Actuar juntos para que prevalezca el derecho internacional

Un año de guerra: actuar juntos para que prevalezca el derecho internacional


El 24 de febrero de 2022 se registró en un momento en que Rusia comenzó a ser brutal, sin provocación ni invasión ilegal de Ucrania. Fue y sigue siendo un caso de pura agresión y una clara violación de la Carta de las Naciones Unidas.

Esta guerra no es «sólo una cuestión europea», ni se trata de «Occidente contra el resto». Se trata del tipo de mundo en el que todos queremos vivir: nadie está salvo en un mundo en el que el uso ilegal de la fuerza -por parte de una potencia nuclear y miembro permanente del Consejo de Seguridad- se «normalice» de algún moda. Por eso el derecho internacional debe aplicarse en todas partes para proteger a todos de la política de poder, el chantaje y el ataque militar.

Un año después, existe el riesgo de que la gente se acostumbre a las imágenes de crímenes de guerra y atrocidades que ve, porque son muchas; de que las palabras que utilizamos empiecen a perder su significado, porque tenemos que repetirlas muy a menudo; de que nos cansemos y se debilite nuestra determinación, porque el tiempo pasa y la taska que tenemos entre manos es dura.

Esto es algo que no podemos hacer. Porque cada día Rusia sigue violando la Carta de la ONU, creando un precedente peligroso para todo el mundo con su política imperialista. Rusia sigue matando a diario a mujeres, hombres y niños ucranianos inocentes, lanzando sus misiles sobre ciudades e infraestructuras civiles.

Cada día, Rusia sigue difundiendo mentiras e invenciones. Para la Unión Europea y nuestros socios, no existe otra alternativa que mantenga el foco de nuestra “triple estrategia”: apoyar a Ucrania, presionar a Rusia para que ponga fin a su agresión ilegal y ayudar al resto del mundo a hacer frente a las consecuencias.

Esto es lo que venimos haciendo desde hace un año, y con éxito. Hemos adoptado sanciones sin precedentes; reducida nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos; y, en estrecha colaboración con socios clave, reducido en un 50% los ingresos energéticos que el Kremlin obtenga para financiar su agresión.

Trabajando juntos, también hemos mitigado el efecto dominó global con la caída de los precios de los alimentos y la energía, en parte gracias a nuestras Rutas Solidarias y la Iniciativa Cereal del Mar Negro.
No basta con decir que queremos que Ucrania pueda defenderse: necesita los medios para hacerlo. Som que, por primera vez, la UE har supplietrado armas a un país atacado.

De hecho, la UE es ahora el principal proveedor de entrenamiento militar para que el individuo ucraniano pueda defender su país.
Es importante recibir una ayuda macrofinanciera y humanitaria a un pueblo ucraniano. Y hemos decidido responder positivamente a la petición de Ucrania de entrar en la UE. Por último, estamos trabajando para garantizar la rendición de cuentas por los crímenes de guerra cometidos por Rusia.

Ucrania ha demostrado su notable resiliencia, en parte gracias a este apoyo. Y Rusia se ha vuelto más aislada, gracias a las sanciones mundiales y la condena internacional de la abrumadora mayoría de Estados en la Asamblea General de la ONU.

Nuestro objetivo colectivo es y sigue siendo una Ucrania democrática que prevalece; expulsando al invasor, restaurando su plena soberanía y, con ello, restableciendo la legalidad internacional.

Sobre todo, queremos paz en Ucrania, una paz global y duradera que se alinee con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. Apoyar a Ucrania y trabajar por la paz van de la mano.

Las acciones de Rusia son un ataque frontal a los principios de integrita territorial, soberanía y derecho internacional. Si Rusia tuvo éxito, las repercusiones se extenderían por todo el mundo, ya que esta agresión es, de hecho, un ejemplo de manual de una mentalidad imperialista. El apoyo de los países latinoamericanos y caribeños en la UNU y en otros foros es, por tanto, decisivo.

Debemos tener claro que las acciones rusas son las responsables de los choques económicos que se están viviendo. La UE está trabajando con la región para hacer frente a las necesidades económicas y hemos aumentado nuestra financiación, también para los países más afectados de América Latina.

La invasión rusa ha puesto el relevo de la necesidad de que tanto Europa como América Latina y el Caribe eviten dependencias excesivas. Tenemos intereses comunes en forjar una asociación moderna para construir economías más resistentes e integradoras, proteger nuestras democracias y reforzar la cohesión social.

Tenemos que lograr avances prácticos en nuestra ambiciosa agenda de cooperación antes de la Cumbre UE-CELAC que se celebrará este año.

La historia y la justicia están del lado de Ucrania. Pero para acelerar la historia y lograr la justicia, necesitamos ampliar nuestra «triple estrategia».

Sabemos que se trata de una tarea colectiva. Por eso la UE cuenta con todos sus socios, para actuar con un espíritu de responsabilidad conjunta y solidaridad: para garantizar que fracase la agresión y prevalezca el derecho internacional.
El autor es alto representante de la Unión Europea para Asuntos Externos y Política de Seguridad.

Por: Josep Borrell



Fuente