Tres Formas De Reducir El Estrés Psicológico Y Disminuir La Inflamación


Generalidades acerca del estrés

El estrés puede ser positivo o negativo, dependiendo de cómo la persona perciba y afronte la situación. Algunas causas comunes de estrés son los cambios en la vida, exigencias laborales, conflictos, problemas económicos, problemas de salud y acontecimientos traumáticos.

La ciencia ha logrado establecer, que el estrés puede afectar la salud mental y física, además del comportamiento. Algunos signos de estrés son: dificultad para concentrarse, dolores de cabeza o de pecho, insomnio, trastornos alimentarios y retraimiento social.

El estrés también puede aumentar el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, como trastornos cardiovasculares, inmunitarios y gastrointestinales.

El estrés psicológico es la respuesta del organismo al sentirse desafiado o amenazado por diversos factores estresantes físicos o psicosociales. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo activa la respuesta de “lucha o huida”, liberando ciertas hormonas como el cortisol y adrenalina.

Ellas coadyuvan a hacer frente al peligro inmediato. Sin embargo, suprimen nuestro sistema inmunitario incrementando los niveles de glucosa sanguínea y la tensión arterial.

Esto puede provocar inflamación, que es la forma que tiene el cuerpo de combatir infecciones y lesiones. No obstante, si el estrés es crónico o repetido, la inflamación también puede volverse crónica. Dicho efecto negativo puede dañar nuestros tejidos y órganos, y aumentar el riesgo de muchas enfermedades.

Entre ellas podemos señalar, patologías cardiovasculares, diabetes, cáncer y depresión. Muchas investigaciones destacan, que el estrés psicológico y la inflamación están vinculados por una compleja red de mecanismos biológicos y conductuales, que pueden afectar nuestra salud y bienestar.

Por ello, encontrar formas de reducir el estrés psicológico y disminuir la inflamación es importante para mantener nuestro bienestar. He aquí algunas formas de cómo lograrlo:

Siga una dieta sana

De acuerdo a los especialistas, una dieta saludable proporciona una base sólida y más duradera para reducir los procesos inflamatorios.

Ello le permite a nuestro organismo reducir la oxidación e inflamación que se presenta a nivel cerebral. Este efecto positivo, se traduce en una reducción de los niveles de estrés y de peso corporal.

En esta época agitada en que se vive, posiblemente muchas personas afrontan situaciones estresantes de día a día. De acuerdo a los especialistas, ello se puede traducir en un comportamiento alimenticio inadecuado.

De hecho, muchas personas consideran que las agendas apretadas no dan cabida para preparar comida saludable. Ello muchas veces ocasiona que una gran cantidad de personas tienda a comer fuera de su casa con mucha frecuencia.

Sin embargo, es importante considerar, que una dieta sana ayuda a reducir el estrés psicológico y disminuir la inflamación. Puede aportar nutrientes esenciales, antioxidantes y fitoquímicos, favoreciendo la función cerebral, el estado de ánimo y sistema inmunitario.

También coadyuva en la disminución de la inflamación. Sobre todo, cuando se reduce la ingesta de alimentos proinflamatorios, como los carbohidratos refinados, grasas saturadas y carnes procesadas.

Muchos estudios han confirmado que la inflamación está relacionada con la depresión y ansiedad. Igualmente, puede ayudar a regular el cortisol, una hormona que se libera cuando estamos estresados. El cortisol puede afectar nuestro estado de ánimo, sueño, apetito y sistema inmunitario.

Si elegimos alimentos antiinflamatorios y ricos en magnesio y proteínas, podemos reducir nuestros niveles de cortisol y mejorar nuestro estado de ánimo y bienestar.

Podríamos afirmar, que todos estos factores mejoran nuestra salud física, previniendo enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad y cáncer.

Ejemplos de alimentos y nutrientes que ayudan a reducir el estrés

Algunos ejemplos de alimentos antiinflamatorios son las frutas, verduras, frutos secos, semillas, pescado y aceite de oliva. Estos alimentos contienen antioxidantes, polifenoles, ácidos grasos omega-3 y diversos nutrientes que combaten la inflamación y el estrés oxidativo.

Te recomiendo las siguientes fuentes de ácidos grasos MARINE OMEGA-3 y ACEITE OMEGA 3 DE KRILL.

Vale destacar, que el magnesio es un mineral que ayuda a relajar los músculos y nervios, interviniendo en la producción energética y funcionamiento de los neurotransmisores. 





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