Estudios: Sueño y Salud del Corazón


Generalidades acerca del sueño

Según los especialistas, el sueño es un proceso natural y esencial que permite al cuerpo y a la mente descansar y recuperarse de las actividades diarias. El sueño implica diferentes etapas, cada una con cambios fisiológicos y neurológicos específicos, que inciden sobre diversos aspectos de la salud y el bienestar.

De acuerdo a los especialistas, las principales etapas del sueño son el sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM) y el sueño con movimientos oculares rápidos (REM). El sueño NREM consta de tres subetapas: estadio 1, estadio 2 y estadio 3. El estadio 1 es una fase ligera y de transición que se produce al conciliar el sueño.

En el estadio 2, se prepara al cuerpo para el sueño profundo. Mientras, el estadio 3, constituye la más profunda y reparadora del sueño NREM, en la que el cuerpo repara los tejidos, fortalece el sistema inmunitario y consolida los recuerdos.

El sueño REM, a su vez, es la etapa en la que se producen la mayoría de los sueños. La misma, está asociada a una mayor actividad cerebral, movimientos oculares y parálisis muscular. De acuerdo a la ciencia, el sueño REM interviene en el aprendizaje, creatividad y regulación emocional.

Diversos estudios han permitido comprobar, que el sueño está regulado por dos factores principales: el ritmo circadiano e impulso homeostático.

El ritmo circadiano es un reloj biológico interno, que se sincroniza con el ciclo luz-oscuridad del entorno, e influye en el ritmo del sueño y la vigilia. A su vez, el impulso homeostático es la presión para dormir que se acumula durante la vigilia y disminuye durante el sueño.

¿Qué ocurre con nuestra salud cuando hay una desregulación del sueño?

La desregulación del sueño es un término que engloba diversos aspectos de la calidad y la cantidad del sueño. Ello incluye, la duración, ritmo, variabilidad y fragmentación del sueño. Este proceso, podría desencadenar diversos efectos adversos en múltiples ámbitos de la salud, incluida la salud mental, fisiológica y metabólica. Según varios estudios, el sueño inadecuado (definido como 6 horas o menos por noche) se asocia con un mayor riesgo de trastornos mentales frecuentes, como ansiedad, depresión y estrés.

Además, de ello, la desregulación del sueño puede alterar el ritmo diurno del cortisol, que es un marcador del estrés fisiológico e inflamación. Se debe resaltar además, que la desregulación del sueño puede incrementar el riesgo de trastornos metabólicos y acarrear graves consecuencias para la salud.

Según diversos estudios realizados por científicos estadounidenses y europeos, la deficiencia de sueño y trastornos del sueño no tratados se asocian a un número creciente de enfermedades y afecciones crónicas. Incluso, el insomnio puede afectar al metabolismo de la glucosa y la sensibilidad a la insulina, lo que puede provocar niveles elevados de glucosa sanguínea y diabetes tipo 2. Se incluyen además, otras enfermedades y afecciones crónicas como dislipidemia, depresión y obesidad, asociadas al control de la glucemia.

Según las investigaciones, las personas que padecen insomnio, poseen 17% más de riesgo para el desarrollo de diabetes tipo 2 que aquellas que no lo padecen.

Esto puede dar lugar a diversas complicaciones, entre las que se incluyen: retinopatía, neuropatía, gastroparesia (retraso del vaciamiento gástrico), nefropatía, accidentes cerebrovasculares y cardiopatía.

Según los estudios, el sueño insuficiente, también puede ocasionar cambios metabólicos relacionados con la obesidad, especialmente en los niños. Incluso, las alteraciones del sueño constituyen un síntoma común de la depresión. Por ello, si mantenemos una adecuada higiene de sueño, podremos prevenir enfermedades y afecciones crónicas.

¿Cómo funciona nuestro corazón?

El corazón es un órgano vital que bombea sangre a todo el cuerpo, suministrando oxígeno y nutrientes a las células y elimina los productos de desecho. Posee cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos, separados por una pared muscular llamada tabique.

El lado derecho del corazón recibe sangre desoxigenada del cuerpo y la envía a los pulmones, donde recoge oxígeno. El lado izquierdo del corazón recibe la sangre oxigenada de los pulmones y la envía al resto del cuerpo. Las válvulas cardíacas aseguran que la sangre fluya en una sola dirección, evitando el reflujo.

El corazón late a un ritmo coordinado, gracias a un sistema de células especializadas que generan y transmiten impulsos eléctricos.





Fuente