¿Qué son las lampreas?

Las lampreas son unos peces primitivos que carecen de mandíbula y que se parecen a la anguila, aunque son diferentes en su interior, teniendo un cuerpo gelatinoso y bastante resbaladizo, que no tiene escamas y de forma cilíndrica. En su boca cuenta con unos dientes córneos y con forma de ventosa. De esta forma fija a las presas, que estando vivas, les va chupando su sangre y se alimenta de ellas. Podemos verla fijada a salmones, bacalaos o incluso a tiburones.

La lamprea es un animal sorprendente

Esta es una especie anádroma, que vive en el mar, pero se reproduce en el río. Por lo general se suele reproducir en el río, especialmente los que tiene un gran caudal, de aguas no muy rápidas y que se colocan en los tramos bajo y medio.

Suele estar por el Atlántico Norte, a los dos lados del océano. El aumento que ha ido produciéndose de barreras artificiales y la contaminación marina han tenido como resultado que el área de distribución de este animal haya bajado de forma importante.

 Una forma para su conservación

En el momento en que se quiere conservar la lamprea para poder consumirla después de la temporada de pesca, se cura. Cuando está limpia y abierta, se sala de manera ligera, untándose de forma ligera con aceite y pasa a secarse para la conservación, donde se mantiene colgada en un sitio fresco y seco hasta que se consuma.

En España se conserva en los cauces de ríos como el Guadiana, Ebro y Guadalquivir, además de en la costa de Galicia y Asturias.

Decía Plinio en tiempos de los romanos sobre ellas:  «Cayo Hirio prestó de su piscina, solamente para las cenas triunfales del César, seis mil lampreas, que no quiso vender ni cambiar por ninguna otra mercancía»,.

Curiosamente, como podemos ver, en la historia ha sido importante, sorteando incluso un conflicto teológico sobre si podía comerse en los días en los que no se podía tomar carne.

En el primer trabajo científico de Sigmund Freud, en Viena y en 1877, trataba sobre la larva de la lamprea. Están historiadas en la dieta del famoso emperador Carlos V. Tiene pedigrí literario desde los romanos hasta Alejandro Dumas, que en “El conde de Montecristo” habla de las lampreas del lago Fusaro. La lamprea casi es la protagonista en “La saga-fuga” de Torrente Ballester”.

Así que ya sabes, si a pesar de su apariencia, quieres disfrutar de su sabor,¡ ya estás tardando en probarla!

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