Algunos astrónomos creen que hay un planeta oculto en nuestro Sistema Solar. Hay un problema: la «gravedad modificada»


Neptuno tiene una peculiaridad: hasta hoy es el único planeta de nuestro sistema solar descubierto antes sobre el papel que de forma observacional. Existen sin embargo astrónomos que creen que existe otro planeta oculto en los albores de nuestro vecindario y podríamos descubrirlo también a través de su influjo gravitatorio. Se han encontrado un nuevo obstáculo: la “gravedad modificada”.

Una explicación nueva y alternativa. Algo pasa en la parte exterior de nuestro sistema solar: algunos de los objetos del cinturón de Kuiper no se mueven tal y como cabría esperar en base a las teorías científicas. Una de las hipótesis más sonadas para explicar esta discordancia fue la de la existencia de un noveno planeta en el extrarradio estelar. Ahora, un nuevo estudio contradice esta noción, ofreciendo una hipótesis alternativa basada en MOND.

MOND. La hipótesis de la gravedad modificada, (Modified Newtonian Dynamics) o MOND, es una hipótesis que trata de explicar algunas de las discrepancias observadas entre la teoría de la gravedad y las observaciones realizadas. MOND es en este sentido, no solo teoría alternativa a la existencia de un noveno planeta en nuestro sistema solar, también es una hipótesis alternativa a la existencia de la materia oscura.

La solución propuesta por esta hipótesis consiste en alterar la equivalencia entre fuerza y el producto de aceleración y masa a partir de ciertos valores de aceleración. Una solución no tan elegante como la fórmula newtoniana pero que puede ayudar a resolver algunos de los problemas a los que se enfrenta la física.

El último escondrijo. Problemas como el movimiento atípico de los objetos del cinturón de Kuiper. Según el nuevo trabajo realizado por un equipo estadounidense de físicos, MOND podría explicar esta disonancia entre los movimientos esperados de los objetos y sus órbitas observadas.

Los investigadores modelizaron el movimiento de los objetos díscolos utilizando MOND como referencia. El modelo adaptado preveía que estos objetos tendieran a alinearse con el campo gravitatorio de nuestra galaxia.

“La alineación es sorprendente”, explicaba en una nota de prensa Harsh Mathur, coautor del estudio. Los detalles del trabajo de Marthur fueron publicados recientemente en la revista The Astronomical Journal.

Planeta Nueve. Esto son malas noticias para quienes aún buscan un nuevo planeta en nuestro sistema solar, un planeta que, en base a los cálculos basados en la “física newtoniana” debería tener una masa unas diez veces superior a la de la Tierra.

El objeto se encontraría tan lejos de nuestro Sol que habría pasado desapercibido de la vista de los astrónomos. ¿Cómo de lejos? Entre 700 y 8000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol según cálculos recientes.

MOND y el Planeta Nueve no son las únicas explicaciones propuestas por la comunidad científica para explicar los movimientos anómalos de los objetos lejanos de nuestro sistema solar. Entre las hipótesis alternativas se encuentran choques entre planetas, la existencia de un disco externo de roca y hielo e incluso un agujero negro de pequeño tamaño.

Explicar lo cercano y lo lejano. Gasta ahora MOND había sido de gran utilidad para describir movimientos a “escala galáctica”. Ahora los investigadores han comprobado que también puede ayudar a describir movimientos a menor escala, dentro de los confines de nuestro propio sistema solar.

El trabajo supone todo un punto a favor de MOND frente a la hipótesis de la materia oscura. El motivo es que, según cáclulos recientes, en el universo hay entre cinco y siete veces más materia oscura que materia bariónica o convencional.

En nuestro sistema solar, las últimas estimaciones otorgan una mayor prevalencia a la materia bariónica, un 55% del total aproximadamente. Esto implica que la hipótesis MOND es más “escalable” que la hipótesis de la materia oscura, en la que se basa el consenso científico presente.

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Imagen | NASA/JPL



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