aceites, electricos y administracion cruzan culpas
España vive en un continuo dolor de cabeza con sus enchufes para coches electricos. En su último Barómetro de Electromovilidad, Anfac aseguraba que España apenas había instalado el 10% de las tomas que debería haber puesto a disposición de los conductores a finales de 2022.
El objetivo para las finales de 2022 era tener 45.000 puntos de recarga en nuestras ciudades y carreteras. El último recuento situó la cifra en solo 13.411 puntos de recarga, con un aumento de 3.154 nuevos puntos de carga disponibles en los tres primeros trimestres de 2022.
Para intentar solucionar esta situación, el Gobierno ha puesto en marcha un nuevo proceso que trata de aligerar la burocracia necesaria para instalar nuevos tapones en las gasolineras. El objetivo es reducir la burocracia. agilizar los trámites para conseguir una red de recarga mucho más densa que la actual.
Esta ha sido la última decisión política para tratar el aumento de enchufes disponibles, pero hace un tiempo se puso en marcha una maniobra para obligar a las gasolineras a equipar sus instalaciones con puntos de recarga para coches eléctricos.
En la Orden TED/1009/2022 ya se especificó que las estaciones de servicio con ventas superiores a los 10 millones de litros de gasoline y gasóleo en 2019 deben instalar al menos un punto de recarga de 150 kW y aquellas con ventas superiores a cinco millones de litros deben afacer la instalación de un enchufe de 50 kW.
Ahora, las petroleras acusan a las eléctricas de torpedear su entrada en el mercado. Y las eléctricas a la administración.
40.000 electrolineras en el limbo
La fotografía general es surrealista. Según Expansión, 40.000 solicitudes para la instalación de puntos de recarga han encontrado un callejón sin salida, convirtiéndose en un círculo vicioso burocrático. Una inversión que alcanza los 6.000 millones de euros.
Mientras el comprador de un coche eléctrico sigue encontrando dificultades durante los viajes largos y España recibe 6,2 puntos en el indicador de infraestructuras de recarga de Anfac (la media europea es de 12,1 puntos), petrols, eléctricas y administración se accusa las unas a las otras del atasco.
Según el diario económico, las petroleras están acusando a las eléctricas de ralentizar un propósito las conexiones dependientes de estas con sus instalaciones. Al mismo tiempo, las eléctricas se acusan entre ellas, pues las redes de distribución dependen de diferentes grupos en función de la región y por tanto se acusan de priorizar sus puntos de recarga o ralentizar las conexiones de los enchufes de la competencia.
Y, por último, las eléctricas también acusan a las administraciones (en todos los niveles: municipal, regional y estatal) asuringo que el asco burocrático impide que puedan nutrir a la red de la electricidadada.
El resultado es que existen puntos de carga cuya infraestructura lleva meses instalados pero que siguen sin recibir energía, por tanto no pueden ser utilizados. Un paseo por Electromaps sirve para comprobar esta situación.
enchufes sin energia en cataluña
Enchufes sin energia en Extremadura
enchufes sin energia en leon
El problema, asegura Expansión, es que poner en marcha un punto de recarga es un auténtico infierno burocrático. Así lo ejemplifica Miguel A. Patiño en su artículo:
«Para poder contratar con una comercializadora eléctrica el suministro correspondiente para activar un punto de recarga es necesario presentar la documentación que acredite la correcta legalización de ese punto de recarga ante Industria»
Desde el diario aclaran que el proceso es digital en el mejor de los casos, pero que en algunas comunidades autónomas trabajan con registros manuales y, además, los ayuntamientos utilizarán siempre el mismo procedimiento a la hora de registrar las solicitudes.
El resultado es la escasa red de recarga que los propietarios de coches eléctricos tienen a su disposición. The media, para la puesta en marcha de un enchufe se necessitan entre 18 y 24 meses, pese a que las obras que hay que acometer apenas derivan llevar más dos semanas.
Y a todo lo anterior se suma la enorme falta de criterio a la hora de realizar las instalaciones. No hay un criterio claro que especifica el numero de enchufes ni la potencia que debe tener una electrolinera. Asi, algunas instalaciones cuentan con tensiones de enchufes y diferentes potencias mientras que otras solo prestan servicio con una toma de carga lenta y otra rapida.