información sobre la naturaleza de su superficie», señala Andy Rivkin, codirector del equipo de investigación DART en el Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins APL , a Estados Unidos. Las observaciones también reveló que Dimorphos y Didymos presentan una composición similar y se forman del mismo material, relacionada con condritas ordinarias.

«Juntando estas piezas y asumiendo que Didymos y Dimorphos tienen las mismas densidades, el equipo calcula que el impulso transferido cuando DART golpeó a Dimorphos fue aproximación 3,6 veces alcalde que si el asteroide simplemente hubiera absorbido la nave espacial y no hubiera producido ninguna eyección”, agregó la agencia espacial en su web oficial, para la que los datos demuresan que “la eyección contribuyó a mover más el asteroide que la nave espacial”.

Imagen de portada: NASA/Johns Hopkins APL

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