5G: ¿Revolución Tecnológica Sin Riesgos Para La Salud?


Estos primeros teléfonos móviles utilizaban una tecnología analógica similar a la de los teléfonos fijos. Los avances se veían eclipsados por problemas como la corta duración de la batería y las caídas de llamadas.

Posteriormente, la segunda generación conocida como 2G, marcó la transición a los sistemas digitales en 1991. Esto logró mejorar notablemente la calidad de las comunicaciones de voz, al introducir tecnologías clave.

La tercera generación o 3G trajo consigo mayores velocidades del sistema y tasas de descarga más rápidas, permitiendo videollamadas consistentes.

3G fue el sistema inaugural de banda ancha móvil, diseñado para soportar servicios de voz y multimedia. Esto se logró realizar al introducir tecnologías de acceso por paquetes de alta velocidad. Esto mejoró la potencia de la red inalámbrica y la conmutación de paquetes para una rápida transmisión de datos.

La cuarta generación o 4G, es un estándar de banda ancha puramente móvil surgido en 2010. Ella logró incrementar sustancialmente las velocidades de información de 20 a 60 Mbps.

El arribo de la tecnología 5G

La tecnología 5G logró avances notables en la comunicación digital, con respecto a las generaciones anteriores de redes móviles. Introduce tres servicios clave: Banda Ancha Móvil Extrema (eMBB), Comunicación Masiva de Tipo Máquina (eMTC) y Comunicación Ultra Fiable de Baja Latencia (URLLC).

La eMBB logra satisfacer la demanda de Internet de alta velocidad, ofreciendo un ancho de banda sustancial y una latencia moderada.

Mientras la eMTC está diseñada para aplicaciones IoT, o Internet de las Cosas. Ello constituye una red de objetos físicos que están integrados en sensores, software y otras tecnologías de vanguardia.

URLLC es crucial para aplicaciones críticas que requieren tiempos de respuesta inmediatos y la máxima fiabilidad. Por ejemplo, las cirugías a distancia, vehículos autónomos y automatización industrial avanzada.

La 5G supera a su predecesora la 4G, facilitando las operaciones remotas con un retardo insignificante y soportando un caudal de enlace descendente de hasta 20 Gbps.

La otra cara de la tecnología 5G

Es importante señalar, que la banda de 6 GHz destaca por ofrecer, además de un gran ancho de banda, la mejora del rendimiento de la red. Ello la convierte en un medio propicio para el despliegue de la 5G.

Según los expertos, diversos estudios han explorado los posibles efectos de la radiación de radiofrecuencia (RF) de la 5G. Ello se ha centrado particularmente, en lo que respecta a sus bandas de frecuencia más altas, que difieren de las utilizadas en las generaciones anteriores de tecnología móvil.

El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) ha clasificado los Campos electromagnéticos (CEM) de radiofrecuencia como “posiblemente cancerígenos para los seres humanos” (grupo 2B).

De hecho, actualmente se investigan los riesgos cancerígenos, para la reproducción y el desarrollo asociados a la exposición a RF.

Los conocimientos actuales sugieren pruebas limitadas de carcinogenicidad a partir de estudios epidemiológicos y pruebas suficientes a partir de bioensayos experimentales en relación con las frecuencias más bajas de 5G.

También hay pruebas suficientes que indican efectos adversos para la reproducción y el desarrollo en humanos y animales de experimentación a estas frecuencias.

Aunque para las bandas de frecuencias más altas, faltan estudios concluyentes sobre los riesgos para la salud.

Es importante señalar, que la comunidad científica sigue examinando y debatiendo las incertidumbres que rodean a los efectos de la 5G sobre la salud.

La literatura revisada por pares proporciona una plataforma para este discurso. Por ello, la evaluación de los riesgos para la salud en la literatura científica debe abordarse con ojo crítico, teniendo en cuenta los posibles sesgos y la calidad de los estudios en cuestión.





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